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Cuentos cortos sobre pinturas

Buena ganga es uno de los cuentos cortos sobre pinturas para niños. Cuentos infantiles sugeridos para lectores de todas las edades.

Buena ganga

Buena ganga - Cuento sobre pinturas

Una mañana entró un caballero en la tienda de un prendero. Él sacó un cuadro y dijo con cortesía:

--Voy ahora a la oficina. ¿Hará usted el favor de guardarme este cuadro? Lo recogeré por la tarde cuando vuelva a casa.

--Con mucho gusto, caballero,--respondió el prendero.

--Espero que no lo toque nadie, porque es un cuadro de gran valor. Mi abuelo lo compró hace muchos años y lo apreciamos mucho.

El prendero examinó el cuadro, luego empezó a arreglar sus muebles. Después de una hora se presentó otro caballero.

Quería comprar una mesa y algunas sillas. No le gustaron los muebles pero antes de marcharse vio el cuadro. Lo examinó con cuidado y luego preguntó el precio.

--No puedo venderlo,--contestó el prendero--no es mío.

El caballero lo volvió a examinar y dijo:

--Le ofrezco cien duros además del precio del cuadro si quiere usted venderlo.

--Ya he dicho que no puedo venderlo, pues no es mío.

El caballero se marchó y después de algunos minutos volvió con otro hombre. Dijo que éste era pintor.

Los dos hombres examinaron el cuadro con cuidado, hablaron en secreto algunos minutos y después el comprador dijo al prendero:

--Doy cuarenta mil reales por el cuadro y cuatro mil reales para usted, si quiere venderlo.

--Caballero,--dijo el prendero--si quiere Vd. volver mañana, tal vez pueda yo vender el cuadro; pero ahora no puedo prometer nada.

Cuando se marcharon los dos, el prendero escondió el cuadro. A las cuatro de la tarde volvió el dueño.

--¿En dónde está mi cuadro?

--Tengo que hablar con usted.

--Bien, hable usted, pero tengo prisa y quiero el cuadro. ¿Dónde está?

--¿Quiere usted venderlo?

--No, señor.

--Le doy cien duros por él.

--No quiero venderlo.

--Doscientos.

--Nada.

--Quinientos.

--Nada, nada.

--¿Quiere usted mil?

--No, señor.

--Pues debo confesar la verdad. Me han robado el cuadro y no puedo devolvérselo.

--¡Desgraciado de usted! ¿Qué ha hecho?--dijo el caballero.

--¿Sabe usted que es un cuadro que vale diez mil duros?

--¡Pobre de mí! haga usted lo que quiera, pero no puedo darle el cuadro; me lo han robado.

El caballero se dejó caer en una silla desesperado.

Después de algunos minutos, dijo:

--¿Cuánto dinero puede usted darme?

--Mil quinientos duros. No tengo más, aunque me lleve a la cárcel.

--No, no quiero hacer eso. Si me da usted ese dinero estaré satisfecho.

El prendero pagó y escondió el cuadro en la tienda, esperando al comprador.

Pasó un día, una semana, un mes y no pareció.

Entonces llamó a un pintor amigo, y le dijo:

--¿Qué le parece a usted este cuadro?

--Hombre, no es malo.

--¿Lo quiere usted comprar?

--No, señor.

--¿Cuánto vale?

--Ya sabe usted, señor Juan, que los cuadros están muy baratos.

--Pues bien, dándolo barato.

--Hombre, si le dan a usted cuarenta reales, no será Vd. mal pagado.

--¿Dice usted cuarenta o cuarenta mil?

--Cuarenta, señor Juan, cuarenta, y es mucho.

--¡Ah! ¡me he perdido! ¡ladrones! ¡infames ladrones!

Después de esto ¿quién quiere comprar gangas?

Fin.

Buena ganga es uno de los cuentos cortos sobre pinturas para niños. Cuentos infantiles sugeridos para lectores de todas las edades.

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