Por Liana Castello. Ilustración de Anna Burighel y Kevin Sanderson. Cuentos con rimas de Navidad cortos.
✅ Santa y la luna, ✅ Navidad compartida, ✅ Osa y la Navidad y ✅ El duende que bien no veía, son cuatro divertidísimos y graciosos cuentos de Navidad con rimas para niños de todas las edades, de la escritora argentina Liana Castello. Para nosotros, el último es el más gracioso 😁 ¿y tú qué piensas?
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Santa y la luna
Llegando la nochebuena, el trineo se rompió.
y el Polo Norte entero del disgusto enmudeció.
- ¿Y cómo haremos ahora? -dijo un duende preocupado.
- ¡No podremos repartir! –gritó un reno enojado.
¿Qué pasará con los niños? ¿Qué haremos con los regalos?
Preguntaban todos juntos, muy tristes y alborotados.
Santa miraba el trineo, hecho ahora pedacitos.
Pensaba en las familias, sobre todo en los niñitos.
Y la luna que miraba, toda esa situación,
conmovida pensó pronto, una hermosa solución.
- Yo seré hoy el trineo -dijo la luna contenta.
Y los duendes la miraron, con la boca muy abierta
La luna explicó su plan ¡Sin duda algo arriesgado!
Santa escuchaba atento, pero nada entusiasmado.
- Me atarás fuerte una soga -dijo la luna a un duende.
Una soga larga y gorda, tendrás que atarla muy fuerte.
- De allí se tomará Santa, juntos iremos volando
Despacito por el cielo iremos los dos viajando -.
Y de ese modo algo loco, los regalos repartieron
Y casi sin darse cuenta, un milagro construyeron.
Todos estaban felices, Santa mucho agradeció,
y la luna emocionada, apenas se sonrojó.
Fin
Navidad compartida
Cada fin de año, Santa y su taller
recibían cartas a más no poder.
¡No damos abasto con tanto pedido!
–dijo un día un duende, algo compungido.
Y Santa, paciente, le dio la razón:
Pensemos entonces una solución.
El duende nervioso se puso a pensar,
pero la respuesta no pudo encontrar.
Los niños son muchos, yo no sé qué haremos,
habrá que apurarse o no llegaremos.
Otro duendecito, joven y dispuesto,
propuso una idea, feliz y contento:
Durante la noche también trabajemos
y con los pedidos, así llegaremos.
Y Santa, muy sabio, dijo al duendecito,
en un tono dulce y algo suavecito:
Agradezco mucho tu buena intención,
pero no dormir no es la solución.
Y entonces habló el más calladito,
un duende que, encima, hablaba bajito:
Pidamos ayuda a niño por niño,
verán que lo harán con mucho cariño.
Los pequeños acostumbran a pedir y recibir
¿y si este año aprenden a compartir?
Intrigados y callados lo dejaron continuar,
tal vez no era mala idea este año cambiar.
Les diremos que hay niños que ni escribir pueden,
que podrían compartirles algo de lo que ellos tienen.
Algunos tienen de sobra y a otros les falta todo,
poner en marcha este plan, creo que es un buen modo.
Aprenderán que si dan, mucho amor recibirán
y que para ser feliz, siempre hay que compartir.
Santa muy contento dijo entusiasmado:
¡Qué idea maravillosa! ¿Y cómo sería la cosa?
Les mandaremos las cartas con el pedido de ayuda,
y verán cómo responden sin demora, con premura.
Y los duendes a escribir enseguida se pusieron
y esta vez del Polo Norte muchos pedidos salieron.
Y como todos los niños tienen un buen corazón,
esa fantástica idea fue una gran solución.
Fue de todas la más feliz Navidad
pues en ella se mezclaron la bondad y la humildad.
Fin
Osa y la Navidad
Llega Navidad, Osa está contenta,
sabe que la casa se viste de fiesta.
Una gran corona dorada y brillante
cuelga de mi puerta y se ve radiante.
La familia entera arma el arbolito.
Mami compra siempre un nuevo adornito.
Osa ha tenido una gran idea:
armar otro árbol, pero que esté afuera.
¡¿Te gusta la idea?! -me preguntó ella.
Yo le contesté: - La idea es muy bella -.
Del jardín un árbol las dos elegimos,
y a pensar adornos, también nos pusimos.
Decidimos juntas que fuera especial,
era nuestro árbol para Navidad
¿Y qué le pondremos? ¿Adornos? ¿Cintitas?
O tal vez mejor ¡Muchas estrellitas!
Buscamos papeles muy bellos, dorados,
mucha purpurina a todos pegamos.
Cortamos entonces todas las estrellas
y todas quedaron brillantes y bellas.
Nuestro árbol es un árbol hermoso,
luce en mi jardín ¡Es maravilloso!
Con Osa pensamos ¡Qué árbol especial!
Lo hicimos juntitas para Navidad.
Fin
El duende que bien no veía
Un duende muy joven era Adalberto,
y además, apuesto, coqueto y esbelto.
Todos comentaban lo bien que lucía,
mas era sabido que bien no veía.
Un buen par de lentes se negaba a usar,
aunque así las cartas mal podía mirar.
El duende creía que usar anteojos
no lo ayudaría siendo tan buenmozo.
- Nos traerá problemas tal coquetería
–preocupado, Santa, decía y decía.
- Temo que Adalberto cometa algún error
–volvió a decir Santa con mucha razón.
Pronto los problemas se hicieron presentes,
para Adalberto y los demás duendes.
Leía las cartas, pero no entendía,
lo que cada niño en ellas pedía:
- ¡Veo que este niño pide una muñeca!
-dijo sorprendido el duende a su amigo.
- ¡Ponte lentes ya! No dice muñeca,
lo que pide ese niño es una bicicleta.
- Hay una niñita que pide autitos…
- ¡Pues no dice autitos, dice vestiditos!
- Y mira este abuelo ¡Pide un sonajero!
- No es un abuelo, es un pequeñín que se llama Leo.
Un día cansado de tantos errores,
Santa reunió a todos los duendes lectores:
- No usar anteojos es una necedad,
que pone en peligro esta Navidad.
- Llamen a Adalberto, hablemos con él,
si bien le explicamos, lo sabrá entender.
Con mucha paciencia y con mucho amor,
todos le explicaron cuál era su error.
Adalberto tenía un gran corazón,
y entendió que todos tenían razón.
Fue al oculista y se compró anteojos,
y aun con ellos se sintió buenmozo.
Porque comprendió que ser apuesto,
no es más importante que hacer lo correcto.
Desde ese día, ya no hubo errores,
leyendo las cartas, no hubo discusiones.
Y cada pedido salió tan perfecto,
que Adalberto así amó su nuevo aspecto.
Fin
Santa y la luna, Navidad compartida, Osa y la Navidad y El duende que bien no veía, son cuentos con rimas de Navidad cortas de la escritora Liana Castello © Todos los derechos reservados.
Sobre Liana Castello
«Nací en Argentina, en la Ciudad de Buenos Aires. Estoy casada y tengo dos hijos varones. Siempre me gustó escribir y lo hice desde pequeña, pero recién en el año 2007 decidí a hacerlo profesionalmente. Desde esa fecha escribo cuentos tanto infantiles, como para adultos.»
Liana Castello fue, durante varios años, Directora de Contenidos del portal EnCuentos. Junto con este sitio, recibió la Bandera de la Paz de Nicolás Roerich y se convirtió en Embajadora de la Paz en Argentina en 2011.
“Respecto de los cuentos para niños puedo escribir cortos y largos, en rima o prosa, lo que todos tienen como hilo conductor, es el mensaje que trato de transmitir. Siempre pienso en un valor para transmitir a la hora de escribir y esto puede ser a través de una historia corta o de un cuento largo.”
Si quiere conocer más sobre esta impresionante escritora, puede leer su biografía Aquí.
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