Saltar al contenido

El aleteo que mueve el mundo es uno de los cuentos sobre cupido de la colección cuentos de amor de la escritora Ana Matías sugerido para adolescentes y jóvenes.

Soy alguien tan real como cualquiera de vosotros. Me llamo Susi, y soy una mariposa de una especie muy concreta. Soy “una mariposa del estómago.” Mi especie ha gozado de gran prestigio desde que el mundo es mundo, pero sólo en sentido metafórico.

Pues bien, debo deciros que existimos de verdad, somos reales. Nuestro nombre no es una simple metáfora del lenguaje. Somos las famosas mariposas que sentís en el estomago cuando estáis enamorados.

Os aseguro que me gano la vida moviendo mis alitas para que vosotros notéis esas sensaciones que tan felices os hacen. Nosotras comenzamos nuestra tarea cuando sentís un flechazo en el corazón. De ese parte se encarga nuestro compañero Cupido. Una vez que lanza sus flechas de amor, y se produce “esa chispa” entre las dos personas, nosotras volamos raudas y veloces hasta el lugar de donde salen todas las emociones, todos nuestros sueños, nuestros deseos más secretos…

Ese lugar no es otro que la mente. Allí es donde aleteamos sin parar para que vuestro cerebro segregue millones de endorfinas que hacen que sintáis cosquillas en el estómago. De ahí viene nuestro nombre. Como podéis imaginar, no podemos quedarnos aleteando para siempre en vuestra mente, es evidente que nos agotaríamos.

Esa es la razón por la que pasado un tiempo de la relación soléis decir que “ya no tenéis mariposas en el estómago”. Es el momento en el que nos hemos marchado, sólo estamos en la primera parte de la historia. A partir de ahí, vosotros debéis encontrar la forma de mantener la chispa que os unió… Hasta hace unos años no parábamos de trabajar. Nuestra empresa iba viento en popa.

Pero un buen día las cosas cambiaron, y empezasteis a tener una tasa de desamor cada vez más alta. Desde aquí arriba veíamos que cada vez había menos flechazos, por lo que nosotras fuimos perdiendo trabajo poco a poco, porque nuestro trabajo es una cadena, si no surge esa chispa que inicia el enamoramiento, nosotras no entramos en acción. Y esa tasa de desamor que cada día iba en aumento, hacía que dejarais de creer en el amor, y en nosotras. No sabíamos qué era lo que estaba pasando, pero sabíamos que detrás de esto había algo raro. Y por fin lo averiguamos.

La semana pasada, Valentín, al que vosotros conocéis como San Valentín, descubrió que Cupido nos estaba fallando. Hasta entonces, nunca habíamos tenido ningún problema con él. Su misión era lanzar flechas doradas de amor a las dos personas correspondientes, y fallaba muy pocas veces.

Una noche, Cupido se quedó a cenar en casa de Valentín, y se dejó allí olvidada la mochila. Valentín la cogió, y por accidente se cayeron unas cuantas flechas al suelo. Para su sorpresa descubrió que en la mochila había flechas de plomo, que provocaban la indiferencia. Cupido confesó que se había cansado de provocar tanta felicidad en los demás y que había empezado a usar las flechas de plomo. Inmediatamente fue suspendido de empleo y sueldo.

Los jefes de mi empresa lo mandaron a terapia, y dice el psicólogo que poco a poco volverá a ser el de antes. No sé lo que pasaba por su cabeza para ser capaz de hacer eso, pero las consecuencias las hemos pagado todos, y yo todavía estoy enfadada con él.

A pesar de todo, todavía quedan buenos amigos que te tienden una mano cuando más lo necesitas. Ahí está nuestro querido Valentín, que se ha ofrecido a ayudarnos. Lleva años decepcionado y abatido porque se ha convertido en un icono comercial del 14 de Febrero. Tenéis que entenderle, él es un Santo, y no le hace ni pizca de gracia ver que todas las fiestas santorales han pasado a ser una excusa para gastar dinero en regalos.

Eso va en contra de los principios de cualquier Santo…Cada uno con lo suyo… Por eso, Valentín se ha comprometido a llevar la mochila y a lanzar las flechas. Así se vuelve a sentir útil, y vuelve a ser parte de la cadena del amor, que al fin y al cabo, es lo que él representa. Aunque confío plenamente en él, y su amistad ha sido siempre incondicional, le he revisado la mochila y he comprobado que no lleva flechas de plomo.

Después de ver que Cupido nos ha fallado, he de reconocer que empiezo a desconfiar hasta de mi sombra. Valentín dice que anda muy bien de puntería, así que le daremos un voto de confianza, porque la verdad es que se lo merece. Además, está claro que nosotras no podemos llevar la mochila con las flechas, pesa mucho, y se nos estropearían las alas…

Sentimos mucho las molestias que os hemos ocasionado. Os garantizamos que no volverá a pasar. Estad siempre abiertos al amor, porque el día menos pensado sentiréis una de nuestras flechas doradas, y estaremos en vuestra mente moviendo nuestras alitas. No olvidéis nunca que el aleteo de una mariposa puede llegar a cambiar el mundo.

Fin

El aleteo que mueve el mundo es uno de los cuentos sobre cupido de la colección cuentos de amor de la escritora Ana Matías sugerido para adolescentes y jóvenes.

3/5 - (5 votos)

Por favor, ¡Comparte!



Por favor, deja algunos comentarios

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Recibe nuevo contenido en tu E-mail

Ingrese su dirección de correo electrónico para recibir nuestro nuevo contenido en su casilla de e-mail.



Descubre más desde EnCuentos

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo