Cuento infantil sobre monstruos sugerido para niños de cuatro a siete años.
Un día cualquiera de verano mi tío inventó un robomonstruo.
Era las dos cosas: robot y monstruo.
Era un robot y se movía como todos los robot.
Pero mi tío lo hizo muy grande, como de dos metros, para que los chicos le temieran.
Era un monstruo porque era feísimo todo verde de orejas gigantes y moradas, que en realidad eran sus antenas
Lo más lindo es que no usaba batería, ni pilas, ni electricidad.
Cuando mis primos y los chicos que están de vacaciones se pelean y no dejan dormir la siesta…
Mi tío pone su robomonstruo a funcionar.
Apenas sale al patio los chicos corren y corren, desbandándose y disparando temerosos del gran robomonstruo.
Él avanza con su paso robotero y los corre sin apurarse
Es tan grande y feo que lo consigue fácilmente.
Ayer le pregunté a mi tío cómo hace para que funcione.
Y me contó el secreto: se alimenta de palabras cariñosas.
Mi tío no me enseñó qué palabras son y estoy probando varias.
He probado con: “querido robomonstruo” pero creo que no le gusta
También le he dicho: “te quiero mucho robomonstruo”.
Eso creo que le gustó un poco más pero no vi que cargara sus reservas de energía.
Le he preguntado a mi tío que no quiere decirme nada más. Le he prometido que no voy a decírselo a nadie, le he jurado que no, que nunca diré:
Cuáles son las palabras que alimentan las energías del robomonstruo
Yo no lo sé, como mi tío no me lo dice, sigo probando con más palabras…
Estoy aprendiendo muchas palabras cariñosas y bonitas.
Y los chicos también porque de tanto oírme palabras bonitas, están aprendiendo algunas y se pelean menos.
Pobre robomonstruo tan grande, tan tierno y tan necesitado de cariño.
Y de palabras cariñosas.
Es único.
Fin
Cuento infantil sobre monstruos sugerido para niños de cuatro a siete años.