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La estrella fugaz. Cuando ves una, pídele un deseo.

Por Lydia Giménez Llort. Breve historia de Navidad.

La estrella fugaz es un muy breve y hermoso cuento de Navidad en el cual una niña expresa los deseos que tiene y que la harían feliz, si una estrella fugaz pudiera cumplirle aunque sea uno solo de ellos. Es un historia de la escritora española Lydia Giménez Llort, recomendada para niños y niñas de todas las edades.

¿Qué es una estrella fugaz?

¿Qué es una estrella fugaz?

Cuando de noche vemos moverse unas luces brillantes decimos que son estrellas fugaces, pero en realidad, no son estrellas. Una estrella es un cuerpo celeste que brilla con luz propia. La estrella fugaz es una pequeña masa de piedra denominada meteoro. Sólo podemos ver los meteoros cuando entran en la atmósfera terrestre. Entonces la fricción los calienta y brillan con una luz hermosa y poderosa, hasta que caen a la tierra o se extinguen.

Todos los chicos del mundo creen que las estrellas fugaces traen suerte, por eso, cuando vean una, pídanle un deseo.

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La estrella fugaz

La estrella fugaz - Cuento de Navidad

Sumida en la tristeza de la oscuridad nocturna, salió al jardín para encontrar alguna respuesta en el cielo. Descubrió, por sorpresa, que la noche estaba majestuosamente vestida de largo y purpurina. Nunca antes la había visto tan elegante.

– «Noche, ¿Te vestiste de gala?» -preguntó la niña mirando admirada la belleza del cielo.

– «Los ángeles anunciaron que hoy pasará por mi reino la estrella de la luz. He pedido a las estrellas que lucieran su mejor traje y se pusieran sus mejores alhajas para tan especial ocasión» –contestó ilusionada la noche.

La niña miró su ropa y lamentó vestir en pijama. Miró por última vez el cielo, suspiró y agachando la cabeza dio media vuelta para regresar a casa.

– «¿Por qué te vas, niña? ¿Acaso no quieres ver la estrella?» –preguntó extrañada la noche.

– «Es que… voy en pijama…» -respondió la niña, con pesar.

– «Pero este es el traje que vistes siempre que te veo soñar, mi pequeña reina. ¿Qué mejor vestimenta puedes llevar?» -replicó la dama.

La niña acarició su traje de rayas y abrazándose a si misma, levantó la mirada y sonrió.

En un breve instante una suave luz iluminó el firmamento anticipando la llegada de la estrella fugaz. Y al poco, la inmensidad de su luz deslumbró a todos y la niña quedó iluminada por el espectacular resplandor de su magnificencia.

– «Tengo que pedirle tantas, tantas cosas… ¿Cómo voy a poder escoger entre ellas?».

– «Necesito pedir salud para mis padres, trabajo para el que lamenta estar sin poder hacer nada, libertad para el que se siente encadenado, palabras de aliento para los que andan descalzos, fe para los que perdieron la confianza, dulces melodías y susurros para los que les invade el silencio, un camino para los que perdieron el rumbo, besos y abrazos para los sedientos de amor, la frondosidad de un árbol para el que necesita una buena sombra que le de cobijo, la sabiduría de un caracol para quien llevar la vida a cuestas ya le pesa demasiado, sonrisas para un niño que llora, un arco iris para los que solo ven lluvia, el don de la comprensión a quien aún nada comprende, equilibrio donde hay desigualdades y justicia para el mártir».

Los murmullos de la noche callaron sus voces al ver que la estrella fugaz estaba detenida, escuchando.

Admirada, la Noche Buena susurró:

– «Pide para ti, mi niña, pide felicidad para ti…»

– «Ya lo hice, ya lo hice, bella dama. Esos son mis sueños, con solo uno que se cumpliera, yo ya sería feliz» -respondió la niña.

Quieta, en medio del firmamento, una noche buena, a mi pequeña reina le regalaron una estrella fugaz en cuya estela se leía «Feliz Navidad«.

Fin.

La estrella fugaz es un breve cuento de la escritora Lydia Giménez Llort © Todos los derechos reservados.

Sobre Lydia Giménez-Llort

Lydia Giménez-Llort - Escritora

Lydia Giménez-Llort nació en El Masnou, una villa marinera en las marismas de Barcelona el 13 de septiembre de 1966. Es hija única de Mercè y Antonio.

Estudió licenciatura en Biología y luego un doctorado y postdoctorado en el Instituto Karolinska de Suecia. Ahora es investigadora en Neurociencia (envejecimiento y enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer) y es profesora en psiquiatría en la Universitat Autònoma de Barcelona.

“Yo, por suerte, o fortuna la mía, nací en El Masnou, una villa benéfica y marinera, junto a la brisa del mar, del Mediterráneo… pero el río Blanco (río Turia) y la falda del monte Los Zafranares donde descansa escalonadamente Ademuz, cuna de mi padre, me aportaron el sosiego de la montaña y me dan ese equilibrio perfecto, como si fueran mi yin y mi yang.”

Lydia es voluntaria del Servicio Civil Internacional con el que estuvo en Portugal, la antigua Yugoslavia y Bélgica. Participó en los Juegos Olímpicos y Paralímpicos Barcelona 1992 donde coordinó a los asistentes de las delegaciones de China, India, Pakistán y Unión de Myanmar (antigua Birmania). También coordinó el comité social y el infantil en el Wenner-Gren Center de Estocolmo y fundó la asociación sin ánimo de lucro ‘Oyakudachi’, inspirada en sus abuelas Neus y Ascensión, y el legado humanitario de Michael Jackson de quien es fan.

Si quiere conocer más sobre Lydia Giménez-Llort, puede leer la entrevista que le hicimos para EnCuentos Aquí.

Otro cuento de estrellas fugaces

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