Ella sabía y conocía cada una de sus debilidades, aquellas que doblegaban su voluntad y ego. La más poderosa sin duda, el dinero; pues él lo asociaba con el poder, el éxito.
Desde el primer momento del comienzo de su romance, ella comprendió que ésa sería su última jugada para alejarlo definitivamente de su lado. Mostrarle abiertamente su condición social, gustos y vida sin necesidades y colmada de todo, que sobrepasaba las metas que pobremente proponía él; sería su declarado fracaso y reconocer que esta vez no logró lo que tanto deseaba y le quitaba el sueño cada noche. Conociéndose sólo se trataba de una experiencia de aprendizaje para ella, algo pendiente que necesitaba cerrar de una etapa de su vida.
Y él debería entender que no todo sería como lo planeaba, acostumbrado a digitar, manipular tan astutamente con ingredientes de seducción, armonía, valores enmascarados, dulzura y confianza. La familia con la que esa gaviota soñaba entre sus anhelos de logros personales sólo se construyó con esfuerzo, amor puro y respeto.
Cuestiones que la vida le mostró de diferentes formas en el camino del vivir y que no supo incorporar para aprender a valorar y cuidar aquella que un día tuvo.
La dependencia a su ego era mayor en toda circunstancia, el “qué dirán” lo controlaba de tal manera que lo superaban hasta la depresión y el desprecio por sí mismo. La melancolía, la auto compasión, las bipolaridades repentinas en su personalidad y la excitación sobrepasada encaminaban inconscientemente su locura por satisfacer un “no sé qué” nada podía sostener su alegría que sólo era pasajera. Las motivaciones eran efímeras y las palabras como acciones por mostrarle y enseñarle que la vida de felicidad va más allá de todo aquello que se ve… Eran insuficientes para él.
Cada día que transcurría ella buscaba alejarlo de su lado, sentía una pesada carga. Nada lograba manejarla según él se volvía incontrolable y sus planes de formar una familia con el “amor de su vida” se volvía muy difícil. A pesar de todo su obsesión por ella lo llevaba a infinitas situaciones con el fin de no permitir la distancia, sostenía que la esperaría todo el tiempo que fuese necesario, pues afirmaba que ella lo amaba a su manera, sólo tendría que tener mucha paciencia y espera.
Ella, por el contrario, hacía y deshacía hasta lo increíble, imposible para que él se embarcara en un viaje sin regreso, sin rencores, sin enojos y pudieran sólo sostener una amistad, pues no quería tener el amor transformado en odio de él, pues lo apreciaba sólo tenía una misión inconsciente: él debía aprender a no subestimar al otro, valorar los logros, compartir la felicidad y entender que así se autoconstruye la propia.
El resentimiento, impotencia, cobardía y copla por no aceptar las realidades que se presentaban en su vida, sólo acrecentaban la soledad, angustia y enlazaban mentiras sin fin como hábitos rutinarios. La violencia en sus palabras repentinas y actitudes tan cambiantes indicaban en el corazón de ella señales que el tiempo debía de ser su aliado y tan pronto como pudiese estratégicamente emprender su vuelo hacia sus propios sueños y mundo al que ella pertenecía pues era muy distinto al de él.
Las diferencias en sus vidas era tan evidente en todos los sentidos, aunque el afecto que cada uno a su modo o nombre lo llamaba no lo mostraban como dificultad; él con la afirmación sobre que no tenía tanta importancia y ella que trataba de argumentar todo de tal modo para que no causara ningún sentimiento de frustración en él.
Él sostenía que la vida daría mil vueltas…pero que sus últimos tiempos de vida estaría junto a ella, así lo había soñado una noche en la que recién comenzaba la historia sin fin.
Ella sólo afirmaba una y otra vez que borraría su nombre de su mente y corazón, de su vida.
En su corazón sucumbían ambiguos momentos desde ese primer día donde la tuvo frente a frente. Después de tiempos de espera y ella logró robarle un beso; motivó aceleradamente su enamoramiento. Los por qué, los cuándo poco a poco irían encontrando respuestas.
Como geografía de montaña, la vida recorría esos altibajos diarios que él comenzó a presentar en su estado mental y emocional. Sus planes o proyectos no seguían el curso al que él estaba acostumbrado y eso lo alteraba.
Continuará….
Fin
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¿Un sueño?...una lección de vida Capítulo I es una de las historias de amor de la escritora Viviana Velez sugerida para jóvenes y adultos.