Por Ana Milagros Zuta Chávez. Cuentos educativos para niños y niñas
Goofy es un perro a quien sus amos, y principalmente los niños de la casa aman, y como lo quieren profundamente, no entienden como hay personas que pueden tener mascotas y no cuidarlos o usarlos como si fueran cosas sin sentimientos, como un mueble, o incluso abandonarlos. Este es un cuento sobre el cuidado de mascotas de la escritora peruana y Licenciada en educación, Ana Milagros Zuta Chávez.
Pero como siempre intentamos, aparte de proporcionar una buena lectura -lo que no es poca cosa-, dejar un aprendizaje. En este caso, vamos a enseñar a diferenciar una mascota de otros animales. Es decir, NO todos los animales son o pueden ser mascotas, y por este motivo, debemos dejar a aquellos animales que no son mascotas en sus hábitat naturales.
¿Qué es una mascota?
Aunque la RAE define el término mascota como sinónimo de animal de compañía o animal que pertenece a especies acostumbradas a la convivencia con el hombre. Es importante para nosotros decir que si nos basamos en esta definición, cualquier animal podría ser una mascota. Sin embargo, hay que enfatizar que una mascota es un animal que, a partir de una adaptación que se cree que lleva hasta diez mil años, como el caso del perro, ha aprendido a convivir con el ser humano. En este sentido, prácticamente tenemos dos animales que cumplen esta condición, el perro y el gato, aunque muchas veces también se incluyan entre las mascotas a algunos peces, aves, tortugas, reptiles y algunos animales de granja como el cerdo.
En el caso de EnCuentos, desaconsejamos completamente el uso de animales silvestres o salvajes como mascotas. Creemos que lo mejor que podemos hacer con estos animales es disfrutarlos en su hábitat natural, los peces en los ríos; las aves libres y volando por el cielo; los reptiles en la selva y así con todos, cada uno en su ambiente de origen.
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Goofy
Goofy llegó a mi casa un 15 de enero hace tres años. Tenía dos meses de nacido. Mi madre lo rescató cuando estaba deambulando por la calle. Ella se enterneció y nos dio una sorpresa.
Goofy es un pastor alemán, es robusto, de color negro con manchas blancas, tiene las orejas puntiagudas y abiertas hacia adelante, sus ojos son de color almendrado. Se ha convertido en una gran compañía para nuestra familia, sobre todo para mí. Desde que ingresó a ser miembro de la familia (yo lo considero un hermano menor) hemos vivido aventuras y nos ha traído muchas alegrías.
En cierta ocasión, cuando tenía seis meses ocurrió que accidentalmente dejamos la puerta de la calle abierta y Goofy salió de la casa.
Yo creí que ya lo habíamos perdido, no dormía, no comía, estaba desesperado.
Lo busqué tres días, puse fotos en todos los postes de mi barrio, hasta que por fin una vecina lo trajo. Nos dijo que su hija se había enamorado de mi perrito cuando lo vio en la calle y que se lo había llevado a su casa, pero lo tuvo que devolver porque mi “hermanito” lloraba todas las noches.
A los siete meses aprendió a traernos objetos cada vez que se lo pedíamos, fui entrenándolo poco a poco. Tanto es nuestro cariño que al cumplir un año Goofy le hicimos una fiesta, fue fenomenal. Mi hermana hizo la decoración con imágenes de mascotas de las películas que hemos visto. ¡Un éxito total! Goofy recibió regalos de mi familia y de mis amigos que lo querían y lo engreían cada vez que llegaban a casa.
Lo he cuidado mucho, es por eso que cuando tuvo trece meses lo inicié en el mundo de los concursos de mascotas. El primer año quedamos en tercer puesto. Desde entonces nos prometimos tanto Goofy como yo que haríamos todo lo posible para alcanzar el primer lugar en el próximo certamen.
Y así fue, al año siguiente, no solo lo cuidé, sino que le enseñé a realizar piruetas como pasar saltando por el orificio de un aro, hacerse el muertito, proteger de malhechores (esto se me vino a la mente al darme cuenta que esta raza de perros son los preferidos para convertirse en policía canino).
Creo que es a mí a quien Goofy quiere más.
Una muestra es que cada vez que llego de la escuela no solo menea la cola como lo hace con el resto de la familia, sino que salta, me da lenguazos y hace piruetas.
Pero criarlo no ha sido tan fácil, exigía mucha responsabilidad de mi parte, ya que fui yo quien prometió a mamá cuidarlo. Entre los cuidados que le doy está por ejemplo el de evitar ciertos alimentos.
Ya desde pequeño, su veterinaria me dio las siguientes recomendaciones:
- Alimenta a tu cachorro 4 veces al día, ya cuando sea adulto reduce a 1 o 2 veces.
- Siempre ten un plato limpio con abundante agua para cuando tenga sed.
- Sácalo a pasear con correa para que se ejercite.
- Dale un lugar abrigado para dormir.
- Mantén a tu perro siempre con su correa con identificación, de manera que si sale a la calle sepan que tiene dueño.
- No tengas a tu mascota en espacios reducidos, húmedos o amarrados durante muchas horas.
- Llévalo periódicamente al veterinario. De esa manera tendrá al día sus vacunas y se detectarán enfermedades e infecciones.
- Hazle cariño y juega con él. Eso hace que ambos lo pasen muy bien.
He puesto en práctica esos consejos y puedo decir que siento que mi mascota, “mi hermanito menor” es feliz cuando está conmigo. En realidad yo no sé cómo pueden existir seres insensibles que no saben cuidar a sus mascotas o en todo caso, usan a los animales para sus propios beneficios, en vez de darle cariño y calidad de vida.
Sé que algunos dueños los desamparan, los dejan en la calle, no les dan cobijo y a veces los ponen en riesgo de morir. No se dan cuenta que tal como ocurre con una persona que vive circunstancias similares en su vida, las mascotas sufren de estrés y hasta llegan a cambiar su comportamiento debido a los maltratos que reciben.
Particularmente a mí me rompe el corazón sólo saber que las mascotas son sometidas a maltratos que en muchas ocasiones las llevan a la muerte.
Si tienes una mascota, ya sea un perrito (como mi Goofy), gato, hámster, pollo, conejo, gallina, cerdito, caballo, etc..., trátala bien.
Ellos se merecen toda de nuestra atención y cuidado.
Goofy ahora ya es un perro adulto, pero seguimos jugando y divirtiéndonos todos los días.
De seguro continuarán mis anécdotas con él y yo estoy muy contento de saber que tenemos mucho camino que recorrer. Y que día a día mi mascota me enseña a valorarla y ser mejor persona.
Fin.
Goofy es un cuento sobre el cuidado de mascotas de la escritora Ana Milagros Zuta Chávez © Todos los derechos reservados.
Sobre Ana Milagros Zuta Chávez
"Nací en Perú, en la ciudad de Lima en el año de 1976. Soy docente de Lengua, Literatura y Comunicación; consultora y especialista en Integración e Innovación educativa de las Tecnologías de la Información y Comunicación. Escribo y edito textos para importantes editoriales peruanas y para algunas páginas de Internet. Amo el campo, la naturaleza, las mascotas, la música y el arte; es por ello que busco plasmar estos temas en lo que escribo."
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Una vida de perros…
(escrito por un niño de 6 años)
Siendo veterinario, fui llamado para examinar a un Sabueso Irlandes de 10 años de edad llamado Belker. Los dueños del perro: Ron, su esposa Lisa y su pequeño Shane, estaban muy apegados a Belker, y estaban esperando un milagro.
Examiné a Belker y descubrí que estaba muriendo de cáncer. Dije a su familia que no podíamos hacer ya nada por Belker, y me ofrecí para llevar cabo el procedimiento de eutanasia en su casa.
Hicimos los arreglos necesarios, Ron y Lisa dijeron que sería buena idea que el niño de 6 años, Shane, observara el suceso. Ellos sintieron que Shane podría aprender algo de la experiencia.
Al día siguiente, sentí la familiar sensación en mi garganta cuando Belker fue rodeado por la familia.
Shane se veía tranquilo, acariciaba al perro por última vez, y yo me preguntaba si él comprendía lo que estaba pasando. En unos cuantos minutos Belker se quedó dormido pacíficamente para ya no despertar.
El pequeño niño pareció aceptar la transición de Belker sin ninguna dificultad o confusión. Nos sentamos todos por un momento preguntándonos el porqué del lamentable hecho de que la vida de las mascotas sea mas corta que la de los humanos.
Shane, que había estado escuchando atentamente, dijo:
- "Yo se porqué."
Sorprendidos, todos volteamos a mirarlo.
Lo que dijo a continuación me maravilló, nunca he escuchado una explicación más reconfortante que ésta. En ese momento, cambió mi forma de ver la vida.
Shane dijo:
- "La gente viene al mundo para aprender cómo vivir una buena vida, como amar a los demás todo el tiempo y ser buenas personas, ¿verdad?”
El niño de 6 años continuó:
- "Bueno, como los perros ya saben como hacer todo eso, pues no tienen que quedarse por tanto tiempo como nosotros."
Es así que:
➡️ Vive sencillamente.
➡️ Ama generosamente.
➡️ Quiere profundamente.
➡️ Habla amablemente.
Aprende de los perros
Recuerda, si un perro fuera tu maestro, aprenderías cosas como:
- Cuando tus seres queridos llegan a casa, siempre corre a saludarlos.
- Nunca dejes pasar una oportunidad para ir a pasear.
- Deja que la experiencia del aire fresco y del viento en tu cara sea de puro éxtasis.
- Toma siestas.
- Estírate antes de levantarte.
- Corre, brinca y juega a diario.
- Mejora tu atención y deja que la gente te toque.
- Evita morder cuando un simple gruñido seria suficiente.
- En días cálidos, recuéstate sobre tu espalda en el pasto.
- Cuando haga mucho calor, toma mucha agua y recuéstate bajo la sombra de un árbol.
- Cuando estés feliz, baila alrededor, y mueve todo tu cuerpo.
- Deléitate en la alegría simple de una larga caminata.
- No te olvides de los que te acariciaron con amor.
- Se leal.
- Nunca pretendas ser algo que no eres.
- Si lo que quieres esta enterrado, escarba hasta que lo encuentres.
- Cuando alguien tenga un mal día, quédate en silencio, siéntate cerca y suavemente hazles sentir que estas ahí.
Fin.
Otro cuento sobre el cuidado de mascotas
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