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El Funeral es uno de los cuentos sobre la muerte de la colección cuentos infantiles del escritor Armando Hamel Ortúzar sugerido para jóvenes y adultos.

No éramos amigos cercanos, pero me hacía reír. Era uno de los pocos que me trató amablemente cuando llegué desde el sur el día que me contrataron, y por eso quise estar presente en su funeral. Me quedé atrás por respeto a la familia y los amigos, que se notaba que estaban afectados.

¿A quién quiero engañar, si hago lo mismo siempre? Prefiero quedarme bien atrás para poder mirar sin que me observen a mi. Por supuesto que lamento que ya no esté con nosotros, pero así como ¿destruida por el dolor? Tampoco.

Su mamá está desconsolada. Bueno, se nota que es su mamá por la edad y la manera de llorar, además del riguroso traje negro que lleva. Al lado hay un señor, que supongo que es el papá, pero no se le notaba que mucha pena que digamos. Más bien le veo cara rara entre rabia y alivio. Mira las cosas raras que se me ocurren. Entre toda la gente ubico a cuatro o cinco compañeros de trabajo, de diferentes áreas.

Siempre me dio la impresión que era en general un cabro tímido, pero como almorzábamos juntos un par de veces por semana, conmigo se portaba súper cariñoso. Siempre se daba cuenta cuando estaba triste o si la salida de la noche anterior no había cumplido mis expectativas. Cerca de su mamá hay tres mujeres que claramente son amigas entre sí por la manera de abrazarse. A la del centro la sujetan las otras e impiden que se caiga si se le doblan las rodillas.

Yo sé que soy bien mala a veces, pero bien regia la tonta. A pesar que no para de llorar tiene el peinado perfecto. Rubia natural, con un corte escalonado a la altura del hombro. ¿Dónde compró el maquillaje? La tonta no tiene ni un poco de rímel fuera de lugar a pesar que le corre más agua que el Canal San Carlos. Para qué decir la sombra o el rouge. ¡Qué envidia! Taco aguja en la mitad del pasto, y no se le entierran.

¿Cómo lo hace para poder llorar tan dignamente? Además, está claro que es deportista, porque a pesar de las pantys negras, se nota que ha invertido. ¿Cómo hacen estas minas para tener un atuendo para funerales con solo un día de anticipación? Porque si al menos tuviera pañuelos desechables. ¡No! Es de encaje y en el tono. Está claro que no es la hermana. Prima tampoco.

Me dijo que no era casado, pero que tenía una relación. Debe ser ella. Recuerdo que en alguno de nuestros almuerzos estaba súper triste, incluso molesto, porque a su familia no les gustaba su pololeo. Pero las cosas se deben haber solucionado, porque están todos juntos ahora. Bueno, parece que es una moraleja, que las pequeñas diferencias se suavizan en la muerte, ¿no?

Parece que el accidente en moto fue culpa del auto. O al menos es lo que me contaron. El venia de un partido de futbol. Son bien solidarios estos futbolistas, porque están todos acá. Yo pensé que los futbolistas eran todos feos y con pinta de buenos para tomar piscola en bares rascas, pero estos están para hacerlos chupete.

Ya, pues. Tranquilízate, cochina. Esto es un funeral. ¿Quién será ese que está como escondido allá atrás? Debe ser del grupo de los futbolistas, porque es lejos el mejor de todos.

“Hola. Parece que a ti también te gusta quedarte bien atrás en los funerales. Somos nosotros dos aquí lejos mientras el restos está encima. “

“Hola. Si. Así parece.”

“¿Hace mucho que eras amigo de Mario?”

“No. No tanto”

“Nosotros trabajábamos juntos. Era un encanto conmigo. Lo conocí cuando llegué a Santiago hace dos años” “mmm….”

“¿Tu cachai quienes son de la familia, los amigos y quien es la polola de Mario?”

“¿Cómo…?”

“Si….. es que salvo algunos que trabajan en la empresa, no cacho quienes son el resto. Supongo que esa señora es la mamá”

“Si. Ella es Laura. Su mamá”

“¿Y al lado? ¿El papá?”

“Si, el papá”

“Y la rubia, quién es?”

“Pucha que haces hartas preguntas oye….. ¿por qué mejor no escuchas lo que están diciendo?”

Ahora sí que me siento cohibida. El primer tipo regio regio que veo en mucho tiempo, y parece que se me paso la mano con tanto bla bla. Después de esto, tendré que sacar los mejores encantos para que recuperar terreno y lograr que me invite a salir. Por lo menos ya estamos en el final de la ceremonia, porque tengo calor y me duelen los pies. Mi futbolista regio sin nombre se dio media vuelta en actitud de irse, así es que le pregunte:

“Oye, ¿y no vas a ir a saludar a la mamá de Mario?”

“No”

“Pero lo usual es ir a dar el pésame. ¿No vas a ir?”

“Ella no me quiere ver”

“Nada que ver, tienes que estar equivocado. Estoy segura que le gustará. Tú eras su amigo”

“Yo no era su amigo. Mario era mi pareja, él era homosexual y ellos nunca lo aceptaron como era. Mario se suicidó. Y la señora que viste llorando es la viuda del chofer del auto contra el cual chocó. Es su segundo funeral del día”

Fin

El Funeral es uno de los cuentos sobre la muerte de la colección cuentos infantiles del escritor Armando Hamel Ortúzar sugerido para jóvenes y adultos.

 

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