Hace mucho, mucho tiempo atrás, en una pequeña cabaña, vivía una familia, formada por mamá, papá y cinco hermanas.
La menor de ellas, tenía problemas de salud, y no podía hablar, sus padres creían eso, cuando en realidad se trataba de un espíritu delicado, y bondadoso. A ella se le culpaba de todo lo que sucedía en su casa, pero la pequeña permanecía en silencio.
Eran momentos difíciles, estaban pasando muchas miserias, y no había comida en la mesa, para alimentar a la familia.
De modo que, un día sus padres, decidieron muy tristes enviar a sus hijas a la casa de su tía.
La más pequeña escuchó un día cómo sus padres conversaban y decidían dejar a todas sus hijas y esa noche no pudo dormir, pensando qué podría hacer.
Al irse la mañana siguiente con sus hermanas mayores, las escuchaba llorar mucho, y quejarse de su suerte pero ella las consolaba diciendo que les encontraría una solución.
Cuando llegaron a la casa de su tía, ésta las recibió a todas amablemente, pero era una mujer que no tenía tanto dinero para poder mantenerlas siempre.
Había alimentos, pero necesitaban ayuda. Rápidamente, la más pequeña, se dispuso a salir para buscar trabajo y así ayudar a sus hermanas. Todos los días, con su saquito azul recorría la ciudad, y ofrecía sus servicios por doquier.
Hasta que un día de mucho frío, pasó por una panadería, en donde hacían riquísimas tortas y su dueña era una amable viejecita, que al verla se conmovió, y le dio un trabajo.
Le daba diez moneditas de oro y pastelillos y ella muy contenta, les llevaba eso a sus hermanitas.....
Y así pasó el tiempo, y la pequeña se transformó en una gran pastelera, llevándole lo que ganaba a sus hermanas siempre,
Cuando juntaron suficientes moneditas de oro, prepararon sus bolsos y regresaron a la casa de sus padres, éstos se sorprendieron al verlas. A partir de ese momento la más pequeña de todas fue la que salvó a la familia de ese momento difícil y de la miseria con su trabajo.
Esta historia que tiene muchos años me la contó mi abuela, que se la habían contado sus abuelos y por eso tiene muchas versiones, ésta es la mía....
No subestimes jamás a un niño por ser callado y huraño, te puede sorprender de lo que es capaz y cuando conozcas su corazón, más aún.
Fin
Mi adorada pulgarcita es uno de los cuentos de niñas de la escritora Alejandra Torigino sugerido para niños a partir de nueve años.