Saltar al contenido

Los amiguitos del Viejo Pascuero

Los amiguitos del Viejo Pascuero

En una aldea escondida en la montaña, vivía un señor de barba blanca.

Todos los días, cuando alumbraba el sol, él salía de su choza, miraba al sol y acariciaba su barba. Pensaba en los niños que habitaban el mundo.

Él no tenía hijos, pero sabía que todos los niños del mundo lo esperaban para el 24 de diciembre de cada año. Solo contaba con dos renos quienes le ayudaban a trasladar su carro y andar por los cielos recorriendo el mundo.

Estaba tan preocupado para esta Navidad porque había cada vez más niños y ahora se agregaban todos los abuelitos del mundo, entonces, llamó al Señor.

¡Señor!, dime qué puedo hacer ahora que los abuelitos están en la lista de los regalos?

Como bien sabes, solo cuento con este par de renos y mi carro. Ya ves que no puedo cargar tantos regalos.

Entonces, Dios, le respondió:

Querido Pascuero, entiendo tu preocupación. Busca un lugar muy alto en las montañas y te reúnes con todos los Pascueros del Mundo, entonces ahí le pides su ayuda. Estoy seguro que nadie se negará, porque saben que ese día todos los niños te esperan y si no vas seguro se sentirán muy tristes.

Entonces Pascuero se reunió con todos los Pascueros del Mundo y acordaron que en cada ciudad y rincón del mundo, debían estar presentes para atender a los niños y abuelitos.

Llegó el día de la Navidad, Pedrito vio aparecer a su Viejito Pascuero. Estaba muy feliz, porque le trajo un monopatín; Juan Carlos recibió una guitarra; Francisca una muñeca; Javiera recibió zapatos y una cena de navidad; y así, todos pero todos los niños del mundo recibieron su regalo.

Pero… fue ahí que se produjo un gran problema …Se olvidaron de los abuelitos.

¡Uy!, cómo nos olvidamos de los abuelitos se lamentaba Pascuero el Mayor.

¡Qué podemos hacer ahora!.

Entonces, Javier lo escuchó y sin mayor problema le dijo:

Querido Pascuero, entiendo que tú estabas preocupado por todos los niños del mundo y no te quedó tiempo para los abuelitos. Pero por si no lo sabes, ellos ya tuvieron su Navidad cuando fueron pequeñitos como nosotros.

No conforme con esa solución, Javier siguió hablando y se le ocurrió la gran idea de crear la Navidad de los abuelitos todos los 25 de diciembre de cada año.

Pascuero encontró que era lo más justo felicitando a Javier por su iniciativa.

Desde esa Navidad en adelante, celebramos la llega del Niño Jesús y todos los niños y abuelitos del mundo reciben regalos.

Pascuero, por fin descansó y se quedó dormido al pie de un árbol hasta que llegue otra Navidad.

Y colorín colorado, este cuento ha terminado.

Fin
 
Los amiguitos del Viejo Pascuero. Lecturas para niños de primaria. Historias para aprender. Literatura infantil y juvenil, cuentos que no pasan de moda.

5/5 - (1 voto)

Por favor, ¡Comparte!



Por favor, deja algunos comentarios

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Recibe nuevo contenido en tu E-mail

Ingrese su dirección de correo electrónico para recibir nuestro nuevo contenido en su casilla de e-mail.



Descubre más desde EnCuentos

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo