Saltar al contenido

Balu. Cuentos infantiles de niños ciegos.

Cuento infantil sobre niños ciegos sugerido para niños a partir de ocho años.

¡Vieran qué lindo es! Él me ayuda mucho, saben que es tan grande su ayuda que incluso Papá y Mamá se siente apoyados ¿quién diría que cosas tan sencillas para mi serian tan complicadas?

Pero con él todo cambió, yo ya los había escuchado, algunos sonaban tan fuerte y otros hacían sonidos tan agudos cuando están tristes. Me acuerdo cuando tenía cuatro años, fue la primera vez que escuché uno, ¿qué es? Salí corriendo en búsqueda de Mamá y el golpe que me di en pared me dolió mucho, empecé a llorar y llorar. Mamá enseguida me recogió y dio me ánimos refugiándome en sus brazos. Cuando llegó Papá en la noche, bueno, saben que no sé que es la noche, para mí todo es igual, pero cuando él llego le conté del ruido que escuche, intente imitarlo, uauff, uauff, hice reír a Papá. Él me dijo –Gracias hijito, me alegraste el día, porque hoy estuvo muy difícil en la oficina– me abrazó.

Mis padres son jóvenes, Mamá me dice que tiene veintidós años, Papá tiene veintitrés, y me dicen que yo hoy cumpliré cinco. Cinco años, soy tan preguntón, pero debo saber qué significa cinco años, casi toda mi familia me ha intentado explicar, que cinco años en personas es una cantidad de representación del tiempo, que también significa una etapa del crecimiento de mi cuerpo, que significa niñez y otras cosas. Ah, pero quiero que sepan algo, soy muy curioso, incluso cuando mi Mamá me da la comida le pregunto cómo es y cómo lo hizo. Bueno, pero hoy probaré nuevamente el pastel, ¡sí!, ¡qué rico!, de chocolate, mi Mamá lo hizo, y mi Papá trabajó mucho para que pudieran hacerlo. Tengo que esperar otra vez hasta la noche, para que venga papá del trabajo y estemos todos juntos, ya les dije que no sé que es la noche.

Al fin, todos estamos juntos, están mis primos, mis padres, mis abuelos y Don José, Don José es el tiendero de la esquina, él me regala dulces y bombones cuando acompaño a Mamá a comprar.

Feliz cumpleaños, feliz cumpleaños, todos me cantan, estoy muy feliz, partimos el pastel, no sé qué es partir, pero según me doy cuenta es darme pastel casi del tamaño de mi mano –es hora de los regalos– dijo muy animado Papá, ¡si! Grité yo, fueron dos los obsequios, Papá me dio un carrito, al sentirlo entre mis manos habían unos objetos que daban vueltas, podía sentir lo plano y ancho –ponlo en el suelo y hazlo para atrás– me dijo Papá, lo hice y escuché un zummm, me dicen que el carro salió muy rápido –Pablo, mi regalo está afuera de la casa, voy a traerlo– me dijo Don Jose.

Todos hicieron silencio, pero yo puedo escuchar mejor que todos y pude oír unos taconeos suaves y movimientos rápidos e inquietos, de repente uauff, uauff, ¿Qué es? ¿Qué es? Me puse nervioso –Es Balu– me dijo Don José –Es un pequeño perro que espero que te cuide mucho–

Un perro, un perro pensé, ¿Cómo es un perro?, de inmediato lo colocaron frente a mí, lo empecé a acariciar y a sentir con mis manos para darme una idea de su forma, dije a Papá, pon mis manos en su cabeza, sentía dos cositas muy aguaditas pero suaves –esas son las orejas– después toqué algo que se sentía mojado pero más suavecito –esa es su nariz– Balu se movía y le agarré una parte más solida pero suave –esa es su pata– Balu se abalanzó hacia mí, sentí algo mojado en mi rostro –esa es su lengua– Papá me describió como era Balu. Ha, entonces ese uauff, uauff lo hacen los perros.

Si vieran cómo me quiso Balu y yo a él, el tenerlo cerca me hace sentir tan bien. ¿Qué raza es? Le pregunto mi primo a Don José – es común y corriente– respondió, yo no sé qué es raza, pero después me explicaron que hay perros de muchos colores, tamaños, peludos, sin pelo, enojados, cariñosos, y que eran muy caros, al parecer caros significa mucho dinero. A mí no me importa el dinero, yo quiero a Balu y él me quiere a mí, pero al parecer al ser humano le gusta hacer diferencias en todo que hasta entre los perros hacen discriminación por su raza. ¿Qué me importa?

Balu es lindo, como no sé los tamaños pues según entiendo Balu tiene un alto que llega a mi cintura. Al día siguiente, Balu llegó a lamerme el rostro y yo me desperté, jajaja, qué feliz amanecer, hola Balu, ¿cómo estas?, hice lo de siempre y me levanté de la cama, Balu estaba conmigo ¿Saben lo que hice? puse mi mano sobre Balu y lo agarré suavecito, y empecé a caminar junto a él ¡Qué sorpresa! hoy no me topé con la pared, no me topé con el ropero, con el escritorio.

¡Mamá!, Mamá! Grite al sentir el olor al desayuno, fue tal la sorpresa de mi Mamá al ver que caminé desde el cuarto hasta la cocina con la ayuda de Balu –¡Mijo! ¡Qué sorpresa que estés aquí!– Balu me ayudo a venir.

Así empecé a recorrer la casa, Balu empezó a ser mi ojos, saben que soy ciego, y habían muchas cosas que no conocido y sentido, soy un niño que cinco años que está descubriendo el mundo, soy un explorador, bueno, mejor dicho, somos dos exploradores, Balu y yo. Le han comprado una correa especial la cual la colocan en mis manos y así caminamos juntos, incluso escuchamos música juntos, creo que ambos tenemos un buen sentido del oído, mi papá escucha una música que le llaman rock and roll, me gusta, es muy alegre, me hace moverme y me anima mucho.

Ya pasó un año y otra vez estoy de fiesta, tengo seis años y para mí Balu tiene un año, pero es más grande porque su tamaño ha cambiado y es muy fuerte, todo aumentó, incluso su cariño hacia mí porque somos inseparables. Le pregunté a Papá, ¿Cuánto vivirá Balu? –Hijo, los perritos viven casi diez años, después se van a cielo– Diez años, diez años, le dije, Papá, ayúdame a saber cuánto estará Balu conmigo si hoy tengo seis años, siete, ocho, nueve, hasta que llegamos a quince.

Me asusté, cuando llegue a quince años Balu no estará conmigo. No negaré que me puse triste, todos notaron cuando me puse a llorar, pero Mamá me dijo –Amor, ese es el tiempo que nuestro señor ha dejado para que los perritos estén junto a nosotros, después de eso Balu irá al cielo y estará muy bien– Me puse a pensar, si Dios lo ha dejado así es porque es bueno, así que estos años que Balu estará junto a mí los disfrutaré, lo cuidaré mucho porque Balu me cuida también. Papá me dijo que Balu me acompañará hasta cuando yo entre a la adolescencia, una nueva etapa de mi vida, la adolescencia, será una nueva etapa para ambos.

Pero por ahora, a mis seis años vamos a disfrutar el pastel de chocolate, porque saben que le dije a Mamá que le diera pastel a Balu, ambos lo disfrutaremos porque estamos de cumpleaños. ¡Sí! Feliz cumpleaños para ambos.

Fin

Cuento infantil sobre niños ciegos sugerido para niños a partir de ocho años.

Califica esta entrada

Por favor, ¡Comparte!



Por favor, deja algunos comentarios

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Recibe nuevo contenido en tu E-mail

Ingrese su dirección de correo electrónico para recibir nuestro nuevo contenido en su casilla de e-mail.



Descubre más desde EnCuentos

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo