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Tan solo es dinero es uno de los cuentos cortos espirituales de la escritora de cuentos infantiles Liana Castello sugerido para adolescentes, jóvenes y adultos.

Existió hace un tiempo un rey y una reina tan ricos, como generosos. Dicen que en realidad no eran seres de carne y hueso, sino ángeles disfrazados de reyes.

Para todos los que habitaban el reino era muy extraño su proceder. Era una pareja que vivía en un gran palacio, digno de reyes, que vestían ropas dignas de la realeza pero de un corazón tan sencillo y bondadoso que a todos llamaba la atención. La gente no estaba acostumbrada a que alguien con poder pensara en las necesidades ajenas.

Todos se habían acostumbrado a vincular poder con egoísmo y riqueza con avaricia. Sin embargo, esta singular pareja era muy distinta a todos los demás reyes que hubieren conocido. Poesían muchos bienes, en eso no se diferenciaban, disfrutaban de su dinero y en eso tampoco eran distintos a los demás, pero había algo que los hacía únicos: el valor que le daban al dinero.

En sus nobles corazones, el dinero era un bien preciado, pero si con él se podía beneficiar a otros, si podía sanar, curar dolores, remediar necesidades, solucionar problemas. “Tan solo es dinero” decían uno o el otro cuando ayudaban a alguien y lo hacían siempre, cada vez que podían.

Muchos se sentían avergonzados de recibir y recibir sus generosas ofrendas pues sabían que jamás podrían devolver lo que les había sido dado. Nada de eso importaba. Dicen que no es fácil dar, pero ciertamente tampoco siempre es fácil recibir.

El rey y la reina tenían el angelical don de estar ahí cada vez que alguien de su pueblo necesitaba algo y cada vez que podían -de uno u otro modo- solucionar una necesidad, sus rostros se iluminaban.

Eran seres especiales, de esos que no abundan en la tierra y por eso el reino todo les buscaba las alas pues en su corazón creían que realmente eran ángeles. “Tan solo es dinero” repetían una y otra vez los reyes, pero permítanme decirles que estaban muy equivocados.

No se trataba tan solo de monedas de oro o de plata, se trataba de pensar en el otro, de ofrecer lo que tenían a los demás, de tener la voluntad y la decisión de ayudar. Muchos en el reino se contagiaron de esa bondad, algunos ricos y otros pobres, porque –sin dudas- no se trataba de tener dinero.

Los reyes enseñaron al pueblo el verdadero valor que del dinero y que paradójicamente no radica en aquello que se puede comprar con él, sino en que sirva para ayudar, dar tranquilidad, acortar caminos, calmar el hambre, sanar dolores, dar ni más ni menos que lo que el otro necesita. Y así dando generosamente, los reyes fueron aún más ricos y con la más bella y noble de las riquezas, la del amor y el agradecimiento, la de la humildad y el servicio hacia el otro.

Sin dudas no era “tan solo dinero” era infinitamente más que eso, pero a los reyes les gustaba repetir esa frase y cuando la decían daba la impresión que un par de alas asomaban a sus espaldas.

Fin

Ilustración: Anna Burighel

Todos los derechos reservados por Liana Castello

Tan solo es dinero es uno de los cuentos cortos espirituales de la escritora de cuentos infantiles Liana Castello sugerido para adolescentes, jóvenes y adultos.

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