Saltar al contenido

Nuria y el oso polar es uno de los interesantes cuentos infantiles del medio ambiente escrito por Liana Castello, un bello cuento sugerido para niños a partir de siete años.

Volvía de pasear por el bosque, cuando escuché un ruido poco común. Yo ya conozco los ruidos del bosque y podría decir que a cada animal que en él vive. Sin embargo, ese sonido a nada se parecía.

Curiosa como soy, empecé a moverme de aquí para allá dispuesta a encontrar de dónde provenía el extraño sonido. Corrí, caminé, salté y volví a correr hasta que di con una cueva, sin duda el sonido provenía de allí.

Entré sin pensarlo y ¡Vaya sorpresa! Dentro y casi ocupando todo el espacio había un gran oso blanco. Que un oso habite un bosque no es algo poco habitual, pero un oso blanco o sea ¿un oso polar en un bosque?

Algo no andaba bien, por un lado era evidente que no yo conocía a cada habitante del bosque, porque a este oso juro que jamás lo había visto en mi vida y por otro lado y sin entender cómo había llegado esta nuestro bosque, seguro este pobre osito se estaría muriendo de calor.

Me quedé mirándolo un rato largo y él a mí. Lo noté asustado y ahí pensé que por ahí era de color marrón y se había quedado blanco del susto al verme.

Como sea, algo había que hacer con ese gran oso blanco que me miraba con cierto temor. Pensé que lo mejor sería presentarme primero y así romper el hielo.

-¡Hola, soy Nuria!-le dije-¿Te has perdido?

-Encantado Nuria, soy Esteban y no me perdí, me escapé.

La cosa se ponía interesante: un oso polar en un bosque, con nombre de hombre elegante y que se había dado a la fuga…

-¿Hiciste algo malo? –Pregunté- ¿Escapas de la justicia?

Esteban me miraba como si no entendiese mi pregunta.

-¿Temes que te delate si confiesas?-volví a preguntar. Ahí entendí por qué me miraba con tanto temor ¡Era un prófugo de la justicia!

-Tengo sed-dijo simplemente Esteban.

Fui a buscar agua y cuando volví a entrar con dos baldecitos se sobresaltó. Era seguro que tenía miedo, que no quería ser descubierto.

-Bueno mira-dije sentándome frente a él en el suelo- Si has hecho algo malo, mejor será que te entregues. En esta cueva casi ni cabes, hace un calor espantoso, lo cual no es conveniente para ti. Además yo no quiero ser cómplice de un delincuente ¿Quieres un abogado? Mi papá lo es, tal vez pueda ayudarte. Dime ¿Qué has hecho? ¿Es un delito muy grave o sólo te has robado un par de pececitos allí de dónde vienes?

El oso seguía mirándome casi como sorprendido por todas mis preguntas y más aún por todo lo que yo me estaba imaginando.

-Será mejor que hables, el tiempo corre. Bah, creo, no sé, es lo que escucho siempre en las películas policiales que veo, debe de ser así no más.

-¡Basta pequeña! ¡Qué imaginación frondosa tienes!-dijo de pronto Esteban-no hice nada malo y no escapo de nadie.

-Ponte de acuerdo-le respondí-¿escapas o no escapas? ¿Eres o no un prófugo?

-Mira Nuria, vengo de muy lejos, he tenido que escapar de donde vivo porque los deshielos me están matando de a poco ¿Has oído hablar del cambio climático no?

Asentí con la cabeza.

-Pues bien-prosiguió Esteban-En donde vivo, cada vez hay menos hielo, menos peces, la temperatura es más alta. No soy prófugo de la justicia, tampoco de la policía, escapo del clima, ni más ni menos que eso.

-¿Y has venido a parar a esta cueva calurosa? ¡Vaya cambio! Permíteme decirte que vas de mal en peor Esteban.

-No sé dónde ir, ningún lugar parece apropiado. No sé si está bien lo que hice, pero hecho está.

– Tienes razón, no está amigable el clima-dijo Nuria-y no creas que no sé que los responsables somos nosotros, los seres humanos. Bueno yo no porque soy chiquita y me porto bien, pero muchos otros sí.

-No sé qué hacer Nuria, necesito tu ayuda-dijo muy triste Esteban-Aquí tampoco podré sobrevivir.

-No es seguro, yo te ayudaré no te preocupes, fácil no será, pero ya lo dijiste, tengo una imaginación frondosa y algo se me va a ocurrir.

-.-

Hace ya dos meses que Esteban vive en la pescadería de mi tío. Ese gran lugar, con mucho hielo, de grandes dimensiones y lleno de pescaditos es el único refugio seguro que se me ocurrió para Esteban.

Sé que no es una solución, sé que no será para siempre y que una pescadería no es el lugar ideal para un oso polar, pero su hábitat tampoco lo era.

Mientras tanto, todos los días me abrigo mucho y voy a visitar a Esteban. Mientras le doy de comer, conversamos de las cosas de la vida e imaginamos juntos un mundo mejor, uno donde cada uno pueda quedarse en su hogar y ser feliz en él.

Fin

Cuento sugerido para niños a partir de siete años

ILUSTRACION DE ANNA BURIGHEL

Todos los derechos reservados por Liana Castello

Prohibida su reproducción parcial o total por cualquier medio físico o digital sin la autorización expresa de la autora.

Nuria y el oso polar es uno de los interesantes cuentos infantiles del medio ambiente escrito por Liana Castello, un bello cuento sugerido para niños a partir de siete años.

3/5 - (2 votos)

Por favor, ¡Comparte!



Por favor, deja algunos comentarios

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Recibe nuevo contenido en tu E-mail

Ingrese su dirección de correo electrónico para recibir nuestro nuevo contenido en su casilla de e-mail.



Descubre más desde EnCuentos

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo