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Por Kike El Duende. Cuentos cortos para niños.

El niño de las vacaciones. Kike El Duende, escritor español. Cuento infantil. Cuentos sobre la luna. Cuento sobre los colores.

El niño de las vacaciones

El niño de las vacaciones

En cuanto nació Samuel, nuestro satélite Luna le encargó la misión de repartir las vacaciones entre los niños. Samuel, el pequeño coronel como él mismo se hacía llamar, cogió este peculiar poder que le otorgó la Luna y se puso a trabajar.

El primer día que cargó su mochila con las vacaciones se asustó un poco, le preguntó entonces a Luna cómo debía de hacer para repartir esas vacaciones y ella le contestó:

Te acercarás a los niños cuatro veces al año, en verano y en carnavales, en semana santa y, para terminar, en Navidad. Te las dejo en esta esquina, en los cuatro cráteres correspondientes y durante el año las irás clasificando. Cada niño recibirá su vacación que está formada de distintas cosas, dependiendo de la temporada.

Las vacaciones de verano están hechas de cuatro rayos de sol, de toallas, de largos sueños que se estiran más allá de las once, de heladitos y de colegios cerrados, de arena, de árboles, de olas y de caracolas.

Las vacaciones de carnaval se disfrazan de antifaz, de carrozas y caramelos, de canciones y vestidos de viejas, de muchos postres y grandes orejas. Las vacaciones de Semana Santa se forman de historia y memoria, para la mayoría de los niños simplemente son vacaciones de no ir al cole.

Y, para terminar, las vacaciones de Navidad, las que se llenan de regalos y de bondad, de copitos de nieve y cantidad de luces, de tres camellos y estrellas, de musgo que no se debe coger ni la intención porque está en peligro de extinción.

Samuel, después de que Luna le explicara el contenido de cada tipo de vacación le continuó diciendo:

No le pongas a cada niño la misma cantidad de ingredientes, es necesario para hacerlos distintos, y además, has de poner alguna sustancia de tu parte, lo que te inventes. Puedes poner algún viaje o un paseo por la playa, una fiesta de cumpleaños o más sonrisas que enfados. Mete también en cada vacación un poco de deporte, de vez en cuando, para el pelo, algún corte y siempre, antes de descansar, mucho de jugar.

Le regaló Luna un trineo, como el de Papá Noel, y lo carga a tope Samuel cuando se acerca el tiempo de vacaciones.

Para Arturo, por ejemplo, las vacaciones que tienen más helados que canciones, para Ana más sueños que copitos de nieve porque vive donde apenas llueve.

Por las noches Samuel vuela con su trineo entre las nubes y se esconde para que no sepamos cuando está ni dónde. Se para sobre la casa del niño correspondiente y coge con las dos manos sus vacaciones, levantándolas deja que éstas se le cuelen entre los dedos y así bajan despacio entreteniéndose con el aire hasta llegar a la habitación de Arturo, de Ana, de Antonio y de Andrea.

Sólo le queda a Samuel saber de dónde quita Luna las vacaciones, se lo preguntó muchas veces pero nunca se lo dijo, lo cierto es que la tiene visto salir de los cráteres de las vacaciones con manojos de estrellas y cometas, con reflejos de amaneceres y polvillo de galletas, también con calderos de imaginación, lo único que a él también le pide, calderos de imaginación.

Fin.

El niño de las vacaciones es un cuento de Kike El Duende © Todos los derechos reservados.

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