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Por Sandra Dalla Fontana. Cuentos infantiles de árboles

El árbol de los sueños es uno de los cuentos infantiles de árboles de la escritora Sandra Dalla Fontana. Cuento sugerido para niños a partir de nueve años.

El árbol de los sueños.

Había una vez un árbol; pero no un árbol común, de esos que están en las plazas o en los patios de las casas. Éste era un árbol especial, distinto, porque sus hojas, en realidad no eran hojas. Sus ramas estaban llenas de sueños; sueños grandes y pequeños, ambiciosos y simples, sueños tímidos y poderosos.

Todos y cada uno de ellos, eran los sueños de las personas que llegaban desde muy lejos a visitar ese árbol al que llamaban “El árbol de los sueños”.

El árbol era tan feliz albergando los anhelos de la gente. Esa felicidad provenía del amor que cada sueño traía, un amor puro e infinito que lo alimentaba desde la raíz hasta la punta de sus ramas, lo fortalecía y le daba energías.

Él no estaba solo, lo acompañaba un hada, un ser de luz que tenía como misión hacer que los sueños se cumplan. Era el hada Blanca, la cual desde el principio de los tiempos desplegaba su magia para hacer que las personas sean más felices.

El hada y el árbol eran tan, pero tan amigos, que con solo estar uno cerca del otro ya se sentían completos.

Un día, el árbol esperaba ansioso la llegada de la gente llevando sus sueños, pero nadie vino. El hada preocupada vio cómo su amigo iba perdiendo su energía. A pesar de esto, tuvieron fe de que al día siguiente todo sería mejor. Pero no fue así. Las ramas vacías de sueños iban secándose y el árbol se entristecía cada vez más.

Desde su lugar podían ver a las personas que cabizbajas iban y venían, pero ninguno se acercaba.

¿Qué estaba sucediendo?, ¿por qué todo de pronto es tan gris?...se preguntaban una y otra vez.

Así los dos fueron perdiendo las ganas de vivir, se iban apagando juntos.

Entonces con ojos asombrados y temerosos vieron surgir de las sombras algo oscuro y tenebroso: un antiguo enemigo que creían desaparecido, PRETO.

Preto era un ser nefasto, que robaba sueños a los seres humanos. Su objetivo era alimentarse de la tristeza, la desesperanza y el desamor. Le gustaba sembrar el odio, reía viendo enojo y dolor.

Esparció frente al árbol y el hada toda su malvada magia quitándoles casi sus últimas fuerzas. Sus carcajadas se oían desde lejos, mientras iba cargando en su bolsa los pocos sueños que quedaban en las ramas.

Cuando todo parecía el final, el corazón bondadoso del hada Blanca se llenó de luz, y acercándose al árbol lo tomó de una de sus ramas. Cerró los ojos y recordó cada momento hermoso vivido, recordó también los sueños que había hecho realidad, desde los más pequeños, aquellos que parecían insignificantes, hasta los más enormes que se veían casi inalcanzables. Recordó las sonrisas de las personas que eran felices, las miradas con los ojos llenos de satisfacción, los corazones rebosantes de alegría.

El árbol repentinamente comenzó a erguirse, a llenarse de nuevas energías. El hada se sintió feliz y plena, renaciendo de la oscuridad.

Mientras tanto Preto iba quedándose sin fuerzas, aunque trataba de ganar la batalla le era imposible porque los buenos sentimientos lo superaban. Finalmente fue desapareciendo entre las sombras hasta que no quedó nada de él.

De esta manera, las ramas del árbol comenzaron nuevamente a llenarse de sueños y esperanzas provenientes de los corazones de las personas. Y junto con el hada continuaron trabajando incansablemente para mantener viva la energía del amor en el mundo.

Fin

El árbol de los sueños es uno de los cuentos infantiles de árboles de la escritora Sandra Dalla Fontana. Cuento sugerido para niños a partir de nueve años.

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