Cuento infantil sobre monos sugerido para niños a partir de nueve años.
Un sajino estaba por un muy hambriento.
No tuvo mejor idea que subirse a una planta de papaya a jalar dichos frutos, pero al tocarlos se dio con la sorpresa que estaban verdes muy quedando con las ganas dijo:
-¿Tendré que aguantarme el hambre?
Sin embargo un mono que vivía por allí se percató de su necesidad, de inmediato va hacia él y le dona unas cuantas papayas maduras que los había cosechado recientemente.
Y el sajino luego de ser complacido por el mono quedo eternamente agradecido con el diciéndole: ¿cómo podre pagar tu caridad? Y el simio le contesta:
-Siempre comparto con el prójimo lo poco que tengo. Y se despidieron dándose un abrazo muy contestos ambos uno por complacer y otro por complacido.
Transcurrían los días, el mono se resbaló del árbol al bajar de éste golpeándose fuertemente la espalda. Es allí donde pidió la colaboración de sus amigos -quiénes lo visitaban para sacarles algún provecho- y éstos en vez de apiadarse de él, por el contrario le dieron la espalda.
Sin embargo el sajino al verlo lastimado fue la excepción al ir no solamente a levantarlo, sino que le alivió el dolor dándole masajes en la parte correspondiente.
Luego de recibir esta esmerada atención, el mono quedó asombrado, ya que no esperaba el compadecimiento del sajino , pese haberlo conocido recién le dijo:
-Qué milagro te acordaste de mi!
Y el sajino le contesta:
-En algún momento me sacaste de apuros, ahora que te golpeaste tu espalda me corresponde a mí brindarte la curación respectiva.
Y el simio luego de cobrar su caridad le dijo esta frase de enseñanza al sajino:
-Si todos fueran gratos con sus semejantes, como tú lo acabas de demostrar distinto seria este mundo.
Fin
Cuento infantil sobre monos sugerido para niños a partir de nueve años.