Saltar al contenido

Irina la niña que jugaba con las nubes

Irina la niña que jugaba con las nubes

Irina la niña que jugaba con las nubes. Cuentos infantiles cortos.

Había una vez una niña que se llamaba Irina, y vivía en una casita de madera en lo alto de un monte, y el monte era tan alto que llegaba a tocar las nubes, Irina se subía en una silla y las cogía por la punta como si fuera una gran sábana de algodón y jugaba con ellas a su antojo.

Hasta que a las nubes se le ponían los algodones de punta y vertían sobre su cabeza un torrente de agua que la calaba hasta los huesos, su madre le decía Irina con las nubes no se juega, cuando vas escarmentar Irina….

Llegaba tan alto que podía oír a los pájaros discutir entre ellos, una vez se encontraba en siete sueños cuando escuchó: ¡vamos a Madrid decía uno con voz chillona y el otro gritaba, no vamos a Sevilla! ¡Que no que a Madrid, que te digo que a Sevilla!

Así un buen rato hasta que Irina abrió la ventana y les gritó: os queréis poner de acuerdo de una vez que no me dejáis dormir.

Pero no era eso todo lo que podía ver y oír nuestra amiguita de las nubes.

Si que a su madre y a su padre les parecía que siempre estaba en las nubes, ya me entendéis, con la cabeza a pájaros, en la luna de valencia…

Cuando la buscaban, no la encontraban y cuando la llamaban nunca se enteraba, porque Irina guardaba un gran secreto, tan grande como la luna cuando está redonda como un queso, bueno un queso gigante como la luna.

Y es que Irina había nacido con un don, como cada uno de nosotros, la única diferencia es:

Que ella lo sabía, porque cuando miraba, llegaba al alma y al corazón.de las personas a las en ese momento estaba mirando

Y sentía lo mismo, igual que la otra persona; como si le estuviera pasando a ella.

La Pequeña Irina sentía la tristeza de la gente, sentía la soledad de la gente, sentía la rabia de la gente.

Si un niño tenía miedo: ¡Irina También!

Si una niña tenía sed: ¡Irina también!

Si alguien no se sentía bien: ¡Irina también

Claro que si alguien se reía: ¡Irina también!

Si un niño era feliz jugando: ¡Irina también!

Si la gente estaba contenta: ¡Irina también!

Irina se hacia la cabeza un lío, todo el día de aquí para allá pensando y pensando.

Vaya regalito que le dieron a la pobre Irina.

No comprendía para que le habían regalado aquel don.

Una noche el hada tejedora de Sueños se le apareció dentro del sueño y le dijo:

-Escucha Irina tú todavía no lo comprendes, pero todo esto tiene una explicación.

-¿A sí? le contestó Irina con los brazos en jarras.

El hada le dijo:

-Los niños han nacido para ser felices en la tierra. Para alegrarnos con su risa. Donde hay un niño o una niña, hay una luz que ilumina todo a su alrededor. Así que te concedo tu deseo: Soñaste con poder borrar, todo lo malo que ves. Pues bien aquí tienes una escoba Mágica. Y cuando quieras que algo, que no te gusta desaparezca: Coge un globo y, con este rotulador mágico todo lo que escribas desaparecerá.

¡Siéntelo! , ¡Piénsalo! Y canta esta canción.
¡Pompitas pompitas espera!
Pompitas pompitas no has de temer, solo te quiero barrer
¡Pompitas pompitas el daño se quita ¡
¡Pompita pompita vuela!
¡Que una que dos y que tres!

Luego pinchas el globo con este palillo chino de la China Mandarín Chinchín. Y con la escoba Mágica y este mágico recogedor recoges todos los trocitos y los tiras a la basura. ¡Pero ojo! antes intenta poner dentro del globo con tu pensamiento, aquello que quieras que se quede. ¡Lo has comprendido Irina!

-Sí, claro que sí, ya verás: Mañana cuando me levante, porque ahora estoy en un sueño: Cuando algo que ciento dentro de mi corazón no me guste: Lo escribo con el rotulador Mágico, lo pincho con el palillo chino, de la china Mandarín chin chin y con la escoba y el recogedor mágico recojo los trocitos y los tiro a la basura. Y al mismo tiempo que estoy escribiendo, con el pensamiento, también escribo lo quiero que se quede en su lugar. Un ejemplo, quito la soledad y pongo el amor y la amistad.

-¡Así me gusta Irina, lo has cogido al vuelo! Con eso que pongas dentro del globo todo irá bien, y cuando lo pinches con el palillo chino de la China mandarín Chin chin: Todo lo que hayas escrito con tu pensamiento: Saldrá volando y llegará allí donde haga falta.

-¿Vosotros lo habéis comprendido?: gritó el hada Tejedora de Sueños desde lo alto de la montaña, aquella que tocaba las nubes

-¿A quién gritas le preguntó Irina?

Y el Hada le contestó:

-A todos los niños y niñas que aun no lo saben. Ese es tu verdadero don y el de todos los seres humanos, poder cambiar las cosas si queremos y creemos en ello. Cuando quieras verme me llamas en tus sueños y volveré tantas veces como me necesites, y puede ser que no lo recuerdes cuando despiertes. Pero si recordaras esta canción.

Pompitas pompitas espera.
Pompitas pompitas no has de temer, solo te quiero barrer.
Pompita pompita el daño se quita.
Pompita pompita vuela que una que dos y que tres

Y si este cuento te ha gustado, el hada tejedora de sueños te lo ha contado. Y colorín colorado este cuento se ha acabado.

Fin

5/5 - (2 votos)

Por favor, ¡Comparte!



1 comentario en «Irina la niña que jugaba con las nubes»

Por favor, deja algunos comentarios

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *