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Por José Antonio Rodriguez Cases. Cuentos infantiles de animales y aventuras

El conejo y el elefante es un cuento para niños sobre la aventura de un conejo que se escapa para recorrer la selva, de José Antonio Rodriguez Cases. Cuentos de animales para los más pequeños.

El conejo y el elefante

El conejo y el elefante - Cuento infantil

Werdesi era un pequeño pueblo situado en Africa, estaba junto a un gran bosque, después del cual venía una extensa llanura con mucho sol y pocos árboles.

En la parte exterior del pueblo, había una casa que tenía un patio grande en el que sus dueños tenían muchos animales, que criaban para luego venderlos, y de eso vivían. En éste lugar empieza ésta bonita historia.

Entre los animales, había gallinas, cerdos y conejos, además de una enorme vaca lechera. La vaca les había contado a todos, lo bonito que era el bosque que les rodeaba y lo que imaginaba de la llanura que a lo lejos se adivinaba.

Siro era un conejo joven y fuerte que escucha con entusiasmo a la vaca. Siempre se ponía cerca de ella para escuchar bien, y si a la vaca se le olvidaba contar lo que había visto ese día, él se lo recordaba. Se imaginaba saliendo de la casa y corriendo por el bosque al encuentro de la pradera.

Un día Siro, se encontró con un topo que acababa de sacar su cabeza por un agujero que había excavado en la tierra, y se dijo a si mismo:

– «Esta es mi oportunidad, señor topo, ¿usted me podría ayudar a hacer un agujero por debajo del muro que da al bosque, para poder salir?.»

El topo le habló de lo peligroso que sería estar afuera, pues habían muchos zorros y otros animales. Siro insistió tanto que consiguió que el topo le dijese que sí.

Aquella misma tarde iniciaron el agujero, que tapaban por la mañana con hierba cuando venía el dueño a limpiar y poner la comida para que no lo viese. Al cuarto día, el agujero ya traspasaba el muro.

Todo estaba preparado para salir por la noche aprovechando que era luna llena, vería mejor, aunque el riesgo es que también le verían mejor a él.

Siro se despidió de su familia, amigos y demás animales, prometiendo que volvería para contar lo que hubiese visto.

– «¡Tengo miedo! Pero mis ganas de conocer mundo son más grandes.»

El topo le dijo que a un kilómetro del muro había un montículo en el que había una topera, casa de unos primos suyos, corre hacia allí, si lo necesitas y pasa la noche.

Al poco de salir Siro al bosque se encontró con la primera sorpresa, un zorro le vio y se puso a perseguirle. Siro corrió y corrió en dirección al montículo que había dicho el topo, llegando al agujero de entrada a la casa cuando el zorro ya iba a cogerle.

Al poco, dos topos vinieron a saludarle, su primo ya les había hablado de Siro. Fue una noche tranquila, en la que pudo sacar la cabeza y ver bien con la luna que había, desde el montículo.

Sintió los sonidos de la noche, las formas de los árboles, el olor de las plantas… era para él todo un acontecimiento.

Despertó con el sol a punto de salir y, dando gracias, se despidió de los amigos topos. Salió al bosque abierto con la confianza de que la hierba alta que había le protegería.

Cruzó arroyos de agua clara, árboles de distintas clases… todo era mucho más hermoso de lo que había imaginado.

De repente se encontró con una gran serpiente, se asustó, más enseguida se dio cuenta que estaba gorda e inmóvil. ¡Menos mal que ya había comido y estaba haciendo la digestión!

Siguió su camino entre bellas flores y arbustos , y cuando empezaba a estar cansado se encontró con unos animales con cuernos en su cabeza que venían mojados, ¡eran unos cervatillos que venían de bañarse en una gran charca de agua cercana!

Animado al saber del agua cercana, corrió más y pronto llegó.

Se echó al agua cerca de lo que parecían unos troncos grises y redondos. ¡Sorpresa! , los troncos empezaron a moverse.

¿Cómo era posible que un árbol se moviese?

No, no era un árbol, eran las patas de un elefante que se estaba bañando. El que se asustó mucho al ver al conejo, que confundió con un gran ratón, pues conocido es el miedo de los elefantes a los ratones. Siro también se asustó mucho pues no conocía a aquel animal tan grande.

En el lenguaje de los animales, Siro le pidió que no le comiera, que quería ser su amigo. Y el elefante pensando que era una oportunidad de superar sus miedos le dijo, no te preocupes, yo sólo como hierba y arbustos, me llamo Golan y sí quiero ser tu amigo.

Ambos se miraron con ternura, y Siro se presentó, diciéndole que había atravesado bosque y selva para conocerlas, y que le gustaría seguir conociéndola con él.

Golan bajó sus patas delanteras y Siro se subió a sus lomos.
Le presentó a su familia, que aunque al principio estaban distantes, la simpatía y el valor de Siro les cautivó.

Juntos empezaron a recorrer la selva, mostrándole a Siro a los animales no peligrosos , que no comían carne. La jirafa, la cebra, el búfalo, los ciervos… quedando lejos del león y otros carnívoros, a los cuales le enseño de lejos.

Recorrieron sitios muy hermosos, una gran cascada, vieron atardeceres y amaneceres bellísimos. Siro estaba muy contento de la decisión que había tomado ¡Quería vivir allí! Pero antes habría de volver a casa para relatar su aventura y despedirse.

Se lo dijo a Golan y éste decidió acompañarle para que no le pasara nada.

Cuando llegaron a casa de Siro, Golan se quedó frente al muro Y le dijo que le esperaría.

Fue una gran sorpresa para todos, se pusieron todos muy contentos al verle tan bien y feliz .

Siro les habló de su aventura, les dijo que allí vivían todos en armonía, que nadie cogía más de lo que necesitaba y con gran respeto entre los animales y a la naturaleza que los acogía.

Tambien había visto a personas que se dedicaban a cuidar los árboles y no mataban animales. Era un sitio con peligros pero quería vivir ahí fuera, en libertad .

Todos creyeron su historia, más cuando éste les invitó a que vinieran con él, sólo sus tres amigos más cercanos se animaron a ello, los demás prefirieron seguir con su rutina diaria aun sabiendo su posible final.

Se despidieron, deseándose suerte y Siro con sus tres amigos, Liberty , Salto y la coneja Emma salieron a buscar al elefante .

Golan se puso muy contento de que lea familia hubiese crecido, y todos juntos partieron en busca de nuevas aventuras .

Fin.

El conejo y el elefante es un cuento de animales enviado por José Antonio Rodriguez Cases para publicar en EnCuentos.

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