"Dos mundos posibles" de Samuel Gutiérrez Ospina narra la insólita travesía de un pescador que, al ver una ballena, decide nadar hacia ella para comprobar si se trata de la mitológica criatura que engulló a Jonás. Sin temor, se adentra en su interior, descubriendo un reino sorprendente de templos dorados, seres maravillosos y secretos inimaginables. A medida que explora este mundo desconocido, se enfrenta a enigmas que desafían su percepción de la realidad. Una historia que despierta la curiosidad por saber hasta dónde puede llevarnos la imaginación.
Pero, ¿quién es Jonás el personaje al que nombran en el cuento?
¿Quién es Jonás, a quien se traga una ballena?
Jonás es un personaje bíblico conocido por su historia en el Antiguo Testamento, específicamente en el libro de Jonás. Es un profeta a quien Dios le ordena ir a la Ciudad de Nínive para advertir a sus habitantes sobre su comportamiento corrupto y anunciarles su destrucción si no se arrepienten.
En lugar de obedecer, Jonás intenta huir en un barco, pero es atrapado en una tormenta. Los marineros, al darse cuenta de que Jonás es la causa de la tormenta, lo arrojan al mar, donde es tragado por un gran pez (tradicionalmente interpretado como una ballena). Permanece en el vientre del pez durante tres días y tres noches antes de ser vomitado en tierra firme.
Después de esta experiencia, Jonás finalmente cumple con su misión en Nínive. La historia es un relato sobre el arrepentimiento, la misericordia divina y la obediencia a Dios.
Nínive fue una de las ciudades más importantes del antiguo Imperio Asirio y es mencionada en la Biblia como una gran ciudad cuya maldad llevó a Dios a enviar al profeta Jonás para advertir a sus habitantes. Según el relato bíblico, Nínive se encontraba a orillas del río Tigris, en lo que hoy es el norte de Irak, cerca de la actual ciudad de Mosul.
Fundada alrededor del 6000 a.C., Nínive alcanzó su apogeo entre los siglos VIII y VII a.C., cuando se convirtió en la capital del Imperio Asirio. La ciudad era famosa por sus impresionantes murallas, palacios y jardines, así como por su gran biblioteca, que contenía miles de tablillas de arcilla con textos literarios, religiosos y científicos.
Históricamente, Nínive fue destruida en el año 612 a.C. por una coalición de babilonios, medos y otros pueblos aliados, poniendo fin al Imperio Asirio. La ciudad fue arrasada y quedó en ruinas durante siglos, hasta su redescubrimiento arqueológico en el siglo XIX.
Dos mundos posibles
Faenaba en su bote de pesca cuando divisó una ballena, que emergía y se hundía de nuevo. Por sus características, tamaño y lentitud, se imaginó, que era la mitológica ballena de Jonás. Se lo creyó.
Sin miedo se tiró al agua, nadó hacía ella, para averiguar si fue verdad que se tragó a Jonás, durante tres días. Se subió como pudo y se metió como en una caverna, alta y ancha, luchando con no hundirse en esa gelatinosa y profunda lengua, que no soportaba su peso. Logró avanzar agarrándose de una de las paredes de las fauces, prendido de los innumerables moluscos: ostras almejas, mejillones, aferrados a la piel interna del animal. Llegó por fin al inició del esófago, y se dejó caer como por entre un tobogán, baboso y hediondo, al estómago del pez.
Lo maravilló que, en vez de una sopa de restos de alimentos, encontró lo que Jonás tal vez vio: Un reino maravilloso de altos templos, repujados en oro con similitud de conchas marinas. Escalinatas de mármol, con grandes estatuas de ídolos. El más conocido para él fue el de Poseidón, pues escuchó de él en sus clases de historia griega. Sus habitantes, hombres y mujeres, eran altos, muy bellos, una muestra de las razas que fueron apareciendo sobre la tierra en los primeros tiempos, se imaginó. Nadie se acercó a él.
Vio, corrientes de agua cristalina y pura, por las orillas de calles limpias y con mucha vegetación, aguas estas, tal vez, pensó, serían el origen de los grandes ríos milenarios, que transcurren por el mundo, cuyos nombres estaban anotados en lenguas y dialectos en grandes carteles de pergamino.
Recorriendo ese inmenso lugar llegó a los extramuros, donde encontró una vegetación muy alta y muy tupida, como los tres pisos o estratos, que tiene la selva amazónica, recordando algo que leyó en un libro. No se podía entrar, pues altas barreras no lo permitían. Oyo si, los rugidos, bramidos y gritos de muchos animales encerrados allí, que nunca había oído, eran fuertes, largos y horrorosos.
¿Será esto un parque jurásico?, se preguntó.
Espantado, se alejó y volvió a la ciudad. De un momento a otro, pasando por una amplia plaza, la ballena, en ese momento, soltó un chorro de agua por su espiráculo, y botó por él, cerca de la orilla, el cuerpo extraño que se movía en sus entrañas. Cayó al agua y nadó presto a la orilla y exhausto se durmió.
¿Como así? ¿No estaba en la orilla del mar?, al recobrar el sentido en un bote, su propio bote, pues rendido de cansancio, por las faenas de pesca, la tensión, el sol abrazador, y con los ojos abiertos, había alucinado y estuvo en un mundo irreal. Sus ropas estaban secas. Todo fue una fantasía, una maravillosa fantasía, se dijo. Y se alegró por ello.
Fin.
Dos mundos posibles es un cuento del escritor Samuel Gutiérrez Ospina © Todos los derechos reservados. Prohibida su reproducción total o parcial sin el consentimiento expreso de su autor. Parte de Historias en Yo Mayor. Agosto de 2024.
Sobre Samuel Gutiérrez Ospina
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Imagen de referencia: Jan Brueghel el Viejo. 1568-1625. Amberes. Jonás y la ballena. Múnich, Alte Pinakothek. Antiguo Testamento.
¡Fantástico el cuento de Samuel!, nos adentra en dos mundos, el mitologico y el real que hace que se siga la historia hasta su final. Me gustó la parte de historia inicial que nos recuerda quién es Jonás y que papel representó en la Biblia.