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Una tarde de mucho calor, de esas en donde las flores impregnadas de tanto sol perfuman con calidez el todo y que el viento repentino sorprende.

El cielo con nubes grises que corren graciosamente para despedir el día; las gotitas comienzan a caer sin parar, la lluvia se instala y cambia la tarde… agua refrescante en todo lugar, charquitos tentadores comienzan a crearse y un sapito inquieto que dormía profundamente en un pocito terroso se desierta todo húmedo.

Abre sus pequeños ojos, comienza a moverse y del envión da un saltito hacia el pastito y exclama: -¡Croac! ¡Croac! ¡Linda lluviecita! ¡Llegaste! ¡Sí! Salta que te salta, disfruta empapándose en el agua, el barro, estirando su lengua y atrapa insectos sabrosos pues está muy hambriento. Bichitos distraídos… ¡ups! ¡Mmm! Y sigue saltando charquitos. Por un momento Sapito sorprendido exclama: ¡Croac! ¡Croac! -Uy! ¡Qué charco tan grande! ¡Ahí voy!

Y cuando se disponía con todas sus fuerzas para dar un gran salto…Una gran mariposa se posó bruscamente en su cabeza y le tapó la visión, las alas tan amplias ocultaron los ojitos de Sapito que ante la sorpresa exclamó:

– ¿Qué pasa? ¡Croac! ¡Croac! ¡No veo nada!

-¡Uy! ¡Perdón! ¡Jaja! Te confundí con una plantita, contestó la mariposa.

– ¡Ja ja ja! ¡Croac! ¡Croac! entonces soy una plantita saltarina, que ¡croa! Jaja! llamada Sapito, respondió.

– Y… no vi que saltabas, discúlpame y levantó vuelo lentamente hacia una flor; la mariposa.

-¡Dale! ¡Croac! ¡Croac! ¡Mírame bien! soy verde con manchitas negras, me gusta saltar y mucho ¡más en el agua! , como bichitos… que trepan, caminan o vuelan…

-¿Bichitos? Preguntó la mariposa asombrada.

-Insectos: gusanos, moscas, abejas, mosquitos, vaquitas, pulgas, piojos y bueno también mariposas. Respondió Sapito.

– ¿Mariposas amigables? Desafió al sapito con tono triste.

– ¡Ah! Nooo… ¡me gusta tener amigos! ¡No los como! ¡Croac! ¡Croac!

– ¡Ah! Porque yo quiero ser tu amiga ¡para jugar! Yo vuelo sobre un charquito y tú saltas sobre él, tengo que volar rápido para no mojarme. ¿Quieres? Propuso la mariposa.

-¡Si! ¡Dale! Seamos amigos, ¡vamos! Mira que salto ¡muy alto! Y salpico ¡Jaja jaja! ¡Croac! ¡Croac! – ¡Jijiji! ¡Veamos! ¡Atrápame si puedes ¡ y levantó vuelo rápidamente la mariposa.

Así juntos descubrieron el sentido de la amistad, disfrutaron un atardecer de llovizna, charquitos de diferentes formas y tamaños. Los gritos combinados con risas entusiasmaron sus corazones.

Momentos que eran rutinas ahora habían cambiado al compartirlos. Un sapito… ¡Croac! ¡Croac! y una mariposa …escribieron una inesperada amistad. El comienzo de muchas aventuras.

Fin

Sapito y Mariposa escriben… es uno de los cuentos de animales de la escritora Viviana Vélez sugerido para niños a partir de cuatro años.

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