Me das la mano es un cuento de la colección cuentos de amor creado por nuestra escritora de cuentos infantiles Liana Castello sugerido para jóvenes y adultos.
Amaba cuando se calzaba ese par de botas con taco alto.
Ana, mi esposa, siempre fue una mujer muy segura, de esas que es difícil pensar en que puedan necesitar ayuda. Una mujer que se paraba firme ante la vida, que no mostraba debilidades ¿Una virtud? ¿Un defecto? ¿Quién sabe?
No es que no me gustase su seguridad, ella también hacía más segura mi vida, me daba confianza, pero había algo que sentía que me faltaba. Ese algo era poder ayudarla, poder sentir que de una u otra manera me necesitaba, o necesitaba mi ayuda, ni más ni menos.
Aunque de baja estatura, Ana jamás usó tacos altos, no le eran cómodos, decía que los tacos no le permitían moverse a su antojo.
Sin embargo, un día recibió como regalo de cumpleaños un par de botas con taco. Como se las había regalado alguien a quien ella amaba mucho y las botas eran realmente hermosas, decidió darles una oportunidad. No se hallaba cómoda subida a esos tacos pero lo intentó. Trastabillaba, no podía caminar al ritmo que a ella le gustaba y entonces tomó una decisión: las usaría sólo cuando fuese conmigo y en el auto.
Puede parecer tonto, pero la primera vez que salimos juntos con Ana y sus botas algo cambió:
-¿Me das la mano?-pidió- No me siento segura caminando con estas botas, si me das la mano será mejor. Sin dudas que lo era… ¡Ana pidiéndome que le diese la mano! Ana necesitando una ayuda para transitar la calle.
Ese simple pedido me llenó de alegría. Comencé a desear que calzara esas botas más a menudo, pues cada vez que las usaba se aferraba a mi brazo o apretaba mi mano dando una clara señal de necesidad.
Sé que puede parecer extraño, pero disfrutaba enormemente de esa imagen que sabía se veía de nosotros, ambos de la mano y yo siendo sus sostén. Un día, mientras caminábamos hacia el auto de la mano, le confesé lo que sentía y el por qué disfrutaba tanto cuando ella calzaba esas botas.
Se sorprendió porque no había imaginado jamás que diese tal sensación de seguridad, y me confesó que muchas veces había esperado que yo le diese la mano sin esperar que ella me lo pidiese.
Me puse a pensar en cuánto tiempo habíamos perdido de darnos la mano, de no confesar nuestras debilidades y necesidades y por ende, cuánto no nos habíamos enriquecido uno al otro. Podría decirse que ese par de botas hicieron mejor nuestra vida pues gracias a ellas, a esos tacos altos, a esos pasos inseguros, las necesidades amorosas dijeron presente y presente estuvo entonces el cuidado de uno hacia el otro.
Fue hermoso descubrir cómo protegernos, ver que la necesidad de que otro nos cuide no siempre es debilidad y si lo fuese, que ahí estaría el otro para sostenernos y fortalecernos. Y llegó un día en que, fuésemos dónde fuésemos y vistiese Ana el calzado que fuese, nos sosteníamos uno al otro de la mano y nos sentíamos inmensamente seguros y felices.
Fin
Todos los derechos reservados por Liana Castello
ILUSTRACION SILVIA ALVAREZ
Me das la mano es un cuento de la colección cuentos de amor creado por nuestra escritora de cuentos infantiles Liana Castello sugerido para jóvenes y adultos.