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Zarzamora es tal como es. Cuentos de elfos

Zarzamora es tal como es. Escritora de México. Cuentos de elfos.

elfo
Muchas cosas flotan … flotan las hojas de los árboles, cuando el aliento del otoño lo tiñe todo de cambiantes cafés,rojizos, anaranjados y amarillos; flotan las plumas de las aves que se caen cuando emprenden el vuelo en busca de más cálidos cielos; flotan las palabras, que a veces se quedan largo tiempo suspendidas en el viento; flotan los trocitos de confeti, las gotitas del rocío matinal, flotan los aromas, sobre todo aquellos que nos recuerdan momentos felices, flotan los sonidos e incluso los besos … ¿pero alguna vez habías visto flotar a una elfo? Éso fué lo que le sucedió a Zarzamora, la más pequeña de seis hermanitas guardianas de los bosques.

Todas las hermanas habían recibido mágicos dones para poder realizar su misión, y todas eran muy hermosas … excepto la pequeña Zarzamora … o al menos éso pensaba ella, porque no teniá el largo, sedoso y rojizo cabello de su hermana mayor, Cereza, ni los ojitos color violeta de la pispireta de Arándano, tampoco tenía la sonrisa perfecta de la tierna Fresa, ni la melodiosa voz de Mora y definitivamente no era tan alta y delgada como la guapa de Grosella; Zarzamora era bajita, algo llenita, con largos rizos rebeldes color de la noche y nadie, ni siquiera las orugas acataban sus órdenes porque aún era muy pequeña, lo cual significaba que tampoco contaba con un don mágico como los de sus hermanas; motivo por el cual nuestra amiguita se frustaba y desesperaba y,al verla así sus hermanas siempre le decían lo mismo “sólo espera, ya crecerás” pero a Zarzamora le parecía imposible llegar a ser tan linda y poderosa como sus hermanas, y se la pasaba deseando ser alguna de ellas … o alguien más … quien fuera, menos ella misma.

Así que una mañana Zarzamora decidió que no iba a esperar más y se fué a recorrer los bosques para recolectar todos los pétalos rojos que pudo apretujar en su bolsita;los tenía de tulipanes, claveles, margaritas, flores silvestres y por supuesto, de rosas, y con ellos hizo una pintura sumamente aromática y se tiñó el cabello. Luego de lavarlo y cepillarlo por más de tres horas para que se quedara quietecito, por fín se decidió a salir de su habitación a mostrarle a sus hermanas su nuevo “look”.
– ¿Pero qué le hiciste a tu hermoso cabello Zarzamora?-interrogaron asombradas todas las hermanas al unísono-
– … pues … lo teñí … ¿qué? … ¿no les gusta?
– Hermanita-decía Fresa- esque así no eres tú
– ¡Ése es el punto! ¡no quiero ser yo! ¡Cereza tiene el cabello rojo y se ve hermosa! ¿porqué no puedo yo verme así?
– ¡Zarzamora,tu ya eres hermosa!
– ¡No es cierto!
Sin embargo, la discusión de las hermanas fué interrumpida por un penetrante zumbido que se hacía cada vez más y más intenso … bzzz … bzzzz … BZZZZZ-se escuchaba- y en segundos la pobre de Zarzamora estaba rodeada de abejas que habían encontrado sumamente atractivo el olor de su cabellera, y por más que las hermanas le ordenaban a los insectos que se alejaran, el dulce olor era tan irresistible que nuestra amiguita no tuvo más remedio que correr hacia el río y lavar su pelo.
Aquella tarde Zarzamora se quedó largo rato a la orilla del agua observando su reflejo. -Que mejillas tan grandes tengo, mis ojos son tan oscuros y mis piernas son tan cortitas-pensaba- entonces se inventó un hechizo para que sus ojitos cambiaran de color y contenta con lo que había hecho regresó a casa.
– ¡Zarzamora que bueno que volviste!-decía su hermana Arándano- Ya es hora de cenar … ¿que tienes en los ojos? ¿estás enferma?
– No … ¿porqué?
– ¡Niña! ¿cuántas veces te hemos dicho que la magia no se usa en cosas tan triviales?
– No te enojes … tú tienes los ojos color violeta, nadie más tiene los ojos de ese color … tú eres especial …
– Tú también lo eres …
– ¡No entiendes nada!-decia llorosa nuestra elfo mientras corría a su habitación, y al verse al espejo notó que su hechizo no estaba bien hecho porque sus ojitos cambiaban de color, iban del amarillo al rosa y al azul en un instante, así que deshizo el encantamiento y se fué a dormir soñando que era tan guapa como su hermana Grosella-.

Aquella mañana Zarzamora se despertó viendo a través de la ventana a sus hermanas haciendo crecer árboles y haciendo florecer cada rincón, las vió hablando con los animales y las escuchó cantar melodiosamente, como si fueran aves trinando en primavera. La elfo no cantaba y tampoco podía hacer florecer de la nada los bosques y sentía como si no pertenenciera a su familia, ella era diferente … demasiado, y éso la entristecía profundamente.

Día con día su mirada se fué apagando, y dejó de ser hablantina, su enorme sonrisa simplemente desapareció de su rostro, dejó de comer e incluso sus abultados y rebeldes rizos se alisaron.
Todo éso tenía sumamente preocupadas a sus hermanas que intentaban animarla y le cocinaban sus platillos favoritos, le llevaban regalos y le hacían mimos, le decían cuánto la amaban y le hacían cosquillas … pero aún así Zarzamora no sonreía; la casa de las hermanas, y el bosque entero parecía demasiado silencioso desde que la pequeña ya no hablaba, e incluso las noches se habían tornado frías y oscuras porque la luna, extrañamente, tampoco aparecía.

Fué en una de ésas tardes heladas en las que el viento soplaba fuertemente que Zarzamora decidió salir a caminar; pero el viento que todo lo había visto estaba esperándola para jugarle una broma, de a poquito fué soplando cada vez más fuerte hasta que hizo que la elfo que ahora estaba súper flaquita, tan flaquita que si se paraba de perfil sólo se le veía la nariz, comenzara a elevarse del piso, primero sólo unos pocos centímetros, pero después salió volando como una hoja.

La pequeña quizo asirse de alguna rama, pero estába tan débil que no pudo, también quizo pedir ayuda a sus hermanas, pero su voz había perdido potencia y apenas era un susurro. El viento la elevó más y más por entre las nubes, casi rozando las estrellas, le dió vueltas y más vueltas hasta que Zarzamora comenzó a reir; fué entonces que el viento la depositó suavemente en un frondoso árbol de peras y le dijo: mi querida niña, no quiero que vuelvas a ponerte triste, ni que vuelvas a pensar que no eres hermosa ¡porque realmente lo eres! Tu rizada cabellera siempre me hace cosquillas cuando sales corriendo a seguir mariposas, y en tus ojos tan oscuros, profundos y brillantes se reflejan todas las estrellas, y, por si no lo has notado, es tu sonrisa la que atrae a la luna llena, es tu risa y son tus charlas las que hacen que los ríos corran felices … y eres tú, toda tú, así como eres, la que hace que yo sea fresco y suave y no gélido y tosco.

Un par de lágrimitas llenas de ternura salieron de los ojos de nuestra elfo que ya no se sentía menos bonita ni menos poderosa que todas sus hermanas, pues ella controlaba la luna, los ríos y el viento. Y comenzó a comer una jugosa y dulce pera para que el viento ya no se la llevara de un soplido, y de regreso a casa Zarzamora se miró en la cristalina agua y ya no deseó ser como sus hermanas, ellas eran lindas, pero también Zarzamora, y era diferente, como lo somos todos, y era especial, igual que tú y yo.

Y con el viento tomando sus manos Zarzamora regresó a casa tan hablantina y sonriente que la luna regresó y todas las hermanas se reunieron alrededor de una fogata para asar malvaviscos y cantar, contar historias, reir y ser ellas mismas y felices por ser así, todas diferentes, todas hermosas, todas tal y como son.

Fin

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