Por Gustavo Arencibia Carballo. Ilustraciones: Trinidad Quintana Perlingieri. Cuentos infantiles de amor por los animales.
La gata Juana cruzando el bosque es la simpática historia una gatita a la que le gustaba salir a vagar, como a casi todos los gatos. Pero el problema es que a Juanita le llamaba la atención un bosquecito al que no se animaba a entrar a descubrir. Sin embargo, parece que un día este límite se borró y así la historia continuó. Veamos qué sucede con esta minina exploradora. Es un cuento del escritor Gustavo Arencibia Carballo, hermosamente ilustrado por "Trini" Quintana Perlingieri.
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La gata Juana cruzando el bosque
La gata Juana era una divina gata relamida, cariñosa y muy cuidadosa con su niña amiga que la quiere mucho, no perdón.
- La quiere muchísisimo.
Así las cosas, gata y la niña amiga para gata, eran un mar de amores, pero aquella gatica soñaba y miraba por la ventana de la sala al bosquecillo que cerca reverdecía cada día y algunas veces no tan verde parecía como si le hablara a ella, una gata de casa, y ella la gatica abría los ojos despavoridos, asombrada de aquellas palabras las cuales sonaban en sus oídos invitándola a ir allí, a rozarse con el verde follaje de aquel bosquecito atrevido y fresco, eso sí muy fresco.
Uno piensa que ellos no comprenden y están muy equivocados quien piensa así, detrás de cada animalito al igual que las personas hay un carácter, una animalidad, una forma de hacer ruido y más que todo un manojo de deseos. Pero, cada alma de mascota es un mundo y esta era ejemplo de bondad para con su amiga.
Cada uno nace y se desarrolla en lugares naturales o casa, y el ambiente le da ese toque de saber, de decir o maullar más allá de lo que creemos es normal o no, y por eso Juana la gata era particularmente viva y despierta en su caminar por la casa y deseosa de saltar cada día más junto a la ventana de la sala, que como cristal mágico, espejo mágico la lanzaba contra ese que ya era su bosquecito.
El bosque tenía días y días, algunos alegres otros no tanto o sombríos, sin embargo Juanita los miraba todos con amor de animal que sueña un deseo. Unos comen un manjar, otros corren en un patio grande y saltan cercas, pero ella soñaba atravesar y sentir el bosque desde dentro caminando sobre su hojarasca. Teniendo cada olor cerca de sus agudas miradas, jajaja y tú preguntás - ¿cuáles miradas son esas? -y yo te digo- miradas de gata, muy agudas que de solo mirarte una vez sabe si eres para acariciarla o solo molestarla, no lo dudes -.
La vida de la casa era buena, Juanita estaba todo el día atendida por su amiga, los padres y el calor del hogar, un día de sofá, otro de alfombra y muchos de ventana mirando el bosque, aunque a veces atendía muy vivamente a su amiga soñando colores en papeles, nubes y olas de colores, árboles de ensueños que le daba mucha alegría de ver a su niña amiga hacer y deshacer sueños.
En una ocasión salió de la casa y caminó a paso rápido y saltitos hacia el bosque, pero ya cerca se detuvo y regresó a su hogar, algo triste, pero decidida. Fue como si dudara de comer un rico pastel.
Regresó normal, no contenta, pero sí algo feliz y añorando el bosquecito con sus animales, no a todos, pues a veces veía perros malos cerca de su hogar, perros que como personas, algunas personas y algunos perros son malos. Mas no por malos fueran aquellos uno debía ser como ellos, pues entonces seríamos iguales a los despreciables y malos animales.
Desde la ventana la niña amiga la vio y lo vio todo de lejos sin ninguna duda regresaría, y que solo era un corto paseo de exploración de su Juanita. Pero dice el refrán Hindú: la más larga caminata comienza con un paso, y creo ese fue el primer paso de la Juanita.
Los días pasaron, las semanas y llegó el verano más lindo y caluroso, y la gata Juana salió al patio temprano saltando por la ventana y caminó y caminó, y de pronto estaba pisando las primeras hojas caídas de los árboles a orillas del bosque, sintiendo un ruidito de tal vez animales amaneciendo en sus árboles o pájaros revoltosos de rama en rama, pero no se preocupó y siguió entrando en el bosque oscuro, claro y fresco como lo imaginaba.
Así de aquí para allá, de charco a tronco caído y sustos de ver ardillas y otros animales mayores llegó a la mitad del bosque, y comenzó a salir, sí, pues de la mitad para allá con otro paso se comienza a salir y se deja de entrar de mente, de real, aunque de corazón creas estás dentro del lindo bosque.
En una maleza vio escondido unos ojos que la miraban, sin embargo no le dio importancia, no eran los primeros desde que entró allí, pero no se dio cuenta que aquellos que no eran dos sino varios, la miraban diferente.
Ves a alguien mirarte y no te das cuenta del gesto que esconde la mirada banal, o tal vez una mirada, la cual desea parecer despreocupada, y aquellos ojos, pares de ojos en la maleza no miraban como ardillas recién despertando en la mañana. Todos no son hormigas laboriosas corriendo por los senderos, ni abejitas volando despreocupadas a toda prisa, de pronto alguno es un feo hormigón de malas maneras de hacer o abejón que no sabe a dónde ir a picar.
La gata Juana continuó caminando ignorando esa señal de peligro. Siguió saliendo, después de la mitad del bosque y de sus sueños de andar por esos lugares frescos de sombras.
Pero, mirar de lejos lo bueno no quiere decir hay felicidad esperando a uno cuando llegue, mirar de lejos la felicidad del pájaro de rama en rama no significa tener viento limpio para todos y eso es error de inocentes animales cruzando y saliendo de bosque lindo de lejos, pero con muchos peligros dentro. Los de allí lo conocían, sin embargo Juana recién llegaba con la bolsa llena de deseos y sueños por realizar.
Atrás en la casa en el hogar de Juana, esa noche y al otro día, y a otro más la amiga niña quedó triste, su linda amiga la gata Juanita se había ido al bosque y no sabía por qué había hecho aquello si ella la quería mucho. Abandonas un camino sin saber la felicidad te espera al final y tomas uno nuevo sin saber si el desastre está esperándote para continuar.
La gata Juana nunca regresó, nunca apareció ni en las orillas del lindo bosque, ni se oyó un maullar de amor lejano, entre arbustos verdes.
Y pasó mucho tiempo antes de que la amiga niña la dejara ir como se fue, pues los seres queridos a veces se van como Juana y hay que dejarlos ir de mente y corazón pensándolos alegres, saltando entre amigas y amigos de este grandioso bosque allá, después de los cristales de la ventana donde la niña amiga continúa dibujando y mirando a la distancia, imaginándose a su Juanita alegre entre animales amigos. Así de sencillo y con alegría, muchas alegrías y felicidades. La pensó amor y la piensa, pues feliz y no mal la quiere recordar. Mucha suerte para la Juanita allá en el bosque de mil fuegos y colores.
Fin.
"El amor y la felicidad son almas gemelas, o nacen una de otra".
Refrán sobre la felicidad de William Hazlitt, escritor inglés
La gata Juana cruzando el bosque es un cuento del escritor Gustavo Arencibia Carballo © Todos los derechos reservados.
Ilustradora: Trinidad Quintana Perlingieri, 15 años. Tortuguitas, provincia de Buenos Aires, Argentina.
Sobre Gustavo Arencibia Carballo
Gustavo Arencibia Carballo es un escritor cubano, nacido en La Habana en 1953. Es Licenciado en Bioquímica, graduado en la Universidad de La Habana, Doctor en ciencias en el Uso, Manejo y Preservación de los Recursos y Maestro en Ciencias del Agua, graduado en el CIBNOR, México.
Como escritor tiene publicado el libro titulado “Cuentos del Barrio mío“, libro de cuentos como resultado del primer premio en el concurso estatal de literatura del Instituto subcaliforniano de Cultura, Baja California Sur, México, 2005. Este libro de cuentos tiene una segunda edición en 2019 por la editorial de Cuba CITMATEL en formato de libro digital y en 2021 se publica en México la tercera edición, por la Editorial Unas Letras.
Además tiene un libro de poemas publicado en Colombia en el 2011 titulado “El amor y el agobio” (ISBN: 978-958-46-0656-3). Ha participado en varios concursos de literatura nacionales e internacionales. Tiene varios libros sin publicar como “Cuentos de este tiempo y otros espacio” de ciencia ficción presentado en el concurso el 13 de marzo de la Universidad de La Habana (1980), “Cuentos y poemas para niñas y niños“, poemario “Dispersa Lejanía” (2017), “A tu lado ahora” (2019) y otros en preparación.
Ha escrito para diferentes medios de comunicación como periódicos revistas y páginas web, con artículos de opinión y escritos de sus libros publicados o en preparación.
Otro cuento corto de Gustavo y Trinidad
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