Saltar al contenido

Yo mataría monstruos por ti. Cuentos sobre el amor

Yo mataría monstruos por ti. Cuentos sobre el amor

Cuentos sobre el amor. Cuentos y mitología.

Cuento de animales sugerido para niños a partir de ocho años.

Soy pequeño, no tendré la fuerza ni la gallardía de muchos caballeros, y de la estirpe ni que decir, cualquiera en mi estado ni se atrevería a desenfundar una espada.

Pero… Yo por ti Atravesaría ríos, cruzaría puentes, nadaría por los siete mares, volaría hasta los confines del universo, blandiría mi espada en tu nombre, derrotaría oscuros caballeros y poderosos dragones, yo por ti, mataría monstruos.

Soy muy pequeño, tengo la figura de un juguete (de un pequeño oso), y quizás con un solo rasguño mi piel caería poco a poco, dejando el algodón y mi relleno a cada paso que dé, mis ojos son de un color muy oscuro, muchas veces estos ojos no me permiten ver nada, pero tengo dos orejas, dos buenas orejas, que son capaces de escuchar tu voz, estés donde estés.

No soy capaz de cargar toneladas con sus kilos, menos de rugir como un poderoso león, tampoco tengo medallas y trofeos ganados en guerras, jamás he sido capaz de correr tan veloz como un rayo, menos vengo de otro planeta.

Pero… Yo moriría por ti…

No tengo una capa mágica que me permita ser invisible, tampoco un bastón mágico que bota chispas y rayos de colores por doquier, menos tengo un genio mágico que cumple todos mis deseos, y está más que claro, que en mis bolsillos no tengo ningún arma secreta (quizás sea, porque fui hecho sin bolsillos).

Sé que soy pequeño, tengo la piel del color de la tierra, más que duro, soy muy suave, sé que no vengo de una gran línea de héroes, pues nací de las manos de una mujer (Tu madre).
Aunque no tenga la fuerza o gallardía, tengo la valentía de un héroe de leyendas, yo cuidaré cada uno de tus sueños, nadie se acercará a ti mientras duermas, buscaré en todas partes a tus miedos, en el baño, en el sótano, en el armario de ropas y por supuesto bajo tu cama. Nadie podrá interrumpir tus sueños, y cuando tengas pesadillas tienes mi permiso para usarme de almohada.

Y si acaso quisieras desfogar tus penas, puedes hacerlo en mí, y si es que acaso quieres desfogar la ira y el rencor en alguien, puedes hacerlo conmigo, jamás te reclamaré nada, pues fui hecho para eso, y no te preocupes por mí, que cada vez que me rompa puedo ser reparado.

Yo, jamás supe para que vine a este mundo, hasta que te conocí, tu sola sonrisa, hizo latir un corazón de algodón que parecía no existir dentro de mí. Jamás ningún monstruo podrá acercarse a ti (mientras yo exista), blandiré mi espada y escudo contra ellos, por más grandes y temibles que sean, los derrotaré, no me importan las heridas que me dejen, y si caigo, caeré con todos ellos, para que nadie más quiera lastimarte.

Si me dejas a un lado, si me abandonas o me olvidas, no te reclamaré nada, porque cada día que pasamos juntos fueron parte de un instante mágico – solo después de conocerte supe para que he nacido en este mundo.

No tengo un nombre ilustre, menos un apellido respetable, pero tengo el nombre que tú me distes, Ted…

Yo mataría monstruos por ti… Yo deberás lo haría, yo moriría por ti, y si me lo pidieras también viviría.

Solo si tú eres feliz, yo seré feliz…

Fin
Dedicado a Lauri Rodríguez, el ángel que me prestó sus alas para llegar hasta la Luna.
Cuento sugerido para niños a partir de ocho años.

Califica esta entrada

Por favor, ¡Comparte!



Por favor, deja algunos comentarios

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Recibe nuevo contenido en tu E-mail

Ingrese su dirección de correo electrónico para recibir nuestro nuevo contenido en su casilla de e-mail.



Descubre más desde EnCuentos

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo