Teté aprendió la lección es un cuento de gusanos de la colección cuentos de animales de la escritora Sara Cartes Muñoz sugerido para niños a partir de seis años.

Había una vez un pequeño gusanillo curioso y juguetón, llamado Teté, que vivía en el huerto de don Sofanor.

Por las mañanas, Teté iba al Jardín Infantil y se entretenía muchísimo cantando, aprendiendo números, pintando, recortando y compartiendo con sus compañeros.

Por las tardes, después de hacer sus tareas, jugaba con sus amigos por los caminillos de la huerta, y luego, los invitaba a su habitación, donde tenía un enorme baúl repleto de juguetes.

Pero, al terminar los juegos se producía un gran problema: Teté y sus amigos dejaban todo tirado sobre el piso, y cuando llegaba la mamá del trabajo, se producía siempre el mismo diálogo:

_ Pero, ¡Teté! ¡Mira cuánto desorden! ¡Otra vez te has olvidado de guardar y ordenar!

_¡Ay, madre! ¡Sí! Disculpa. No volverá a ocurrir.

Sin embargo sucedía una y otra vez, y era la mamá quien terminaba guardando todo en el baúl.

Hasta que un día, ella soñó que los juguetes le hablaban:

_ Tienes que dar una lección a Teté, para que aprenda lo importante que es dejar las cosas en su lugar. Nosotros te ayudaremos y verás que resultará, dijo un gran transformer rojo.

Entonces, esa tarde, la mamá no guardó los juguetes, y Teté tuvo que caminar con gran cuidado para no pisarlos, después de bañarse y poder meterse en su cama.

A medianoche, los autos policiales, que eran sus juguetes preferidos, comenzaron a hacer sonar sus alarmas.

Teté despertó muy asustado. Saltó de la cama para irse a la habitación de su madre, pero no alcanzó a encender la luz. Caminó sobre todo lo que estaba tirado. Al pisar sobre una pelota, resbaló y cayó. Intentó pararse, pero volvió a caer, porque eran muchos los objetos sobre el piso.

Al final, más asustado aún, rompió a llorar.

Luego de un rato, llegó la mamá y encendió la luz. Teté se sobaba los adoloridos pies y su frente, donde se veía una gran hinchazón.

Mamá lo puso de nuevo en la cama y le colocó paños húmedos y fríos sobre la frente. Al verlo más calmado, le dijo:

_Teté, ¿por qué crees que te ocurrió este accidente?

_Si los juguetes hubiesen estado en el baúl, ¿habrías podido caminar sin caerte?

Teté la miró y se abrazó a ella.

_Tienes toda la razón, mamá. La culpa es mía. He sido muy desobediente. Desde hoy, cada vez que terminemos de jugar, mis amigos y yo, dejaremos todo muy bien guardado.

Y así fue, que desde ese día, Teté ni sus amigos se despedían, sin antes haber dejado todos los juguetes guardados y los muebles en su lugar.

Fin

Teté aprendió la lección es un cuento de gusanos de la colección cuentos de animales de la escritora Sara Cartes Muñoz sugerido para niños a partir de seis años.

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