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El color randusca

El color randusca. Kike El Duende, escritor español. Cuento infantil.

Le comenté a la luna una tarde de hermoso atardecer, -¡Qué color naranja más bonito tiene ésta noche mientras se acerca!-

-Buena razón tienes-, pequeña mía, -pero no es de color naranja, si no de color randusca-.

-De color quéee??- me extrañé, preguntando lo que sobradamente había escuchado bien.

-¡¡Randusca, randusca!! Repitió la luna. Luna no me decía nada más, suele esperar siempre a que le preguntes las cosas y si no lo haces no te da las explicaciones.

Os diré que, para mí, era claramente un precioso color naranja el que yo estaba mirando. Después de solicitarle la oportuna aclaración sobre la procedencia de ése, al parecer, nuevo color, la luna me contó:

“El otro día discutí con el sol, bueno, más que discusión digamos que sólo hablé yo, fue una charla acalorada y en cierto modo brusca, le dije -¿Por qué le llamas al color naranja, naranja y no por ejemplo…randusca?-, y continué

-¿Llamamos al color naranja, naranja, porque coge su nombre de la naranja, (que es de ése color) o se le llama naranja a la naranja porque es de ese color naranja que alguien quiso llamar naranja a esa tonalidad de color? Entonces, si la naranja tuviera otro nombre, pongo por caso, randusca, cuando viéramos ese color naranja, que suponemos que lleva el nombre de ésta fruta por ser del mismo color, tendríamos pues que decir ahora que es de color randusca, ya que sería el nuevo nombre que a la naranja le habríamos dado.

O contrariamente, si al color naranja a alguien se le ocurriera en un primer momento llamarle color randusca, después, a la fruta llamada ahora naranja, como es del color randusca, pues le llamaríamos a esta fruta, randusca.

El sol no me contestó, sacudió la cabeza porque igual que yo estaba hecho un lío y esparció en ese instante más rayos de lo acostumbrado, después creo incluso que un poquito se apagó”.

-Lo que no tengo claro- me sigue diciendo la Luna, -es que si a la naranja le pusieron éste nombre por el color que lleva o si al color le pusieron éste nombre por ser del color de la fruta, de la naranja.

-En fin Anaïs ¿a quién le pondrían primero el nombre, a la fruta o al color? -No sé- le contesté,- pero ahora, si tú a las naranjas les llamas randuscas, me parece bien que el color que ellas tienen se llame entonces, color randusca.

Y así me quedé, sentada, viendo una tarde de hermoso atardecer mientras la noche se acerca, con un precioso color randusca.

Fin
 
El color randusca. Literatura infantil y juvenil, cuentos que no pasan de moda. Lecturas para niños de primaria. Historias para aprender.

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