Tacita de té es una de la historias cortar de la escritora Ana Milagros Zuta Chávez sugerido para niños a partir de diez años.
Una costumbre que mi abuela nos legó es tomar el té todas las tardes. Era un momento especial, ella nos sentaba en el huerto de su casa, en Amazonas; y nos narraba las más dulces historias de su vida, mientras nosotras comíamos las galletas que ella horneaba.
Esos detalles la convertían en la abuela más romántica de todas. Ahora, ella no está. Hace ocho años que partió a su descanso eterno. Es bastante tiempo, sí.
Sin embargo, la extrañamos demasiado. Añoramos su loco y contradictorio afán por inculcarnos a tomar té cuando ella era una acérrima cafetera. Incluso, en su lecho, un día antes de morir, exigió que le sirvieran una taza de café pasado.
Era el motivo de su existencia. Mañana es un aniversario más de su partida y como todos los días desde que ella se fue, Aurora y yo, cogemos la tetera junto con los sobrecitos aromáticos y galletitas horneadas y vamos hasta el jardín, no tenemos huerto aquí; es la capital.
Tendemos el poncho y empezamos el ritual que mamama nos enseñó. Aún no hay muchas historias para contar, pero, contamos las que hay, las que salen del corazón y es la manera ideal para recordarla.
Fin
Tacita de té es una de la historias cortar de la escritora Ana Milagros Zuta Chávez sugerido para niños a partir de diez años.