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El sombrío corazón de Mario

El sombrío corazón de Mario. Escritora Peruana de cuentos y poesías espirituales.

triste

Mario era un joven que estaba todo el tiempo lamentándose de su triste destino, por lo tanto, no podía apreciar ni siquiera los dones que Dios le había dado para que se desenvolviera en la vida con satisfacción y alegría. Tenía un amigo que se llamaba Mateo, al cual Mario admiraba mucho porque era muy solidario; además, trataba siempre de ayudar a las personas que por diferentes causas estaban tristes y sin ánimo de nada, eso hacía que su vida tuviera un mayor sentido y viviera feliz.

Un día, a Mario se le ocurrió llamar a su amigo Mateo y lo invitó a su casa, para que pasara unos días con él ya que se encontraba muy deprimido. Cuando llegó el día, Mateo, como siempre, se presentó muy alegre y con una sonrisa radiante, y viendo a Mario que se acercaba a él muy cabizbajo, le dijo:

― Hace tanto tiempo que no te veo, cuéntame qué te ha sucedido porque veo que vives con un corazón sombrío. ¿Será que has terminado por convertirte en un hombre negativo, como si fueras un ser que no tiene vista y que no puede apreciar todo lo bueno que existe a su alrededor? Porque si es así, yo te voy a enseñar en qué lugar vive actualmente tu corazón que está como muerto.

― ¿Eso es así?, –le preguntó Mario–, porque hace mucho tiempo que vivo con pesimismo, y no encuentro ni siquiera la causa por la cual podría dilucidar con mayor entendimiento la vida, y lo único que sé es que me estoy llenando de tormentos.

― Pero cómo la vas a ver si el tiempo se te hace corto pensando sólo en ti, o acaso te has puesto a pensar en algún momento, si alguno de los seres que tú conoces ha necesitado de tu presencia.

Mario le dijo:

― Si no puedo ni conmigo mismo, ¿cómo podría ayudar a otras personas? Porque siento que me faltan las fuerzas y adolezco de tristeza.

― ¿Sabes?, –le dijo Mateo–, lo que te sucede es que no has desarrollado en la espiritualidad, por lo tanto, el jardín de tu corazón ha quedado estéril.

― ¿Cómo es eso? No entiendo –le dijo Mario–. ¿De qué jardín me hablas? Porque los que yo conozco no tienen nada que ver con mi corazón.

Mateo le contestó:

― ¿Ves? ¿Pero cómo vas a entender si no has desarrollado tu vida interior? Por eso no puedes apreciar lo que es superior en ti. Pero no te preocupes, yo voy a hacer que vuelvas a reír como lo hacías de niño. ¿O no te acuerdas cuando todos los amigos en el vecindario jugábamos felices y contentos?

― Sí, a lo lejos lo recuerdo –le respondió Mario–, pero vamos, éramos niños y los niños sólo se preocupan en jugar, ¿o acaso piensan en el futuro como lo hacemos los mayores?

― Bueno –le dijo Mateo–, tienes razón, pero el futuro si bien es cierto es importante, esto no debe servir como obstáculo para que uno pueda vivir feliz y sin preocupaciones.

― ¿Y qué tendría que hacer, entonces, para que esto no me suceda, ya que en todo momento busco encontrar soluciones a mis problemas y no las encuentro?

Mateo le dijo:

― Y tú te has preguntado alguna vez, ¿cuál es la razón por la que piensas negativamente?

― No lo sé –le contestó Mario.

― Bueno –le volvió a decir Mateo–, como tú vives con una mente ensombrecida a la espiritualidad tu percepción interior está nublada, porque para ti sólo cuentan las cosas materiales. ¿O no te das cuenta que dentro de nosotros existe un universo maravilloso, que sólo se puede ver si es que llegamos a alcanzar un estado alturado, que es el que nos da todo sin que por ello tengamos tantas preocupaciones? Por lo tanto, trata de calmarte para que pongas en orden tus ideas, porque de lo contrario seguirás pensando en forma tonta. Sería mejor que vayas reconociendo los pensamientos negativos que se presentan como hierba mala, que aparecen sólo para destruir hasta la mejor siembra. Entiende, pues, todos los seres tenemos talentos, quien sabe algunos los tengan como perdidos porque tampoco desarrollan su espiritualidad. Pero si tú pones importancia a las cosas que te estoy hablando podrías ir desarrollando tu potencial, y te aseguro que florecerás, y tu corazón dejará de ser un corazón sombrío, porque el giro que le darás a tu vida será totalmente diferente a la vida que llevas.

― ¿Y qué debo hacer, entonces, para que esto me suceda?, –le preguntó Mario–, porque tú me hablas como si volviese a nacer en un nuevo amanecer.

― De alguna manera, sí –le dijo Mateo–, porque serás ya otro hombre que tendrá primero que renunciar al egoísmo, que fue uno de tus más grandes enemigos que se encargó de adormecer tu visión interior y no dejó que cumplieras tus metas.

― Sí, creo que así ha sido –le respondió Mario–, porque en algún momento pensé que yo pude ser muy talentoso pero egoísta, quien sabe esta situación hizo que yo viviera con pesimismo y con amargura.

― Qué bien que te estés dando cuenta –le dijo Mateo–, y seguramente debes haber sentido mucha soledad en diversos momentos de tu vida, porque el egoísmo es uno de los enemigos que se encarga también de aislarnos de los demás. ¿Y sabes por qué sucede todo esto?

― Sí, y ya me estoy dando cuenta de ello, en mi vida me ha faltado lo más importante y es la Luz que viene de Dios, para que uno pueda vivir con positivismo y alegría en el corazón.

― Así es –le dijo Mateo–, qué bueno que te estés reconociendo, dentro de poco tiempo verás que tu corazón se extasiará tanto como si viviese en un jardín de ensueño, y nacerán en él las hermosas flores del saber que son las que darán brillo y color a tu vida.

― ¿Eso es así? Porque qué hermoso sería que esto me sucediera. ¿Pero sabes? Después de todo lo que me has hablado estoy dispuesto a cambiar lo más pronto posible, porque así también podré dar aliento, estímulo y esperanza a los seres que necesitan que se les ilumine el corazón, para que no vivan tristemente en la sombra que tontamente  yo hice vivir al mío.

Mateo, al escuchar a Mario que ya hablaba de alguna forma con la Luz de Dios, que es la que hace que la vida siempre se vea hermosa y positiva, sintió que él iba ya a cambiar su sombrío corazón, para que así viva el resto de sus días con alegría, conociendo que el hombre que llega a ser sabio en Dios podrá forjar con felicidad su destino.

Fin

Blog personal: http://luisacabero.blogspot.com

Obra protegida por el Decreto Ley Nº 822 sobre el derecho de autor del Perú

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