Nicoletta – Capítulo VII es un cuento de la colección cuentos de mentiras de nuestra escritora de cuentos infantiles Liana Castello sugerido para niños a partir de nueve años.
VII –Hotdog vuelve a casa
Agotada y nerviosa, Nicoletta tocó el timbre de la casa de Doña Elisa. Enseguida salió la anciana con los cuatro perritos y Hotdog saltó hasta llegar a los brazos de su dueña.
Le lamía toda la cara como si no la hubiese visto en años. Nicoletta sabía que ese pobre perrito estaría deseando con toda su alma volver a llamarse Hotdog, no ser parte de la riña entre dos niñas que no se llevaban nada bien y por sobre todo, volver a su hogar.
-¡Hola cariño! –dijo Doña Elisa saludando s su perrito, ya te estaba extrañando ¿qué haces tú niña con mi perrito?
-¿Recuerda que me lo prestó por una tarde porque yo debía hacer un trabajo para el colegio?
-No realmente no lo recuerdo, pero si tú lo dices ¿Y cómo te ha ido esta tarde pequeña? Cuéntame.
-No querrá saber, créame que no querrá enterarse.
-¿Tan difícil era lo que tenías que hacer? Perdón ¿Qué era lo que tenías que hacer niña?
-Un trabajo de ciencias naturales, pero bueno ya está, ya lo he terminado, muchas gracias por prestarme a Hotdog.
-Es un placer niña ¿Cómo se ha portado mi pequeño? Preguntó la anciana.
-Tampoco querrá saberlo Doña Elisa, mejor me voy, gracias de nuevo.
-No es nada niña, cuando vuelvas a necesitar un perro para ¿para qué era? Bueno no importa, pasa por aquí.
Cuando Doña Elisa ya estaba a punto de cerrar la puerta, llegó la mamá de Nicoletta quien no sólo se había preocupado por la tardanza de su hija, sino también por el corazón de la anciana.
-¡Mamá! ¿Qué haces aquí?-preguntó Nicoletta al borde del ataque de nervios.
Lo que menos esperaba era ver a su madre allí y no entendía qué podía estar haciendo.
-Como tardabas me preocupé y además, vine a preguntarle a Doña Elisa cómo se siente y si necesita algo.
-Muy gentil de su parte señora-dijo la anciana- me siento de maravillas ¿a qué debo el honor de su preocupación?
-Es que Nicoletta me dijo que usted sufría del corazón y como sé que vive sola, quería preguntarle si puedo serle útil en algo.
-¿Qué yo sufro del corazón? ¿Quién te ha dicho eso pequeña? A mí me falla la memoria, pero el corazón lo tengo sanito-dijo la anciana.
-¿No recuerda que me lo dijo Doña Elisa? –preguntó Nicoletta aprovechando la confesión de la anciana respecto de su memoria.
-No niña no lo recuerdo, pero recuerdo muy bien que mi corazón funciona como un reloj.
La madre de Nicoletta miraba a la niña pensando en que siempre exageraba y que seguro, ésa también había sido una de sus tantas exageraciones.
-Debes tener más cuidado con lo que dices Nicoletta, pasas la vida exagerando todo y eso no está bien.
-Ahora me haces dudar pequeña ¿te lo habré dicho y no lo recuerdo? Pues si te lo dije falté a la verdad y eso no está nada bien. ¿Sufriré del corazón y lo habré olvidado? Sería preocupante.
-Quédese tranquila Doña Elisa se la ve muy saludable. Nicoletta tiene la mala costumbre de exagerar las cosas y fantasear demasiado, seguramente su corazón está perfecto.
La mamá prosiguió pues le cayó bien la ancianita.
-Cuénteme Doña Elisa ¿Qué anduvo haciendo hoy por la tarde?
-Nada mihijita, nada. Lo de siempre, mirar las novelas por la tele, tejer un poquito, tomar un poquito de mate, en fin cosas de todos los días. Nicoletta estaba roja como una manzana roja, pero no decía palabra.
-¿Así que pasó toda la tarde en su casa?-pregunto la mamá mirando de reojo a su hija.
-Si mihijita ya le digo, a mi edad nunca hay nada interesante para hacer. Encima como le presté uno de mis perritos a su hija para ese trabajo que tenía que hacer ¿ay nena qué trabajo era? Bueno no importa, la cosa es que con un perrito menos, menos trabajo he tenido y más me he aburrido.
-¿Así que un trabajo? ¿Qué tipo de trabajo tenías que hacer con el perrito Nicoletta?-preguntó su mamá con un tono que presagiaba un gran reto.
-¡Ciencias Naturales!-gritó Doña Elisa- ¡Me acordé finalmente! Ciencias Naturales, ése era el trabajo que debías hacer ¿no es cierto niña?
Nicoletta no se animaba a responder, ya no sabía qué decir y menos aún qué inventar.
-¿No recuerdas pequeña?-preguntó la anciana- ¿A ti también te falla la memoria?
-Ya lo recordará Doña Elisa no se preocupe-intervino la mamá- tenga por seguro que esta niña tendrá que recordar muchas cosas, gracias por todo.
-Adiós-dijo Doña Elisa- y ya sabes pequeña para el próximo trabajo tengo cuatro perros más.
Continuará…
Todos los derechos reservados por Liana Castello
Ilustración de Ayelén Romero
Nicoletta – Capítulo VII es un cuento de la colección cuentos de mentiras de nuestra escritora de cuentos infantiles Liana Castello sugerido para niños a partir de nueve años.