Saltar al contenido

Izquierda o Derecha ¿Qué voy a decidir? es uno de los cuentos para pensar de la colección cuentos cortos del escritor Luis Alonso Méndez para adolescentes, jóvenes y adultos.

Desde pequeño tuvo gran inquietud por observar la mirada de las personas, cuando nació parecía tener la mirada perdida, la respiración muy lenta, las palpitaciones de su corazón parecía detenerse con el tiempo, acogido entre los brazos de su madre el pequeño guerrero estaba en su primera lucha, sin saberlo había nacido luchando por su vida, las oraciones de sus padres eran su confort con lo cual lograron ganar la batalla.

Cuando tenía cuatro años hablaba con sus padres y los miraba fijamente a los ojos puesto que su padre le indico –Si quieres conocer la verdad de las personas, obsérvalos a los ojos y no te mentirán-

Él vivía en un pequeño pueblo, el cual pertenecía a un antiguo reino del occidente asiático.

Llego la época en la cual se desencadeno una terrible guerra con un reino vecino, su padre tuvo que ir a combatir, pero como era una persona pacifica quien había pasado su vida trabajado en el campo, era casi un suicidio ir a la guerra sin adiestramiento y experiencia en arrebatar la vida a un ser vivo.

Pasaron unos meses y llegó la noticia que papá había muerto, luchó con toda su alma y vendió cara la derrota. El llanto no se hizo esperar, el pequeño guerrero cayó a las rodillas de su madre implorando que no fuera cierto que papá había muerto, papá juró que lo protegería, pero fue una promesa tan dura que la cumplió con su propia vida, el pobre guerreo con tan solo cinco años y estaba solo con su madre, por la noches observaba el cielo

–Dime Padre ¿por qué existe la muerte? ¿Por qué no estás a mi lado? ¿Por qué? ¿Por qué hay muerte? A mí alrededor veo morir las flores, los animales, arboles, y a ti ¿Por qué? ¿Por qué existe este dolor de alejarse de los seres que amamos? Dime padre, dime.

Pasaron los años y aprendió a labrar la tierra. Su madre le enseñó la manera correcta para colocar las semillas, también cómo tomar los frutos de la tierra. Aprendió a montar caballo, ideó cómo traer agua del rio para tener siempre en casa. Para esto el pequeño guerrero tenía nueve años, pero una rara enfermedad azotó el pueblo y mamá enfermó.

El pequeño guerrero la miraba directamente a los ojos, las lágrimas dificultaban sus pensamientos, rogaba con todas sus fuerzas que mamá no muriera, a pesar de su corta edad intentó mantenerse a su lado todo el tiempo, la agonía duró una semana. El guerrero no comía, solo quería estar a lado de su mamá, llegó también el instante en que él iniciaba a enfermar, su madre entre su lecho de muerte desistió de su vida para evitar que el guerrero continuara junto a ella porque él también podía morir de tristeza, hambre y soledad.

–Adiós hijo, me voy antes pero te esperaré con mis brazos abierto en la puerta, espero no verte pronto, espero que vivas lo mejor posible. Lo siento, ya no puedo acompañarte más.

Todo era cierto, mamá no dejo de verlo a los ojos, él guerrero cayó de inmediato al suelo soltando poco a poco la mano de mamá. Unas pocas personas fueron al entierro dejando el cuerpo en una colina desde donde se puede observar los primeros y últimos rayos el sol.

Hora, quedo solo en este mundo, el mal camino no se hizo esperar, conoció a las personas equivocadas que robaban en los caminos a los viajeros, durante ese tiempo el joven guerrero dejo de ver a los ojos de las personas, dejo de buscar la verdad que sale únicamente a través de la mirada, por las noches después de efectuar las fechorías, se tiraba en el suelo observando la inmensidad del cielo, rogaba perdón a sus padres por las maldades que hacía.

Finalmente entre uno de los asaltos él tenía abrazada a la victima para evitar que escapara, sus otros compañeros revisaban las carreta y los caballos en los cuales viaja el forastero, de repente cinco jinetes aparecen y arremeten contra los asaltantes e inicia una lucha intensa.

Así también el forastero inicia a forcejear con el joven guerrero y entre la confusión lanza con todas sus fuerzas al forastero cayendo de inmediato entre una pila de piedras donde pierde la vida al torceré el cuello, el guerrero solo observaba mientras el cuerpo inmóvil yacía en el suelo entre piedras filosas y grandes.

Todos salieron huyendo del lugar, despavoridos como llamas de fuego en una explosión, esa noche nuevamente se tiró al suelo pero cerró los ojos, no sentía digno ver el cielo, muchas veces pensó que era la muerte, y ahora sabía que tenía el poder de la muerte en sus manos, tantas veces que renegó a la muerte y hoy había sido artífice de ella.

Pasó el tiempo e ingresó a las filas del ejército del rey, estaba hecho todo un guerrero, era uno de los más altos, fuertes y veloces, habilidoso con la espada y certero con el arco, sus hombros denotaban la gran fuerza física, su barba espesa y cabello largo lo hacen ver más imponente como la melena del León.

Fueron muchas batallas donde salieron triunfantes, gracias a la dirección del guerrero, muchos lo seguían, muchos le tenían que evitaban verlo a los ojos por la furia desbocada que emanaba de su mirada.

Llegó aquella batalla contra el reino de Neklis, era un reino muy peculiar, Neklis se caracterizaba por bondad de su gente, pero el Rey estaba decidido a tomar cuantos reinos pudieran. El ejército ingresó a los pueblos donde encontraron muy poca resistencia de los aldeanos, las órdenes eran exactas, acabar con todos. De repente un niño salta a abrazar a su padre recién asesinado por el guerrero, sus pequeños brazos lo envolvía como cobija mágica en busca de la vida de su padre. Inerte el guerrero lo observaba mientras la desesperación del niño.

Una flecha se encajó directamente en un brazo del niño, el guerrero sintió un fuego desde su corazón el cual busco a infame que la disparó, quitándole la vida de un solo espadazo directo a la cabeza, el guerrero puso su cuerpo enfrente del niño como muralla cual protege un tesoro.

– ¡Nadie lastimara al niño!- grito con todas sus fuerzas cual rugir del león.

–Te atreves a desobedecer al Rey, si lo haces tú también morirás- le gritaron al Guerrero, no se hizo esperar la reacción al despedazar a quien lo desafío. El ataque se inició contra el guerrero, uno a uno caían los soldados ante él, pero poco a poco las heridas se iban haciendo más doloras.

Espadas y flechas se dirigían al unisonó al guerrero, sus movimientos se hacían más lentos, disminuía sus fuerzas, pero continuaban cayendo soldados a su alrededor. El final llegó, las continuas flechas y espadas cegaron la vida del guerrero, su cuerpo cayó observando el cielo, su mirada firme como cuando observaba en busca de la verdad detrás de la mirada de la gente.

-Al fin estás aquí, espero tengas presente toda tu vida. Todo tiene una razón de ser, todo tendrá sentí ahora para ti, Yo, quise que estuvieras entre lo más común del humano, por eso has luchado durante toda tú vida.

-Mi Dios, dentro de mi fe siempre quise estar contigo, pero mis manos están machadas, tú has visto, todo, todo lo que hecho. También has visto dentro de mi corazón el motivo de mi llanto, no soy digno de estar frente a ti. ¡Perdóname!

-Dime si durante tú vida encontraste a alguien perfecto, que nunca halla dañado a alguien, dime si lo encontraste y lo comparare contigo y te castigare, puesto que eso es lo que deseas.

-No, no creo que exista alguien así, por todo mi camino incluso mis padres han dañado, sin quererlo hacer pero han dañado-

-Entiendes ahora, por tú visión te necesito, ¿Ves aquellas puertas?

-Si, las veo mi señor.

-La de la izquierda es la puerta con la cual se da la bienvenida al cielo, está ahí porque del mismo lado puse el corazón de la personas, es ahí donde de se determina la bondad, amor, justicia, generosidad, compasión, y todas las virtudes del humano. La del lado derecho es la que encamina al infierno. Observa la puerta del corazón, ahora se abrirá para ti.

La puerta se abrió y todo se ilumino como un atardecer inmenso, las nubes, los colores, la briza, todo perfecto, todo en calma y paz, quienes abrieron la puerta era un hombre y una mujer.

-¡Es Papá y Mamá!-El guerrero los reconoció de inmediato, llenando su corazón de alegría como cuando niño.

-Te necesito, necesito de tu ayuda para ir por el mundo y observes el corazón y actos de las personas que están a punto de entrar en cualquier de estas dos puertas. Ahora no tomaras la espada, te daré dos llaves, observa viendo todo lo que pasa y darás la llave que corresponde a cada uno, no podrás manifestar frente a ellos, solo será cuando así ellos estén listos para entrar, ahora serás uno de mis ángeles, tus padres me contaron mucho de ti, estaban seguros que tu corazón comprendería lo equivocado que estas al estar tomando la vida de las personas, por eso les permite estar frente a ti durante tu última batalla, ellos están presentes en ese niño que tu defendiste con tu vida.

El guerrero cambió de apariencia, aún continuaba con su aspecto de cabello largo y barba pronunciada, corpulento y con gran fuerza, su alas inmensas, y nuevamente la mira firme y profunda. Pasaron los años y observado a muchas personas, en cada una de ellas ha observado su corazón y alma, ha entregado muchas llaves de la puerta del cielo, hay muchas personas bondadosas en el mundo, pero también se ha desboronado al entregar llaves del infierno.

En cierta ocasión ya en época moderna tuvo que entregar una llave izquierda y una de derecha, eran hombres que vivieron en mismo tiempo pero totalmente diferentes, ambos fueron lideres y con gran determinación.

El primero era un hombre pequeño, de gran determinación y fortaleza en su voz y mente. Siempre tuvo obsesión por ser el mejor y único, llego al poder de un país tan poderoso que tuvo la capacidad de retar a todo el mundo y hacerlos sus esclavos, quiso tomar todo el mundo y exterminar a todo quien fuese diferente a ellos, guio a su país a ríos de sangre y sufrimiento, devastó y destruyó hogares de personas inocentes, hasta que llegó a la locura, todo lo vio el Guerrero, sabia ese sentimiento de guerra y lucha, comprendía bien el corazón del Líder Militar, lo acompaño durante muchas de sus reuniones, discursos, placeres e incluso en su propio suicidio. El día se comportaba extraño y había mucha tensión alrededor de Líder Militar, en abril de 1945 La Muerte y el Guerrero lo esperan en un salón, había llegado la hora que hacerlo partir, el Líder Militar ante su derrota inminente tomo su arma y se disparo en la cabeza.

-Ya era hora que vineras Hitler, tú destino y final esta dictado, toma esta llave que te corresponde por tus actos.

En ese mismo instante la Muerte tomó su alma y lo encamino a la puerta derecha, hacia el infierno.

El segundo hombre también era pequeño, débil físicamente, su voz era suave pero con una determinación tan grande que logro guiar a un pueblo hacia la libertad, luchando siempre por la paz, el Guerrero sabía también el deseo de tener paz. Muchas de las luchas que realizo el Líder de Paz fueron creadas desde su corazón y gran entendimiento, algunas de ellas fueron perdidas, su corazón se estremeció cuando se entero de la masacre de Amritsar donde murieron hombres, mujeres y niños, el poder de todo un imperio era brutal, el Guerrero lo acompaño al Jardín de Jallianwala Amritsar.

Lloró junto a él y vio como tomada fuerza para continuar la lucha por Paz en su país y por la libertad, observo cómo este Líder era diferente, continuo promulgando marchas pacificas por los ideales más dignos, la libertad, por la igualdad, por el trabajo. No tuvo riquezas, pero logró estar en corazón de muchas personas que lo acompañaron en sus marchas.

El Guerrero disfrutó el triunfo de Líder de Paz, su pueblo fue libre, logro la libertad. En enero de 1948 La Muerte y el Guerrero se detuvieron por el camino, observaron a un hombre que estaba esperando al Líder de Paz, observaron cuando descargó su arma asesinándolo.

-Eres alguien incomparable Gandhi, hemos estado junto a ti siempre y te agradecemos tú lucha por la Paz, ahora es tiempo que descanses, has dejado la semilla de la libertad y lucha pacífica en todo el mundo, Ten esta llave que bien ganada la tienes.

El Guerrero entrega la llave del corazón a Mahatma Gandhi y lo acompañaron a las puertas de cielo. Ahí aprovecho para hablar con Dios y hacer una pregunta.

-¿Estos dos hombres han vivido en el mismo tiempo, en el mismo lugar, como es posible que sean tan diferentes?

Dios le dijo-Siempre encontraras personas buenas y malas, en todo momento cuando observes alguna injusticia, debes saber tomar una decisión, actuaras en contra de lo injusto o no harás nada. La decisión la tomaron ellos dos y sabes ya cual fue su destino.

Ahora solo falta saber.

¿Qué camino tomaras tú?

Fin

Izquierda o Derecha ¿Qué voy a decidir? es uno de los cuentos para pensar de la colección cuentos cortos del escritor Luis Alonso Méndez para adolescentes, jóvenes y adultos

Califica esta entrada

Por favor, ¡Comparte!



Por favor, deja algunos comentarios

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Recibe nuevo contenido en tu E-mail

Ingrese su dirección de correo electrónico para recibir nuestro nuevo contenido en su casilla de e-mail.



Descubre más desde EnCuentos

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo