Por Ricardo Blanco. Cuentos con rimas de gigantes.
El gigante Jeremías es uno de los cuentos de gigantes para niños del escritor Ricardo Blanco. Cuento en rima sugerido para niños a partir de seis años.
El gigante Jeremías
El gigante Jeremías
era un poco distraído,
su cabeza era muy grande,
su cerebro estaba frio.
Con los pies como tambor,
silbaba su melodía,
andaba por su salón,
y nada malo sucedía.
Un día salió de casa,
quería ir a pasear,
siempre escuchaba salsa,
y bailaba al caminar.
Con la música no oía,
lo que a su alrededor sucedía,
siempre con los cascos puestos,
no atendía ni vivos ni muertos.
Llegó el gigante a un pueblecito,
chiquitito, chiquitito,
tan hermoso era el lugar
que había hadas, y no un par.
El gigante bramó su canción
y los enanos se escondieron,
tenían tanto miedo
que hasta los calzoncillos recogieron.
Jeremías sin razón,
ocupado como estaba,
arruinó de un pisotón,
el castillo de las hadas,
y no fue hasta mucho rato,
que se enteró de su fallo.
- Pero que has hecho Jeremías,
¿no te diste cuenta de lo que hacías?
Preguntó muy enfadado
el gran rey de los enanos.
- Lo siento mucho majestad,
No sabía de esta maldad.
Cuando escucho mi musiquilla
no hago caso ni de las ardillas.
- Pues ahora te va a tocar
el castillo reparar,
si no quieres que las hadas
te maldigan con sus varas.
- Eso no, por caridad,
lo arreglaré sin tardar.
El gigante se puso a reparar
lo que sus pies acababan de destrozar,
mas lo hizo escuchando su melodía,
y el trabajo se alargó muchos días.
- ¿Por qué tardas Gigantón?
¡Deja de escuchar tu canción!
Le ordenó la reina hada,
que estaba muy enfadada.
- Me gusta mi música,
en un momento acabo,
la noche traerá la brisa,
y palacio terminado.
- Eso espero Jeremías,
o no haremos buenas migas.
La gran hada se acostó,
en su cama destrozada,
espera que el tontorrón
deje perfecta su casa.
La rauda mañana llegó,
el sol sorprendió al gigante,
roncando como un león,
con todo el trabajo por delante.
- ¡Lo sabíamos gigante perezoso!
Gritaron los enanos rencorosos
- En vez de trabajar,
escuchas música sin parar.
- Te lo advertí gigante Jeremías
Dijo el hada levantando su varita.
- Desde este mismo momento,
quedas sordo hasta el fin del cuento.
El gigantón soltó los cascos
y se puso a trabajar,
esta vez estaría atento,
nada le debía preocupar.
Enseguida acabó el castillo,
y se pudo marchar,
silbando su melodía,
de nuevo y hasta el final.
Fin
El gigante Jeremías es uno de los cuentos de gigantes para niños del escritor Ricardo Blanco. Cuento en rima sugerido para niños a partir de seis años.