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Un gnomo llamado Rolf

Un gnomo llamado Rolf

Un gnomo llamado Rolf. Karen Krik, escritora argentina. Cuento infantil. Historias de gnomos. Educación ambiental para niños.

Había una vez, hace mucho tiempo atrás, en un magnífico mundo subterráneo, un gnomo llamado Rolf. Este mundo estaba habitado por unos seres muy pequeñitos denominados gnomos.

El gnomo Rolf era muy inteligente, prácticamente un científico. Era muy creativo y siempre andaba calculando, haciendo planos de sus nuevos diseños, construyendo, etc., etc… Le encantaba imaginarse máquinas y diseñarlas.

Una vez diseñó una máquina gigante para hacer burbujas, se le había ocurrido para entretener a los más chiquitos de la aldea, pero la máquina se descontroló e hizo tantas burbujas que todos los gnomos y gnomitos empezaron a resbalarse y caer al piso. Eso no gustó mucho por lo que la máquina quedó fuera de circulación.

Otra vez inventó un reloj despertador que estaba en la plaza central, lanzaba pelotas de tenis a las seis de la mañana para que todos los gnomos se levanten, pero a veces se bloqueaba y tiraba pelotazos a cualquier hora y le daba en la cabeza a todo gnomo que anduviera por ahí.

Sus inventos eran raros, pero muy originales y bien intencionados. Una noche, mientras descansaba en su cama, a rolf se le ocurrió hacer una magnífica máquina de paseo, e inventó un tren. El tren era precioso, muy bonito, muy colorido y muy llamativo. El único problema era su combustible.

Rolf quería que el tren funcione con un combustible muy especial, que no contamine y dure mucho. Eso era algo muy difícil de conseguir, pero la tenacidad de Rolf pudo más. Rolf pudo diseñar un tren que use como combustible diamantes. Los diamantes son muy caros y difíciles de conseguir, pero gracias a sus cadenas de carbono internas serían el combustible ideal no contaminante requerido por Rolf.

Rolf tenía muchos otros gnomos amigos que lo ayudarían en su tarea. Los gnomos llegaron a un arreglo, Rolf llevaría a los gnomos de paseo a donde ellos quisieran, llevaría las cosas pesadas por ellos….pero…a cambio Rolf necesitaba que le consiguieran los diamantes para usar como combustible.

Todos estuvieron de acuerdo y ambos se pusieron manos a la obra. Rolf comenzó a construir el tren y los gnomos comenzaron a buscar diamantes. La tarea de buscar diamantes no era cosa fácil, se debían hacer enormes agujeros en la tierra y en las montañas, utilizar maquinaria pesada, hacer túneles, buscar los yacimientos de diamantes, y recién ahí proceder a extraer los preciosos diamantes. Lo bueno de este duro trabajo era que los gnomos, por ser buenos, recibieron ayuda de las hadas de la tierra.

Las hadas ayudaban a los gnomos con sus poderes mágicos para detectar donde estaban los diamantes, así la tarea de los gnomos resultaría más fácil. También las hadas harían que los gnomos tuvieran fuerzas sorprendentes para poder empujar los carritos de la mina de diamantes, que estaban llenos de tierra, piedras y diamantes, eran en extremo pesados.

Rolf avanzaba en el diseño y construcción del tren y los gnomos ya tenían bastantes diamantes para ser utilizado como combustible. Cuando faltaban unos pocos días para que el tren de rolf saliera a dar su primera vuelta, en la aldea de gnomos se organizó una gran fiesta de inauguración del tren.

En la plaza de la aldea había guirnaldas de flores, las luciérnagas se agruparon para iluminar todo haciendo faroles y bonitos arreglos decorativos de luz. Las gnomas hicieron la comida, prepararon deliciosos platillos típicos de los gnomos, tales como hongos a la plancha, champi-pan (es como el choripan pero con champignones en lugar de chorizo), jalea de frutas del bosque, tortillas de copos de algodón de azúcar, etc.

Todo un banquete, muy apetitoso. Todo en la aldea lucía muy bonito, especialmente la estación del tren, era nueva, recién hecha y se había engalanado con listones, brillos, luces y flores.

El jefe de la estación, el gnomo Orvil, se puso su traje de fiesta, con una bellísima gorra bordada que decía “jefe de estación” y en su chaqueta había una inscripción que decía “El tren de los diamantes”. En efecto, el tren era de diamantes, gracias a su combustible. De la chimenea salían estrellitas de diamantes, brillaban de noche y brillaban de día, eran estrellas grandes y chiquitas.

Cuando el tren circulaba, todo el ambiente se llenaba de magia con esos destellos de diamantes flotando por toda la atmósfera. ¡Era tan bello!, casi como un sueño. Rolf sería el conductor del tren y su primer vuelta sería magnífica, porque improvisó unos rieles como para que el tren se transforme en ¡montaña rusa! Finalmente el día tan esperado llegó.

Rolf subió muy cuidadosamente a todos los pasajeros, en especial a aquellos gnomos que ayudaron en la mina. Comenzaron su primera vuelta alrededor de la aldea, subieron y bajaron por los rieles de la montaña rusa y parecía mágico, porque a su paso dejaba una estela de estrellitas de diamantes que brillaban como destellos de luna llena.

Cuando creían que la vuelta había terminado, Rolf puso potencia turbo a su tren de diamantes y comenzó a dar otra vuelta….pero esta vez……marcha atrás, ¡fue espectacular! Después de la mega vuelta, pararon en la estación, donde el jefe Orvil les dio una cálida bienvenida y luego se fueron a comer la deliciosa comida que las gnomas habían preparado.

El tren funcionaba mejor día tras día, se ampliaban las vías y ya se comunicaban con otros valles de gnomos vecinos y así comenzó a haber intercambio de productos entre las aldeas, nuevos gnomos vinieron a vivir a la aldea, en fin, gracias al tren la comunidad crecía, y todo cambiaba para mejor.

De repente, comenzaron a observar un fenómeno muy extraño. A lo largo de las vías del tren se empezaron a ver arbolitos que florecían con unas muy bellas flores, muy brillantes. Cuando se acercaron a ver las flores, todo el mundo quedó más que sorprendido…brillaban porque eran de diamantes.

Gracias a las hadas, los diamantes crecían en forma de árbol, el árbol tenía unas hermosas flores, y dentro de esas flores, en el centro de cada una, había un bello diamante. Esto hacía ver resplandecientes a la aldea y los valles, inclusive de noche brillaban con una intensidad muy particular.

Los gnomos agradecieron a las haditas por el gran favor de hacer que los diamantes florezcan en árboles en lugar de las oscuras cuevas, en las entrañas de la montaña. Y fue así como en la aldea los gnomos fueron felices por siempre. Vivieron en paz en la aldea, en los valles y en las aldeas vecinas.

El gnomo Rolf construyó más trenes por todas las aldeas y comarcas vecinas, incluso vendió sus diseños a lejanos países al otro lado del mundo. Cuando los trenes de Rolf pasaban…todo resplandecía y se llenaba de alegría. A partir de entonces, el gnomo Rolf se volvió famoso por su ingenio y por su particular sensibilidad que hacía unir a la gente.

Sólo había un problema con los trenes de Rolf. Solamente podían ser construidos y usados en aldeas con gente de buen corazón. Cuando tu corazón es bueno y actúas en consecuencia, la magia de dios todo lo hace posible.

Y así fue como el gnomo rolf pudo hacer feliz a mucha gente.

Fin

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