Con la cara pintada. Niños escritores de México. Integrante del taller de literatura de Rocío Noblecilla de México. Cuento sobre duendes.
César, siempre que se iba a dormir veía a un duende debajo de su cama. Al principio le daba miedo, pero luego pensó en la forma de terminar con eso. Al otro día, ya casi haciéndose de noche, el niño se metió debajo de su cama y esperó a que el duende llegara, pero el duende no aparecía. De tanto esperar César se quedó dormido, y justo en ese momento llegó el duende, sólo que ahora le pintó la cara.
Al otro día, el niño se fue a la escuela con la cara pintada y todos los niños se rieron y burlaron de él.
En la noche, César se acostó en su cama y se hizo el dormido; el duende llegó y otra vez lo iba a pintar, pero el niño lo atrapó y le dijo:
—¿Por qué me pintas?
El duende le contestó: —Porque me gusta pintarles la cara a los niños.
Y César, muy enojado le dijo: ¡Pues a mí no me pintes!
El duende, al verlo enojado, iba a irse, cuando César se le ocurrió:
—¿Quieres pintar a más niños?
El duende, emocionado, le contestó: —Sí, sí, sí.
—Yo conozco a varios niños que les gusta que les pinten la cara. —Y lo llevó con los niños que lo molestaban y le pegaban en la escuela.
Al otro día, los niños que le pegaban fueron a la escuela con la cara pintada.
César y el duende se hicieron amigos.
Fin
Brian Eduardo Uribe Pérez, 11 años