Por Graciela Albornoz. Cuentos educativos para niños.
De Nada. Graciela Albornoz, escritora. Cuento sobre cómo aprender a decir la palabra mágica «Gracias»
Como aprender a decir la palabra mágica «Gracias»
De nada

Carolina no sabía decir «gracias».
– ¿Cómo se dice? –le preguntaba su abuela cuando le hacia un regalo y Carolina no sabía que decir.
La mamá era más directa:
– Di «gracias» –le decía cada vez que su hija se olvidaba, es decir siempre.
El papá le pedía:
– Dime la palabra mágica.
Entonces, Carolina decía «abracadabra», «ábrete sésamo», pero no un gracias.
Cuando la profe enseño la letra «g», los chicos de la escuela notaron que a Caro le faltaba esa palabra.
Decidieron salir, cada uno con su bolsa, a buscar muchas gracias.
Juan fue a la tienda que queda en la cuadra de su casa. A una señora se le cayó la moneda. Juan se la alcanzó y mientras decía: «de nada», guardó en la bolsa el gracias que le dio la señora.
Sebastián fue a comprar papel. Al llegar a la esquina, un hombre con bastón blanco le pidió ayuda para cruzar la calle. El semáforo se puso verde y los dos cruzaron con cuidado.
– Gracias –dijo el señor
– De nada –respondió Sebastián y guardó el gracias en su bolsa.
Andrea juntó un gracias al correr tras una señora para alcanzarle el zapatito caído de su bebé.
Mariela le cedió el asiento del bus a una abuelita y recibió un gracias que guardó en su bolsa.
Otros gracias recibieron los niños que ese día tendieron las camas y lavaron los platos.
Cuando cada uno tuvo un gracias, los juntaron todos en una bolsa grande, le ataron un lazo rojo y se la dieron a Caro.
Carolina, como siempre en silencio, abrió la bolsa, y al ver que había dentro, exclamó:
– ¡Muchas gracias!
– De nada –respondieron sus compañeros.
Dar las gracias nos hace sentir tan bien como recibirlas.
Fin.
De nada es un cuento de la escritora Graciela Albornoz © Todos los derechos reservados.
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