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Por Dolores Espinosa.

El Señor Invierno es un cuento infantil sobre esta fría estación del año de la escritora española Dolores Espinosa. Cuentos infantiles sobre el invierno.

El Señor Invierno

El señor invierno - Cuento infantil sobre el invierno

Sentado en un banco, enfurruñado y tristón, nos encontramos hace poco al Sr. Invierno.

Despacito y con cuidado, para no enfadarlo, nos fuimos acercando hasta sentarnos a su lado y Pedrín, que es el menos tímido de los tres, le preguntó:

– «¿Qué le pasa Don Invierno?»

– «¿Por qué está tan serio?» -preguntó Pablín.

– «¿Por qué tiene esa cara de vinagre?» -pregunté yo también.

Y el Sr. Invierno, dando un suspiro que casi nos deja congelados, dijo con voz helada:

– «Porque no le caigo bien a nadie» -y las palabras, según salían, caían al suelo convertidas en hielo.

– «Eso no es cierto» -dijo Pedrín enseguida.

– «A nosotros nos cae muy bien» -dijo también Pablín.

– «Bueno… a mí no tanto…» -dije yo y no sé por qué me miraron todos tan raro.

El Señor Invierno intentó negar con la cabeza pero le costó mucho porque lleva como unas quince bufandas y así no hay quien mueva el cuello pero, vamos, que nosotros lo entendimos.

– «Pues seréis los únicos» -y una letra “s” casi se me cae encima del pie-. «Porque yo no oigo más que quejas.»

Y entonces, Pedrín se levantó, lo tomó de una mano o, mejor dicho, de uno de los cinco pares de guantes que llevaba puesto y dijo:

– «Venga, venga usted con nosotros que le vamos a enseñar que hay gente a quienes cae muy bien.»

– «Eso, eso» -dijo Pedrín, cogiéndolo de la otra mano llena de guantes.

– «Si no queda más remedio…» -dije yo sin cogerlo de ningún lado porque ya no le quedaban manos ni guantes que coger… y otra vez me miraron raro, no sé por qué.

Empujándolo y animándolo lo llevamos por todo el pueblo y le enseñamos a nuestros amigo jugando con los trineos, haciendo muñecos de nieve y lanzándose bolas (también de nieve, claro).

– «¿A qué os gusta el invierno?» -preguntó Pedrín.

Y todos respondieron a coro:

– «¡Síiiiiiiiii!»

Le enseñamos, también, a la gente sentada en casita, disfrutando del calor, con la familia o los amigos.

– «¿A que no está mal el invierno?» -preguntó Pablín.

Y todos respondieron a la vez:

– «¡Síiiiii!»

Lo llevamos a tomar chocolate calentito en una cafetería y le enseñamos cuanta gente había allí.

– «¿A qué mola el chocolate?» -pregunté yo.

Y todos respondieron:

– «¡Síiiiii!»

Y no sé por qué Pedrín, Pablín y el invierno, volvieron a mirarme raro. Después de todo este paseo, volvimos al banco. El Señor Invierno ya no parecía tan triste.

– «¿Ve como hay gente que disfruta con usted?» -preguntó Pedrín, que siempre tiene que ser el primero.

– «Sí» -dejó caer el Señor Invierno.

– «¿Ve como hay a quien le cae bien?» -preguntó Pablín, que no puede estarse callado.

– «Lo veo» -contestó el Señor Invierno.

– «¿Nos podemos ir ya?» -pregunté yo, que siempre soy al que miran raro…

Y aún no sé por qué me lanzaron tantas bolas de nieve…

Fin.

El Señor Invierno es un cuento infantil que nos envía la escritora Dolores Espinosa para que lo publiquemos en nuestro sitio de literatura infantil y juvenil.

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