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Feliz, es Feliciano anidando cada año

CAPÍTULO I

A mi padre le encantaban los árboles y en forma especial los bosques.

Me decía que se le asemejaban a las personas y a la sociedad, tal vez por ello los bautizaba con nombres. Era usual que me hablara de sus amigos: Julio Guayacán, Pedropino, José Carbonero, Hernán Nogal, Guillermo Cedro, Jaime Aliso, Rafael Alcanfor, Alberto Álamo, Eugenio Samán, entre muchos otros.

Un domingo como de costumbre, me llamó para que lo acompañará a su paseo semanal. Caminamos hasta encontrar un pequeño sendero, que parecía había sido transitado en algún tiempo; pero, que ahora pequeñas plantas, enredaderas y bejucos querían ocultarlo. ¡Debes sonreír! Y saludar, me dijo en tono enérgico. Las habitantes del bosque guardaran silencio, si no sonríes.

En tono fuerte y dulce, exclamó: ¡Buenos días amigos, busco a Juanroble! y una voz contestó: Buenos días, Ramón, te he extrañado mucho, ¿qué alegría verte y veo que llegas acompañado y prosiguió la voz ¡estoy feliz!. Volvió Feliciano con una colorida pájara cantora y están anidando en mi ramaje más frondoso y alto , me siento ¡tan alegre y me veo tan vistoso como árbol de navidad.

Feliciano ha traído la felicidad que necesitaba. Es encantador, oírlo en la mañana entonar sus trinos, y sentirlo nervioso construyendo su nido. Quedé atónita, y me dije: La única manera de vivir el maravilloso encanto del bosque y comprender lo que es, era quedándose allí. Aún no salía del asombro, cuando multitud de flores y mariposas inundaron el espacio. Salían del sitio menos esperado y se confundían entre sí.

Miles de navecitas multicolores y silenciosas revoleteaban, mientras las flores se presentaban: Soy, Paola Clabellina, Gloria besitos ,Tulia Violeta, Esperanza Orquídea, Consuelo Margarita, Nancy Pompón, Flor Silvestre, Dora Cartucho, Luisa Diente de León, Cristina Siempreviva, Inés Jazmín, Ligia Azalea, Bertha Amapola, Beatriz Batatilla, Claudia Rosa, Paula Azucena, Lucía Astromelia, Amparo Girasol, y un coro ilimitado de florecillas silvestres, siguieron repitiendo sus nombres. Gloria Besitos, en dulce voz, me dijo: Disfrutarás fresas, frutos, flores, olores y sabores. Abandónate a la alegría de estar con nosotras. Sólo quien ama la belleza, podrá confundirse con ella. Estarás atendida. No necesitas desperdiciar tu energía vital, ¡Entrégate!…

Que los límites de tu mundo físico, no te impidan vivir la realidad mágica de la naturaleza. Tu cuerpo es un jardinero dirigido por tu voluntad, conságralo, con tu mente, a la experiencia que estás viviendo. Si quieres ser una flor, ¡considérate una de ellas! Sé, una de nosotras; ven, confúndete con nosotras, y verás renacer la primavera. Acepté las palabras sabias de Glorias Besitos, y me abandoné a las sensaciones que estaba viviendo. Empecé a sentirme liviana como una mariposa, y bella como una flor, empecé a ser, otro habitante del bosque.

CAPÍTULO II

Feliciano le habla a Juanroble de Lizapalmera- -.

¡Juanroble, despierta!… ya salió el astro rey a gobernar la dulce mañana y tú, aún dormido. Anda, mueve tu ramaje. ¡Vibra!… es un nuevo día -gritaba Feliciano a Juanroble y presta atención a lo que te voy a contar: Ayer en mi acostumbrado paseo fuera del bosque, vi, la planta más hermosa y tierna que puedas imaginar, se llama Lizapalmera- -. Vive cerca del mar en la playa , tiene talle esbelto y fuerte, frondosa cabellera, libre al viento, ojos verdes y se levanta erguida, mirando al sol . ¿Qué es el mar? pregunto JuanroblerobleRoble . y Feliciano le contestó. Es como el infinito cielo, al que tú miras tanto, donde están el sol y las estrellas.

¿Lizapalmera- -, conoce el sol? Sí. Contestó Feliciano, y es tu mismo sol. Tu cielo y su mar se juntan en el horizonte, y son uno solo. Yo recorrí su talle y me aferré a su cabellera, cuando el viento cálido del trópico nos movió a los dos. Le canté mis trinos y le hablé de ti y le dije que era el árbol más frondoso que había conocido .

A Lizapalmera- – le gustan los barcos, porque dice que son como palomas mensajeras en el mar, porque traen noticias del otro lado del mundo. Sueña con encontrar el amor de su vida y tiene guardado para él, toda la ternura, para dársela cuando éste llegue a su vida.

CAPÍTULO III

Juanroble , cuenta a Feliciano que está enamorado de Lizapalmera- -.

¡Feliciano, despierta!… Ahora, soy yo quien te suplica me escuches.

Me dejaste tanta inquietud, con Lizapalmera- -, que maldije mi condición de árbol; con estas raíces, ancladas a la tierra, que no me dejan mover. Quise ser un pájaro como tú, y tener alas para remontarme al infinito cielo. ¡Poder volar!… Ir al mar, y conocer los ojos verdes de Lizapalmera- -. ¡Has sacudido todo mi cuerpo!… Siento mi ramaje más pesado que nunca. Estoy triste y angustiado. ¡Dime algo, Feliciano, para acabar con esta amargura!… No olvides, Juanroble – dice Feliciano – que Lizapalmera–, también, tiene raíces y que nunca – óyelo bien – nunca, he escuchado de sus labios queja alguna. No quiere volar, porque sus sueños le ponen alas .

Ama las estrellas, el sol, el mar y al Amor, que espera. Tiene alas en su imaginación. ¿Por qué, crees Juanroble que teniendo yo alas, vuelvo a mi nido? Te diré: porque puedo elegir, y amo lo que soy, y no quiero ser diferente. Replicó, Juanroble Lo que pasa Feliciano, es que antes de conocer a Lizapalmera, yo era feliz con mis hermanos del bosque, limpiando el aire para todos, produciendo oxigeno; pero, Lizapalmera– me ha hecho desear otras cosas, como por ejemplo:

Como estar a su lado y dejar el bosque. No tienes que abandonar el bosque, replicó Feliciano, envíale tus esporas de amor con BernardoViento, que él gustosamente, le llevará tus mensajes. Y cuando Lizapalmera reciba tus esporas de amor, las hará germinar y tendrá muchos retoños de de ti Juanroble.

CAPÍTULO IV

Lizapalmera- conoce a Juanroble Roble y se enamora de él.

¡Feliciano!… mira ese barco, viene de tierras lejanas, es posible que traigas noticias del amor que espero, dijo Lizapalmera . Feliciano le Replicó: El amor se encuentra en la persona más inesperada. No tienes que mirar a lo lejos, puede estar aquí, muy cerca de ti. Háblame, dime ¿cómo es el amor de tus sueños?. Debe ser un árbol fuerte, con ramajes frondosos, replicó, Lizapalmera-, y además, generoso, buen amigo y alegre -añadió-, y que sea útil. Porque no me gusta el árbol inútil que sirve sólo para leña. ¡Y, también, que le guste mirar las estrellas!… Yo conozco ese árbol, y si mal no estoy, estás describiendo a Juanroble, mi amigo. Tiene fuertes raíces; sus ramajes crecen frondosos, tratando de alcanzar el sol. He construido mi nido en su ramaje más alto.

Juanroble, está muy ocupado con sus hermanos del bosque, limpiando el aire para todos nosotros y fabricando oxígeno; además, cuida a sus hermanas las flores, y se divierte con los bailes de las mariposas. También, le gusta la música y aplaude el trino de mis hermanos los pájaros. Es el árbol más querido y respetado en el bosque. ¡Por favor, Feliciano!… ayúdame, a ver a Juanroble, replicó Lizapalmera- -. Debes verlo primero, con los ojos de tu corazón, dijo Feliciano. Después, estarás preparada para conocerlo. Esperaré, dijo Lizapalmera- -, siento que empecé a amarlo. Ya mi corazón vibra con solo oir describir a Juanroble.

Si Juanroble es frondoso que abriga muchos nidos de aves en sus ramajes, desde ya declaro que es el árbol esperado por mi desde siempre.

CAPÍTULO V

Juanroble y Lizapalmera- -, se confiesan mutuamente, el amor.

Ayer cuando soplaba reciamente Bernardoviento, me trajo esporas de amor enviadas por Juanroble, contó, Lizapalmera- – a Feliciano. Míralas aquí, en mi talle, aferradas a mí, esperando que germine la semilla de nuestro amor. Yo amo a Juanroble, porque me aporta algo que yo no soy. Respeto la parte de la vida de Juanroble, que me resulta incomprensible. Amaré a Juanroble, incondicionalmente, y no encontraré fronteras a nuestras vidas. Estoy, experimentando, el milagro del amor, porque para mí, ya nada es imposible. -Siento alegría, replicó Feliciano-, porque Juanroble te ha mandado esta carta, que me pidió te la leyera:

¡Querida mía!…
hoy entendí, que somos inmortales.
Sólo el amor que siento por ti, me ha hecho trascender.
He derrotado el miedo al olvido.
Por ti, los colores de la naturaleza, son más brillantes,
la mañana más fresca;
logré percibir la eternidad.
Quiero compartir, mi vida, contigo.
Para que te conozcan todas la criaturas maravillosas del bosque.
Tuyo,
Juanroble-.

CAPÍTULO VI

Feliciano cuenta a Juanroble, sobre los sufrimientos de sus hermanos del bosque.

Feliciano. ¿Sabes, qué le paso a Pablosauce?. porque, lo oí llorar toda la noche, -preguntó Juanroble- Ayer, contestó Feliciano, seres malvados entraron al bosque, y cortaron parte del cuerpo de Pablosauce, y también, se llevaron a Pedropino. Pablosauce tiene una herida y no cesa de llorar.

Todos tus hermanos se reunieron y escucharon a RafaelAlcanfor y a EugenioSamán, quienes propusieron, que todo el que entre al bosque, con malas intenciones, las hermanas rastreras, enredaderas y bejucos, les borrarán el camino ; y el castigo será el de perderse en el bosque. Todas las flores, las mariposas y los pájaros se esconderán acabándolo por enloquecer con el verde silencioso de los árboles.

Pero, la voz sabía de FernandoSándalo dijo: No estoy de acuerdo. La violencia, genera más violencia. Yo perfumaré el hacha que me hiera. Cuando nos hagan daño, todos nosotros luciremos el verde más brillante y esplendoroso, las flores, sus mejores colores; los pájaros entonarán sus trinos melodiosos, y de esta manera, la belleza los deslumbrará, los enceguerá y los imposibilitará para seguir haciéndonos daño. Cambiaremos la maldad por admiración, y desterraremos el odio, Convirtiendo la belleza en nuestra arma, les demostraremos que tanto aquella como el amor, derrotan la violencia. ¡Palabras sabias!… Dijo, Juanroble. -Estoy de acuerdo con Fernando Sándalo. Ese será, por siempre, nuestro lema. La Paz.

CAPÍTULO VII

Celebración por el matrimonio de Lizapalmera- – y Juanroble.

JulioGuayacán, nos invitó a todas las flores, para celebrar el compromiso de Juanroble y Lizapalmera- -; hemos decidido, que en honor de los contrayentes, nosotras las flores, los pájaros y las mariposas, imitaremos el arco iris con todos los colores…
¡Anímate, Feliciano!…., lleva también tus pichones a la fiesta.

Flores, florecitas
entonemos nuestras cancioncitas,
para cantarlas bien junticas,
Feliz, es Feliciano, anidando, cada año

Juanroble y Lizapalmera- –
se van a casar,
van a comprar zapatos
para irse a bailar.
,
El hijo de Juanroble,
Juanroblecito,
siempre será.

A Lizapalmera-, le gusta la brisa,
y le da risa.
Cuando Lizapalmera- se desliza ,
no le da risa.

Lizapalmera- -,
siempre se menea,
con la cabellera al viento,
siempre se le enreda.

A la AAA
Feliciano, ya se va.
A la e e e e,
Feliciano, ya se fué.
A la i i i i,
Feliciano, no está aquí.
A la o o o o,
Feliciano, no volvió.
A la u u u u,
Feliciano, hizo glú.

A la a a a a,
margaritas, siempre habrá,
porque Feliciano, no se va.

CAPÍTULO VIII

Feliciano dice a Juanroble, que debe conocer el mundo.

Ya conociste el amor, Juanroble. Ahora, debes conocer el mundo fuera del bosque. -Dijo Feliciano-. Existen otros seres que al igual que tu, luchan por conseguir la armonía y el amor en sus vidas.

Se han unido para luchar por la paz y derrotar la violencia. Esos seres son mis amigos. HumbertoCóndor y TeresaPalomablancura. Viven en las montañas. Se han reunido en otro país lejano, pasando el mar, para dialogar sobre cómo contribuir por la paz, y evitar que seres malvados con la violencia, destruyan nuestro mundo, que también es el de ellos. Te envían sus cartas de presentación, para que tu transmitas, sus mensajes a nuestros hermanos del bosque.

Soy, HumbertoCóndor
el mensajero del sol.
El señor de los Andes.
Disipo las sombras con mi palabra, que es luz;
¡Buenos días, Juanroble y amigos del bosque!…
Os dejo mensaje de luz y calor,
amigos míos, inclino mi carúncula, en signo de respeto y admiración..

Soy, TeresaPalomablancura , la mensajera,
vuelo largas distancia y siempre regreso a mi nido.
¡Buenos días!… queridos amigos,
me llaman, Teresa PalomaBlancura,
con mi ramita de olivo,
os envío mensajes
de paz y de amor.

Soy, CarmenGuacamaya, ¡mírenme!…
tengo un traje muy vistoso, en mis plumas remedo el arco iris.
Soy, como la paleta de los pintores,
soy, la obra de los dioses os envío mensajes
de armonía, en la indiferencia.

Soy, JulioCaballoPercherón,
os envío, mensajes de humildad, y me pongo a vuestra disposición. Soy, caballo albardón, no soporto la carga, y por eso quiero alas como pegaso, sin amo y sin ley.

Levantado en mis patas cual león rampante, enseño mi cuernos, piel dura, pelo corto y cola larga. Soy, HéctorToro, soy doméstico o salvaje como ninguno, pero noble y de casta, os envío mensajes de fortaleza, a vosotros amigos del bosque. Soy, Ramón Elefante Gris, me llamaban, el chico, en la selva, y ahora que mido tres metros de alto y cinco de largo, Ramón Cenicientoscuro me apodan. Soy el mayor de los animales terrestres, pero, le temo a los ratones, y aunque de ojos pequeños y orejas grandes, tengo una trompeta en mi cara. He visto a Dumbo volar sobre mi cabeza, y por ello traigo mensajes de fantasía, para todos mis hermanos del bosque.

Cual mimoso oso hormiguero, suave cual osezno de algodón, ese soy Yo. Hugo Osogrón. Osogrón, es mi nombre por lo grande y por lo fuerte, busco vegetales para mi cocina y también, margaritas para mi vista… Traigo mensajes de ternura y consideración. Cual ser audaz, imperioso y valiente, presento mi melena, sinónimo de experiencia en todos los presentes. Soy, ArturoLeón el Rey de la Selva, agresivo y pendiente de cuidar mis cachorros, cuando la leona está ausente… Traigo mensajes de comprensión y amistad

Soy Orlando Canino, su fiel servidor, os traigo mensajes de lealtad, a vosotros mis amigos del bosque, puedo ser bravo, también, cariñoso como un perrito. Este es mi perro, perrito, Molondro, Molondrín, ladra a la luna como loco loquín. Este es mi perro, perrito, Molondro, Molondrín, tiene la nariz tan fría, como un heladín. Este es mi perro, perrito, Molondo, Molondrín, mueve tanto la cola, que me va a confundir. Este es mi perro, perrito, Molondo, Molondrín. Es pulgoso y miedoso, y yo lo quiero así. Este es mi perro, perrito, Molondro, Molondrón, alza la patica y hace pipí.

CAPÍTULO IX

Lizapalmera- – cuenta a Feliciano sus angustias.

¡Sabes, Feliciano!… que, escuchando estos mensajes de nuestros hermanos los animales, siento nostalgia porque no sé como transmitirlos a mis amigos del mar. ¡Recuerdas, cómo nos divertíamos contando los ballenaticos, que nacían cerca de la playa? -Imposible olvidarlo- Lizapalmera-, ¡Fueron unos días esplendorosos!… Es increíble que la ballena jorobada, venga al trópico a tener sus ballenaticos. Yo creo que es porque el mar es calientico. Ya sé, Lizapalmera- lo que podemos hacer. ¿Te acuerdas de Martín Pescador? ¡Claro!… Martín Pescador, puede hablar con SebastianDelfín, y éste, transmitirá nuestros mensajes a todas las criaturas del mar.

El mensaje será : Alégrense ballenas y ballenaticos, ya nadie los molestará, vivan felices en todos los mares ; desaparecieron los arpones, nadie os perseguirá. Ya no hay más violencia. ¡Sólo reina la Paz!…

Alégrate, Delfin Rosado, porque todos apreciamos tu belleza e inteligencia… Eres único e irrepetible, como el primogénito del rey de Francia.

Ayúdanos, para que tus congéneres rosados y grises, transmitan el mensaje de Paz, enviado por Feliciano, Juanroble y Lizapalmera- -. Desde Pekín, al último confín del mar y de la tierra.
Así, todos lucharemos, para conservar limpio el mar, para que ballenatos azules y grises, delfines rosados y grises, y peces de todos los colores…¡Vivan Felices!…

CAPÍTULO X

Toda la naturaleza da gracias por estar en armonía y en paz.

¡Buenos días!…. Dijo el sol, derramando sus rayos de luz. ¡Buenos días!…. Contestaron en coro las aves, con sus trinos. ¡Buenos días!…. Astro Rey, contestó Humberto Condor, inclinando su carúncula. ¡Buenos días!…. Verdes y azuladas montañas. ¡Buenos días!…. Azul infinito ¡Buenos días!…. Mañana primaveral ¡Buenos días!…. Juanroble -amigos del bosque- ¡Buenos días!…. Criaturas del mar y de la tierra ¡Buenos días!…. Dijo Ramón mi padre. ¡Buenos días!…. Dije sintiendo la armonía de la naturaleza en mi vida, oyendo los trinos de Feliciano y los suspiros de Lizapalmera- -, recordando los sabios consejos de Juanroble.

Fin

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