Marta tiene 8 años y vive en Barcelona. Su madre es veterinaria y su padre arquitecto.
Hoy en la escuela, han preguntado a cada uno de los alumnos, qué querrían ser de mayores.
Todo el mundo dijo oficios interesantes menos Marta, que no dijo nada.
Cuando llegó a casa, toda preocupada, dijo a sus padres que no sabía qué sería de grande, sus padres le dijeron que no importaba y la llevaron de paseo por toda la ciudad.
Primero, fueron a la pastelería de la señora Pepa y de paso compraron unos pasteles de chocolate. Después fueron a la zapatería de Felipe, donde Marta se probó un par de zapatos.
El padre de Marta la llevó a su estudio, donde le enseñó como hacía los planos y dibujos de las casas. Su madre también le enseñó la clínica veterinaria.
Al día siguiente la señorita de Marta, le preguntó que querría ser de grande y ella respondió:
- A mí me gustaría ser pediatra, porque creo que todos los oficios sirven para ayudar y el de pediatra también.
Ahora Marta ya tiene veintiocho años y ya nadie se acuerda de su historia. Ella trabaja en Tarragona y ¿A qué no saben a qué se dedica? Pues, es pediatra en un centro de pediatría, como siempre había deseado.
Fin
Autora: María Jiménez (once años)
Cuento infantil sugerido para niños a partir de ocho años.