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El equipo de fútbol del leoncito, el ñandú y el flamenco

Por Graciela Bogado. Cuentos infantiles de animales

El equipo de fútbol del leoncito, el ñandú y el flamenco. Graciela Bogado, escritora. Cuento infantil de animales.

El equipo de fútbol del leoncito, el ñandú y el flamenco

El leoncito, el ñandú y el flamenco, eran aficionados a los deportes, especialmente por el fútbol, y todos los fines de semana participaban con el equipo “los rayitos de la selva” en los campeonatos que se realizaban en la selva.

Un domingo jugaron la final del campeonato con el equipo “los invencibles” dirigido por el malhumorado y tramposo tigre pinta, para el no había nada más humillante que perder un partido de fútbol, y ese día fueron derrotados por uno a cero por el equipo “los rayitos de la selva.”

En la cancha minutos antes que el árbitro tocara el pitazo de finalización del juego, el ñandú le saco la pelota al tigre, y salió corriendo, cerca del arco el leoncito le hizo señas al ñandú que le tire la pelota, y el bajándola con la patita, le pego fuerte a la pelota haciéndola entrar dentro del arco del equipo “los invencibles.”

El tigre rojo de rabia no dejaba de gritarle a los jugadores: ¡No jugare más con ustedes!, ¡Me voy del equipo! ¡Son unos buenos para nada!, se quitó la camiseta y el tiró al suelo.

Mientras dentro de la cancha, el leoncito se abrazaba con los jugadores, y desde la tribuna los animalitos gritaban contentos:

¡Vivan los campeones! ¡Viva el leoncito y los jugadores!

Al poco tiempo, el tigre pinta se fue a otra selva y comenzó a entrenar con el equipo “la selva verde”, mientras que el leoncito, el ñandú y el flamenco siguieron entrenando en el mismo equipo.

Una vez al mes los animalitos se juntaban para trabajar y reunir el dinero para la inscripción del equipo “los rayitos de la selva” en el campeonato. Juntos lograban reunir un montón de cosas lindas y variadas que luego lo llevaban a vender a la tienda de don Elían el elefante.

Un día en una reunión de amigos un animalito propuso a los demás participar en el campeonato que se realizaba en “la selva verde”, todos felices aprobaron la idea de su amigo, y tan ilusionados estaban de jugar en otro lado, que no pensaron como llegarían hasta allá.

El ñandú que era muy charlatán les pregunto a sus amigos como viajarían a ese lugar que quedaba tan lejos, ¡Es verdad…no habíamos pensado en eso! Dijeron los animalitos.

El leoncito rascándose la cabeza dijo: ¡tengo una idea!, ¡Esta idea no puede fallar!, Y Juntando una varita seca se puso a dibujar en el suelo, mientras les explicaba a los amigos que iban hacer un barquito, y después de escucharlo todos salieron corriendo a buscar lo que iban a necesitar para armar el barquito.

Trabajaron y trabajaron, hasta que terminaron el barquito, llenos de esperanzas se subieron en el, y comenzaron el viaje. Después de viajar un día entero… llegaron a “la selva verde”. Se encontraron con una gran cantidad de animalitos que le esperaban para verlos jugar.

Los dos equipos ya estaban en la cancha, en un sector se encontraba el equipo anfitrión “la selva verde”, y en el otro lado el equipo del leoncito “los rayitos de la selva”. ¡Uuu! Que sorpresa se llevaron, el leoncito y sus amigos cuando vieron al tigre pinta vestido con la camiseta del otro equipo, ese día no fue un buen día para ellos, fueron derrotados por tres a cero.

El equipo del leoncito, con varios partidos ganados y dos derrotas, llego a la final con el equipo, “la selva verde”.

Estaba todo listo para que comience el partido, los jugadores ya estaban en la cancha, en ese momento el tigre pinta se acercó al leoncito y le dijo: ¡ja! ¡Ja! ¡Perdedores!, les vamos a llenar a goles, y van hacer tantos… que no van a caber en el barquito que le trajo hasta aquí.

Había comenzado el primer tiempo, y al equipo “los rayitos de la selva” se le hacía difícil recuperar la pelota cuando la perdían. El leoncito a pesar de su estatura baja, saltó alto y de cabeza le ganó la pelota al defensor del otro equipo, y anotó un gol para su equipo que perdía tres a dos.

Continuo el partido, y el flamenco estirando una de sus patas largas le quitó la pelota a un jugador, y salió corriendo, mareo a uno y dejo por el camino a otro, y allá cerca del arco del equipo “la selva verde”, le pasó la pelota al leoncito, y el con su patita le pegó fuerte a la pelota anotando el gol del empate.

Siguió el partido y el leoncito velozmente llevaba pateando la pelota, cruzó a un jugador y luego a otro, el tigre para impedir que llegue al arco de su equipo, lo empuja y le pisa fuerte la patita dejándolo con mucho dolor y rengo.

Faltaban minutos para terminar el partido, y el leoncito siguió jugando en el equipo con mucho dolor y dificultad para correr y patear la pelota. Mientras en la tribuna un pequeño grupito de amigos le intentaban levantar el ánimo cantándole: vamos, vamos leoncito, vamos, vamos a ganar, que tus amigos de la selva no te dejaremos de alentar, vamos, vamos los rayitos, vamos, vamos a ganar, que tus amigos selvaneros no te dejaremos de alentar.

El ñandú recuperó la pelota, y salió corriendo hasta llegar cerca del arco del equipo “la selva verde”, y decide tirarle la pelota al leoncito que se encontraba muy cerca de allí, el desesperado porque venía la pelota hacia él, y no podía saltar para cabecear, ni pegarle a la pelota con la patita lesionada, se da vuelta con su gruesa y larga cola, le pega fuerte a la pelota y anota el gol de la victoria para el equipo “los rayitos de la selva”.

Fin.

El equipo de fútbol del leoncito, el ñandú y el flamenco. Lecturas para niños de primaria. Historias para aprender. Literatura infantil y juvenil, cuentos que no pasan de moda.

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