El gran castigo. Relatos para una vida cristiana.
El gran castigo es uno de los relatos para una vida cristiana del escritor Angel Javier Castro Sánchez. Parábolas para adolescentes, jóvenes y adultos.
Transcurrió una década tras la muerte del padre. Los hijos creyendo que el mejor homenaje a tributarle en su memoria, sería realizar una gran misa nunca antes vista. Acordaron llevarla a cabo.
Para ello cursaron sendas invitaciones a todas las instituciones sociales, deportivas, amigos, parientes y otras personas. Contratando además una orquesta típica que alegrara los corazones en ese día. El hijo mayor, principal promotor del acto, hizo publicar por radio y periódico el próximo evento.
Llegado el día, calcularon en doscientas personas presentes en la ceremonia religiosa. Culminada ésta, a orden de la familia se congregaron en el centro de la plaza, escuchándose una voz: -Amigos y amigas presentes. La familia “Y” ha previsto, antes de ir en romería al campo santo, realizar un pequeño pero significativo brindis… Nadie daba crédito a sus ojos. A la vista aparecieron cincuenta cajas de cerveza, brindado por los hijos.
Aun sus parientes cercanos se asombraron de tal novedad y no pocos, antes de quedar “mal”, disimuladamente se retiraron del lugar. No pasó menos de una hora, y casi todos estaban mareados. Los invitados, por no quedar mal, brindaron otras tantas cajas de cerveza, en medio de una ola de risas, bromas y baile. Admirados la gente miraban amontonarse los brindis formándose un cerro de cajas de cervezas, produciendo emoción y altivez en dicha familia.. Pero algo pasaba:
Aquellos hijos que nunca asistieron a su padre en vida. Ignoraban que Don José había sido cristiano. Y aunque alguien les comunicó la noticia, contestaron: ¡Que nos importa! Total ya está muerto, y los vivos tienen derecho a divertirse ¿no? ja, ja, ja, ja…
Llegados al campo santo. El grupo humano-luego- de recordar las virtudes del fallecido. Iniciaron una carrera desenfrenada en quien mas libaba licor sin perder la cabeza; echando cerveza sobre la tumba de los muertos, sin respeto alguno, diciendo: ¡toma tío para que apagues la sed! Y otras palabras.
Al paso de las horas y en medio de bailes, cantos, risas y bromas de mal gusto. Escucharon un sonido ensordecedor, proveniente debajo del lugar en que se hallaban. No tuvieron tiempo siquiera para huir o decir algo. Tomados de sorpresa, vieron espantados abrirse la tierra como un oquedal profundo, hundiéndose vivos los presentes. Escapando, apenas del evidente castigo divino, algunos ancianos que deploraban tan rara y perversa costumbre.
Fin
El gran castigo es uno de los relatos para una vida cristiana del escritor Angel Javier Castro Sánchez. Parábolas para adolescentes, jóvenes y adultos.