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Nuevo testamento. María. Cuentos infantiles de la biblia

Cuentos infantiles de la biblia. Escritora de Perú.

Nuevo testamento. María

El ángel Gabriel se apareció a María, una joven hermosa y sin pecado a quien le dijo:

– No temas María, pues has hallado gracia en los ojos de Dios”, bendita seas entre todas las mujeres, pues has de concebir en tu seno y tendrás un hijo a quien le pondrás de nombre Jesús. El será llamado el hijo de Dios y su reino no tendrá fin.

María le preguntó:

– como puede ser eso si yo no conozco ningún hombre.

El ángel le respondió:
El espíritu santo descenderá sobre ti  la virtud del altísimos te fecundará. Por ello el fruto santo que nacerá de ti será el hijo de Dios.

María respondió al ángel: hágase en mi según tu palabra.
JESUS

El hijo de Dios creció y fue de pueblo en pueblo predicando las sagradas escrituras y curando enfermos, resucitando muertos, hacía que los ciegos vean y los cojos caminen, lo que despertaba admiración en multitudes que lo seguían en su andar.
La gente se maravillaba de sus milagros y decían: En verdad es el hijo de Dios.

Jesús le pidió a doce hombres que dejen todo y lo sigan, ellos fueron sus doce discípulos y apóstoles.

Lo querían a su maestro quien los probaba en ocasiones sobre su fe.

Un día Jesús los llevó al mar y una tormenta hizo que el barco en el que navegaban casi se hundiera. Todos los discípulos estaban desesperados pues pensaban que se iban a hundir. Sin embargo, Jesús ordenó que la tormenta terminara y las aguas volvieran a la normalidad.

Les dijo a sus discípulos por qué habían pedido la fe pues nunca deben de temer a la adversidad si están con Dios.

Jesús y sus parábolas

Jesús predicaba la palabra de Dios mediante parábolas pues pensaba que la gente entendería mejor las sagradas escrituras.

El decía:

El reino de Dios es comparable a un grano de mostaza. Pues los granos son pequeños pero sus cosechas son tallos gigantescos.

La gente se maravillaba de su sabiduría, la que despertaba la envidia de los principales sacerdotes quienes querían deshacerse de él a como de lugar. Sin embargo, no sabían como hacerlo pues el pueblo lo amaba y creía que él era el hijo de Dios.

Jesús en el templo

Entrando en el templo Jesús vio a una multitud vendiendo cosas y se molestó, por lo que los echó del lugar.

Les dijo:

– Mi casa es casa de oración, pero ustedes han hecho de ella cueva de ladrones”.

Y enseñaba cada día la palabra de Dios, haciendo que la gente cambiara de actitud pues les decía:

– Amense los unos a los otros como Dios los ha amado y si te golpean en una mejilla ofrece la otra.
La última Cena

Estaba cerca la Pascua y Jesús les pidió a Pedro y a Juan, dos de sus discípulos que prepararan la pascua.

Ellos le preguntaron: ¿Dónde la prepararemos Señor?

– Al entrar a la ciudad saldrá al encuentro un hombre que lleva un cántaro de agua, síganlo a su casa.

Cuando estuvieron reunidos Jesús y sus doce discípulos en la cena, tomó el pan, dio gracias y lo partió diciendo:

– Esto es mi cuerpo, que por Ustedes es dado, hagan esto en memoria mía.

Y les dio el pan a sus discípulos.

Después que cenaron tomó la copa y dijo:

– Esta copa es mi sangre, que por Ustedes será derramada. Y la mano del que me entregará está hoy sentado en mi mesa.

Los discípulos se miraban para ver quien era el traidor. Pero Judas en su corazón sabía que el era y huyó del lugar.

Jesús dijo: El hijo de Dios será apresado, sentenciado y crucificado y al tercer día resucitará entre los muertos.

Jesús en la cruz

Y cumpliéndose la palabra del hijo de Dios, Judas su discípulo lo entregó a los principales sacerdotes a cambio de unas monedas de plata.

Jesús fue conducido donde Pilatos y luego de ser azotado e interrogado, Pilatos le preguntó:

– Eres tu el hijo de Dios.
– Tú lo has dicho, respondió Jesús.

Como no encuentro nada digno de delito en este hombre dejaré que el pueblo decida su destino y Pilatos se lavó las manos.

Jesús fue puesto en la cruz, seguido por multitudes que sufrían y lloraban a su lado.

Uno de los que estaba siendo crucificado le dijo:
– Si tú eres el hijo de Dios sálvate a ti mismo.
– El otro sentenciado defendió a Jesús y le pidió que se acordara de él cuando estuviera en el paraíso.
– Jesús le dijo: te aseguro que mañana estarás conmigo en el paraíso.

Jesús se entregó a Dios y murió en la cruz.

La Resurrección

Al tercer día las mujeres fueron al sepulcro y no hallaron el cuerpo de Jesús.

Unos ángeles se les aparecieron y explicaron que se debía de cumplir las sagradas escrituras y que el hijo del hombre resucitaría entre los muertos.

Pedro fue a verificar y no lo encontró.

Jesús se apareció a sus discípulos quienes se asustaron al pensar que era un espíritu. Y les dijo:

He resucitado como lo había prometido. Así estaba escrito que el hijo de Dios padecería y resucitaría al tercer día.

Y ustedes que son los testigos deben de llevar mi palabra y fe a todos los corazones y a todas las naciones.

Y fueron bendecidos por el espíritu santo, alabando y bendiciendo a Dios por siempre, predicando el arrepentimiento de corazón, el perdón de los pecados a todo el mundo.

Fin

Obra protegida por el Decreto Ley Nro. 822 sobre el derecho de autor del Perú.

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