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La tímida estrella

Cuento infantil sobre las estrellas sugerido para niños a partir de ocho años.

– Mira, mira. Muy alto en el cielo hay una estrella; pero no una cualquiera.

– Mira, mira. ¿Puedes verla? Está ahí. Yo sé que está ahí.

– Espera…. Quizás no puedes verla porque esta estrella es muy tímida. Detrás de una nube siempre está escondida.

La pequeña estrella se queda todas las noches ahí escondida: observando cómo pasan las estaciones, viendo como los pájaros viajan hacia el Norte o escuchando como un padre canta una nana a sus pequeños antes de irse a la cama.

Esta estrella tiene un superpoder, que no podrías ni creer. Con este superpoder, la estrella puede curar cualquier herida, cualquier cicatriz y cualquier corazón.

Pero la estrella tiene demasiado miedo, no cree en ella misma. Además, no sabe cómo usar su superpoder, ni siquiera puede parar a un monstruo con el.

-¿Y si hago algo mal? – piensa la estrella.

-¿Y si mis hermanos y hermanas se ríen de mi?

-¿Y si….?

-¿Y si….?

-¿Y si….?

Por culpa de esas dudas la estrella no puede ser feliz, ni mostrar su superpoder al mundo.

Pero una noche, la estrella oyó como una pequeña niña lloraba en la lejanía. La pequeña estaba sentada junto a la ventana, mirando con tristeza a las estrellas:

-Ojala mi padre estuviera aquí.- decía la niña.

-Ojala que este bien.

-Ojala pudiera cantarme una nana para no tener pesadillas con monstruos debajo de la cama.

Al mismo tiempo, en un país lejano: donde las estrellas tienen nombres extraños y el suelo está seco y agrietado. El padre de la niña luchaba en una guerra para liberar a personas que sufrían; pero antes de acostarse siempre pensaba en su pequeña hija:

-Ojala pudiera estar con mi hijita.- decía su padre.

-Ojala que pueda dormir bien.

-Ojala pudiera oír como cada noche canto una nana a las estrellas pensando en ella.

La estrella pudo oírlos a los dos, La brillante estrella pudo ver cuánto se extrañaban el uno al otro; pero sobretodo pudo sentir cuanto amor se tenían padre e hija.

Ese amor hizo que la estrella sintiera mucho valor para demostrar todo lo que podía hacer:

Quizás esta estrella no sea capaz de cumplir tus deseos o de para a los monstruos; pero puede hacerte soñar, soñar que tus deseos se han hecho realidad.

Así que cuando la niña se quedó dormida, la estrella empujó con fuerza la nube que la mantenía escondida y bajó hasta la ventana de su dormitorio.

La estrella empezó a brillar, esparciendo su magia en la habitación para que la niña pudiera soñar con algo maravilloso.

Esa noche la niña soñó que su padre estaba junto a su cama, contándole un cuento de hadas.

Soñó que su padre la besaba en la frente y le cantaba una nana para no tener pesadillas sobre monstruos debajo de la cama.

Justo después, la estrella viajó donde estaba el padre de la niña para hacerle soñar con su pequeña hija.

Esa misma noche, el padre soñó que estaba junto a la cama de su hija: contándole un cuento de hadas, dándole un beso en la frente y cantando una nana.

Y así fue, como padre e hija estuvieron juntos en la distancia, unidos en el mismo sueño.

Un tiempo después, el padre de la niña volvió a casa. ¡Estaban tan felices de estar por fin juntos

– No importa donde esté- dijo su padre.

-No importa donde tú estés.

-Siempre tendremos nuestros sueños para escaparnos y vernos.

Así que si estas triste ¡mira, mira, mira hacia el cielo! mira ahora mismo y verás una nube.

¿Puedes verla? ¡si, si que puedes! ¡si ahí está!

Entonces no te preocupes, porque ahora sabes que detrás de esa nube siempre habrá una estrella, que velará por tus sueños, todas las noches.

Fin

Todos los derechos reservados por Rocío Cumplido González.

Cuento infantil sobre las estrellas sugerido para niños a partir de ocho años.

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