Saltar al contenido

El león azul. Historia de dos hermanos

El león azul. Elvis Eberth Huanca Machaca, escritor peruano. Cuento para padres. Historia de dos hermanos.

Una vez escuché una canción tan bella que me recordó a mi pequeño hermano. Al caminar por el caos que fue mi vida, mi pequeño hermano me decía que ya tenía hambre y yo al mirar aquellos profundos ojos, su pequeña cara sucia y su cabello, todo despeinado, sólo pude presionar fuertemente su mano y decirle «espera un poco más».- Ya llegaremos a casa, solo eso. Todos los días me arrepiento de decirle eso. Le hubiese dicho:

-Hermano te quiero -vivir con esas palabras dentro de mi corazón, me hacen sentirme muy triste y las lágrimas me empiezan a salir.

Esta historia es una que comienza con un adiós y termina con un hola, la historia trata de un sueño que siempre vivirá dentro de mi corazón.

-Chicos levántense van a llegar tarde a clases otra vez – nos dijo mamá.

-Sólo un poco más -Dijimos mi hermano Miguel y yo. Es viernes, al fin he esperado este día hace bastante tiempo, papá está de viaje debido a su trabajo y mamá hoy ira a visitar a unas tías que tiene al otro lado de la ciudad. Al fin soy tan feliz, hoy me convertiré en un hombre, porque alguien tendrá que llevar la llave de la casa, así que es obvio que ese seré yo.

“ Ehhh y más ehhh” gritaba de felicidad. Hace mucho tiempo que había esperado este día. Al fin me convertiría en una persona mayor con responsabilidades. Esperen a que los chicos de mi clase la vean, este era mi nuevo poder, para un niño de ocho años tener la llave de tu casa es algo que te hace muy importante entre los chicos de mi edad. Carolina me invitará a su casa. Carolina es la niña más popular de la escuela, muchos dicen que es la niña más linda de todo el mundo.

Estar al lado de ella, mmm, seria todo un sueño hecho realidad. Y esta llave me abriría la puesta a la felicidad. Soy tan feliz… Daniel no dejará de decir ohhh y mas ohhh y por qué no mas ohhh. Raúl sentirá envidia y Verónica me dará un poco de su lonchera…jijiji. Y la profesora Patty dirá

– “Rai ya eres todo un hombre”. Es que para un niño de mi edad, tener la llave de su casa es poder, poder que yo sabré utilizar muy bien. Lo he preparado todo desde ayer, he limpiado la casa, hay helado en el refrigerador, las sillas de la cocina las puse en la sala . Cuando sean las tres, jugaremos a las escondidas, a las tres y treinta comeremos helado de vainilla (mi favorito, no me gusta el de plátano) después miraremos tele y después uhmm y más uhmm que haré después, aun no lo sé lo pensaré después decía dentro de mí. Bien, ya terminamos de desayunar, ha llegado la hora “¿mamá no tienes algo para mi?” le dije con una enorme sonrisa en el rostro y con mis ojitos todos brillosos.

-Si hijo toma tu lonchera, ya sabes termínala despacio. –

No mamá es algo más.

-Ah ya sé lo que es ¿cómo pude olvidarme? (si al fin llego la hora, me lo va a dar) muaaa y muaaa y un abrazo mas ¿algo más hijo?

-No es eso mamá, es algo más.

-¿Algo más que será? Miguel ya es tarde ¿acabaste tu desayuno hijo?

-Si mamá, si ya lo acabe – gracias. (Miguel era mi hermano menor, el solo era un niño tenía seis años).

-Rai, Miguel se ha portado muy bien y su profesora dice que es un niño muy responsable, por favor deja que tu hermano lleve la llave ¿si?, además el sale temprano, la próxima vez te tocará a ti hijo.

– Pero, pero mamá. – El es menor que yo, la puede hacer perder-dije para defender mis intereses.

-No es cierto no la perderé mamá, la cuidaré muy bien- dijo Miguel para defenderse.

-Pero mamá, vamos mamá (insistí, tenía que premiar mi insistencia pensé) Pero mamá, pero mamá

-Pero nada Rai hoy Miguel la llevara de acuerdo y la próxima vez tú… (Era difícil discutir con esa señora). El es tu hermano menor y tú tienes que cuidar de él.

-De acuerdo, si mamá – dije con tono de resignación.

– Si le dejas a Miguel llevar la llave traeré un pastel de chocolate. -“Wauuu wauuu” -dijimos en coro.

– Un pastel deberás mamá. –

Si niños.

– Pero mamá yo quiero el pedazo más grande ¿si?

-Ya está bien pero vayan que se les hace tarde niños.

-Si chau mamá -gritamos en coro yo y Miguel y nos fuimos corriendo pensando en el premio que mamá nos traería. Ya casi cerca de llegar a la escuela me acerque a Miguel y le dije

– ¿Oye Miguel me dejas ver la llave? -No es mía, tu me la quitarás Rai.

– No, no lo haré. En serio no lo haré-

-Ya está bien pero solo un rato sí. Ehhh y salí corriendo con la llave en mi mano, le había quitado la llave a Miguel. Aún recuerdo que el corrió tras de mi gritándome para que se la devolviese.

-Rai devuélvemela, mamá me la dio.

-Por favor solo préstamela. Si lo haces te daré mi pedazo de pastel si Miguel.

-Está bien Rai pero no lo olvides y llega temprano. Gracias le dije y Salí corriendo me sentía el rey del mundo. Estaba en clases y no podía esperar a que el reloj dieron las doce, ya había llegado el receso y faltaba tan poco que no aguantaba más, pero decidí dejar lo mejor para el final. Miguel de repente llegó a mi salón, yo pensé que venía a quitarme la llave

– Rai me siento mal acabo de discutir con Diego (Diego es el niño maloso de su salón). Miguel decía que había visto un león, pero hasta yo sé que eso es mentira porque siempre andaba con él y estoy seguro que nunca en nuestras vidas lo vimos, pero no hay que olvidar que el solo era un niño y yo en cambio ya era todo un hombre.

-Miguel sabes yo también vi un león y era de color azul, nadaba por el mar, corría con las estrellas.

– ¿Es verdad eso Rai?

-Si Miguel dime ¿cuándo te he mentido?- al mismo tiempo que le decía eso a mi pequeño hermano le mostraba los dientes en señal de confianza-

-Siii – dijo – Miguel de un grito, Rai dime ¿en dónde lo vistes? Dime ya

– Pues lo vi en la casa de la señora Gonzales, ahí lo vi le dije –

-¿Estás seguro Rai? y moviendo la cabeza le dije sí.

-Hay pero ¿qué hace mi león ahí?  tan pronto salga iré a recogerlo, pobrecito debe tener mucha hambre.

-Uhmmm mejor tómale una foto ¿no crees Miguel así te creerán los demás niños?

– Tienes razón Rai pero no traje la cámara de papá.

-Veamos qué podemos hacer ¿trajiste tus lápices y cuaderno de dibujo Miguel?

-Si los traje hermano, entonces solo ve y dibújalo será mejor que una foto.

-¡Si qué buena idea Rai, hoy saldré temprano ya Rai vienes temprano a casa sí!

-Si lo prometo estaré temprano en casa Miguel – niños – se lo creyó jajaja no puedo parar de reírme un león azul para creerse semejante mentira uno tenía que ser un niño jajaja.

Y llego la hora tan esperada el reloj de la clase ya pronto darían las doce, faltaba tan poco y ya era la hora esperada así que me pare sobre mi mesa sujete la llave en lo alto y grite: -Hoy tengo el poder, quien quiera ir a mi casa que forme una fila delante de mí -Todos voltearon y me miraron y gritaron en coro “yo, yo, yo”.

Había pasado todo lo que había planeado. Al salir de la escuela me fui a comer unos helados con mis amigos, recuerdo que durante el viaje nos la pasamos gritando de felicidad, pensaba que este era el mejor día de mi vida, estaba tan feliz, nunca imagine que no volvería a sonreír en mucho tiempo.

Cuando llegamos a casa vimos a Miguel durmiendo en la entrada de la casa. Dios me había olvidado que él salió temprano de la escuela su piel estaba muy clara, tenía mucha fiebre y su respiración era muy lenta, mis amigos al verlo me ayudaron a llevarlo hasta su cama. Me dijeron que lo cuide, que se tenían que ir yo les insistí para que se queden, pero no me escucharon, niños aun eran unos niños también, me enfade mucho con Miguel me acerque a su cama y le grite:

-Gracias arruinaste mi día, muchas gracias hermano -Y me fui a mirar televisión.

En ese momento admito que era todo un tonto, el campeón de los tontos. Conforme la noche pasaba me sentía culpable de lo que le había dicho. Me acerque a su cama y le dije “Miguel lo siento estaba enfadado perdóname si hermano”, pero el parecía no escucharme me acerque más a él y me di cuenta que la fiebre había aumentado me asuste mucho jamás lo había visto así de mal.

Le dije “Miguel te mentí nunca he visto un león y menos uno de color azul”, él sólo me miro y cogió su mochila, sacó su cuaderno de dibujo y me mostró el dibujo de un león azul “sabes Rai lo he visto y mira lo dibujo ahora si todos podrán creerme”. Me asuste mucho y solo le dije – “¿y qué hiciste? -Pues lo invite a casa pero el perro del vecino lo asustó y se fue volando, es una lástima yo quería que tu también lo vieras Rai, por más que le llamaba el no me oía.

Esa noche me dormí a su costado, no hacia esto desde ya mucho tiempo… Muy de noche llego mamá con el pastel de chocolate como lo había prometido “mamá Miguel está enfermo muy enfermo” – le dije.

Mamá corrió hacia la cama de Miguel muy asustada lo abrazó y besó, ¿cómo pasó esto Rai? -Es mi culpa mamá yo le quité la llave y el llego temprano se había quedado dormido afuera mamá –le dije con lagrimas en mis ojos.

-Ya calma hijo todo está bien – me dijo ella. Al día siguiente me fui a la escuela apresurado, Salí corriendo tan de prisa que olvidé despedirme de Miguel y de mi madre. Cuando estaba en clases todos me preguntaron por la salud de Miguel – mamá lo está cuidando el estará bien, les decía ¡”Qué bueno”! decían todos en coro, incluso Carolina me preguntó por él.

Era todo un sueño hecho realidad. Yo y la niña más linda de todo el mundo. Al fin se lo que es la felicidad, estaba tan feliz Dios, pero fue en ese momento en que Raúl, se paró en la misma mesa que yo me había podado solo hace poco, y grito: -Hoy yo tengo el poder, tengo la llave de mi casa, quien quiera venir conmigo que forme una fila frente a mí-

Y todo el salón grito en coro, yo, yo, yo… Raúl me miró y me dijo – ¿no quieres venir con nosotros? y yo le dije, “no, no puedo tengo que cuidar a Miguel” todos dijeron era una lástima para la próxima será Rai. No lo entiendo, ayer me sentía el rey del mundo y hoy simplemente no era nada.

En el camino a casa pensaba en como pedir disculpas a mi hermano. Cuando llegue a casa no pude encontrar a nadie, mi vecina salió de su casa con la llave de mi casa y me dijo

– “Miguel se puso peor, tu madre tomó un taxi y se lo llevó al hospital. Espera a tu papá vendrá pronto tu mamá lo ha llamado”. Ese día estuve pensando en Miguel, sus recuerdos no salían de mi mente no sé porque pero tenía mucho miedo. Cuando me dirigí a su cuarto, encontré sobre su cama su cuaderno de dibujo.

Siempre había querido revisarlo pero el rara vez me dejaba hacerlo, entre las hojas encontré el dibujo de su león aun le faltaba un poco para terminarlo de seguro lo acabaría a su regresa, pensaba dentro de mí. Muy de noche llegaron mamá y papá, les pregunté por mi hermanito me dijeron que tenía una mala enfermedad.

No querían decirme lo que tenia solo me repetían que él estaría bien, ¿por qué me trataban como un niño? mamá se llevo sus cosas y las de Miguel ella iba quedarse en el hospital esa noche y papá se quedaría conmigo. Apenas se fue mamá, papá se abalanzó sobre y me abrazó como hace tiempo no lo hacía, me dijo que debía ser fuerte, nunca antes había visto llorar a mi papá eso me hacía sentir algo dentro de mi.

No quería llorar, me esforzaba por no hacerlo ya que sólo los niños chiquitos y las niñas lloran y yo ya no era un niño sino todo un hombre. Siempre había notado a mi papá muy grande pero el día de hoy note a ese hombre grande volverse un niño. Papá se quedo en casa, dejo de trabajar y mamá solo venía de vez en cuando para darnos noticias de Miguel. Así los días transcurrían, nunca me imaginé que mi papá se convertiría en mi mejor amigo.

Nos pasábamos jugando todos los días, yo se que él necesitaba distraerse mucho. El día de ayer papá me llevó a volar cometas de papel que hicimos nosotros mismos, pobre de él se quedó todo el día parado y enseñándome pero yo era tan malo que mi cometa jamás alzo vuelo.

Hoy mamá me dijo que Miguel quería verme, yo y papá gritamos de emoción al fin veríamos a Miguel, yo quería pensar que todo sería como antes, este si era un buen día vería a mi hermano este si tenía que ser mi mejor día. Antes de irme a dormir me dirigí a la habitación de Miguel, tomé su cuaderno y vi su león ¡vaya lo hizo bien! Es una lástima que le faltó terminarlo me decía, hubo una idea que nació en mi – quizás el se ponga mejor si es que yo lo termino – y me puse a pintar y adornar su dibujo. Y me repetía cuando él lo vea mañana se pondrá muy feliz.

Pensaba que iríamos a recoger a Miguel como lo hicimos antes cuando él nació. Y llego el día tan esperado mamá y papá me dijeron antes de entrar a ver a mi hermanito que debía no debía hacer mucho ruido y que no le hiciera muchas preguntas ni diga nada que lo haga sentir mal y moviendo mi cabeza les dije que sí.

Por fin esta era la segunda vez que estaba en un hospital y estaba muy emocionado, tenía que verlo todo con cuidado, porque pensaba contarles de mi viaje en el hospital a todos los chicos de la clase. Nos paramos frente una puerta, y todos sujetados de las manos abrimos esa puerta, cuando la abrimos vimos a Miguel se veía muy delgado y muy pequeño, no dejaba de taparse bajo las sabanas de su cama, para que no lo viéramos.

Mamá y papá me dejaron solo con Miguel querían que hablemos, decían que él lo necesitaba mucho pero en realidad el que necesitaba hablar con él era yo, porque aun no terminaba de disculparme por la mentira que le dije.

-Miguel acércate Se acercó a mí con mucho cuidado y se descubrió su cabeza, me asuste mucho de su hermosa cabellera suave paso a no tener ningún solo pelito en su cabecita. Entonces le dije “wauuu Miguel tu sí que tienes suerte mira ahora no vas a tener que peinarte y tampoco tendrás que lavarte la cabeza, jajaja” y los dos reímos juntos.

-Miguel arreglé tu habitación.

-¿En serio lo hiciste Rai? Yo, con una expresión de orgullo y seguridad le dije que si, no dejaba de repetirle

– Ya verás cuando regreses a casa papá y yo hemos trabajado duro para arreglarla – Note una expresión muy triste en el rostro de Miguel y me quede en silencio.

-Rai tengo miedo, no sé lo que me pase, yo quisiera ser tan fuerte como tú lo eres, siempre te admire no quiero que mamá y papá sigan tristes y menos de que sigan gastando tanto dinero en mi. Yo se que el dinero que tenemos no es suficiente.

Vaya no lo podía creer yo siempre había pensado que Miguel era solo un niño pero hoy supe que el ya se había vuelto todo un hombre. Yo sólo atiné a mover la cabeza y a sonreírle

– Miguel ¿sabes? Cerca al colegio están construyendo un parque cuando salgas de aquí prometo que te llevaré.

– ¿En serio lo harás Rai? – dijo mi hermanito muy emocionado.

– Si, si lo hare – le dije – mi hermano estaba muy feliz. Nadie podría decirle que no a un niño tan lindo como él lo era.

De repente entraron papá y mamá gritando “feliz cumpleaños Miguel”, esto era toda una sorpresa que guardábamos para él, cumplía siete años, -Toma Miguel- le dije sacando de mi mochila su cuaderno de dibujos

– ¿Sabes? lo he terminado espero que te guste.

-¿Así como lo hiciste, tú también los viste? Yo quería decirle que no que en verdad le había mentido pero no fui capaz de decírselo y solo pude decirle.

– Si lo he visto, es más lo traje a la casa y está justo ahora echado en tu cama. Quiere conocerte Miguel, sabes me dijo que está ansioso de que te subas en él para llevarte a volar por todo el cielo.

-¿Y cómo lo trajiste? aún no entiendo.

-Es que la otra noche dejé la ventana abierta y él estaba en ella, entonces lo invite a entrar y desde ese día siempre cierro la ventana para que no se vaya.

-Rai dale de comer ¿si?

– Si Miguel lo hago siempre todos los días

– Cuando salga de aquí iré a un viaje con mi león. -Rai mira el dibujo está brillando parece real

-Si es increíble grité -Pero cuando vi el rostro de Miguel yo note qué él quien estaba llorando. Yo solo grite “wauuu no sabía que yo era tan buen dibujante”.

Miguel era mi mejor amigo, eso era algo que nunca admitía, pero él era mi mejor amigo. Amigos son los que pueden verse y hablarse cuando ellos lo desean. Amigos son los que están cerca cuando se necesitan, amigos son los que se ayudan cuando tienen dificultades, amigos son los que ahora hacen lo que antes no hicieron.

Papá y mamá llegaron a la habitación con un enorme pastel de chocolate, esa tarde la pasamos muy bien, no recordaba días como este, el día que Miguel entro al hospital nuestras vidas cambiaron ya nada era lo mismo. Apenas llegue a casa me eche a dormir, esa noche tuve un sueño muy extraño, la ventana se habría y entraba el león azul y sobre el león iba mi hermanito y los dos juntos se iban volando por el cielo y me repetía, que envidia siento por él.

Ese sueño nunca he podido olvidarlo. Miguel nos dejó dos meses después de sus cumpleaños, se fue con su león y no volvió nunca más a casa. Ha pasado el tiempo y aún espero que regresen por mí, me lo prometió él y sé que el siempre cumple sus promesas. Yo me quede en casa cuidando de papá y mamá y viví por él y por mí, cuando les pregunte por el ellos solo me decían que el destino nos lo había quitado y otras veces que estaba muy enfermo.

Nunca quisieron decirme que enfermedad tenía, no por malos sino porque tenían miedo. Yo los miraba y les decía que él no había muerto, que había venido en la noche y se había ido volando con su león azul. Ellos sólo me abrazaban y secaban mis lágrimas. Yo se que ese león existe porque Miguel me lo dijo, yo sabía que no vería a mi hermano en mucho tiempo, es por eso que esa canción me recuerda a él y sus sueños y hoy se que siempre seré un niño, y soy muy feliz de saberlo, soy un niño, así pase el tiempo siempre lo seré.

Esta es mi historia es una como dije que empieza con un adiós y termina con un hola. Te quiero hermano… Y espero pronto por ti y tu león azul…

Yo, quiero que me perdones por las veces en que dije no creerte, te amo hermano.

En la mitad de la estación cambiante, siento como los días se hacen más largos en la neblina de estos tiempos. Tú y yo pintamos nuestros sueños juntos un día.

Soñamos con un mundo de amor junto a los vientos de marzo, si una flor florece en primavera porque no puede florecer en el otoño o invierno, pequeñas luces se esperanza flotan por este viento, calentando la mañana poco a poco, a tu lado yo no siento miedo, me siento el rey del mundo y no hay nada que me detenga. Ahora estoy aquí de pie en la entrada de un mundo nuevo.

Gracias, me hiciste darme cuenta de que no estaba solo. Cuando cierro los ojos te veo y cuando los abro deseo verte de nuevo, me has ayudado a llegar a ser fuerte.

Yo también quiero hacer lo mismo por ti Cuando cierro los ojos te veo y cuando los abro deseo verte de nuevo, me has ayudado a llegar a ser fuerte. Yo también quiero hacer lo mismo por ti…

Fin

4.9/5 - (16 votos)

Por favor, ¡Comparte!



Por favor, deja algunos comentarios

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Recibe nuevo contenido en tu E-mail

Ingrese su dirección de correo electrónico para recibir nuestro nuevo contenido en su casilla de e-mail.



Descubre más desde EnCuentos

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo