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Por Tatiana Josefina Martinez Vásquez. Cuentos de animales de granja con moraleja

Una granja singular es un cuento de la colección de cuentos de animales de granja con moraleja de nuestra escritora Tatiana Josefina Martinez Vásquez. Recomendado para niños de 4 años en adelante.

Una granja singular

Una granja singular

En una granja vivían un grupo muy variado de animales: vacas, asnos, caballos, patos, cerdos, gallinas, chivos, pavos, un perro y un gato. Nunca se ponían de acuerdo en nada.

Una de las vacas estaba encargada de poner el orden entre los animales, pero lejos de hacerlo, por el contrario generaba desorden, puesto que el cerdo y el pavo le halagaban y adulaban, con la finalidad de contar con su protección y evitar cumplir con sus tareas. Para ello le llevaban pasto, frutos y agua, con esto, la vaca consentía todas sus faltas sin amonestarlos.

El cerdo siempre faltaba a sus obligaciones, se quedaba durmiendo y poco colaboraba. El pavo, ay el pavo, éste se inflaba queriendo demostrar elegancia, pulcritud, aplomo, entereza… ¡pero qué va! Era otro flojo, que lo único que hacía era pasearse por el corral mirando de reojo al resto de los animales.

Al igual que el cerdo, llenaba su buche y holgazaneaba. Entre ellos se sentaba una gata negra, brillante, silenciosa, en ocasiones ronroneaba y le hablaba al oído a la vaca, quien consentía sus faltas sin saber el porqué, parecía que ésta tenía cierto poder de convencimiento sobre la vaca o tal vez le guardaba un secreto muy importante, lo cierto es que la gata también gozaba de ciertos privilegios.

Otros animales como el perro, el caballo, el asno, el pato, el chivo y la gallina, trabajaban de sol a sol, cuidando la granja, almacenando maíz, cargando agua y alimentos. La vaca solo se dedicaba a mandar a este grupo mientras seguía comiendo.

Un día, cansado de la actitud de la vaca, el perro se dispuso a reclamarle por su negligencia, ya que la granja era un completo desorden, se reunió con el asno y el caballo, ya que la gallina comenzó a cacarear y a correr de un lado al otro, al final decidió no ir, pues quería quedar bien con el perro y con la vaca al mismo tiempo, como dice un refrán: Quiso quedar bien con Dios y con el Diablo.

El chivo dijo:

– No me interesa, ya estoy viejo, solo cumplo con lo que me toca y listo. ¡Total, un día de estos me mudo con mis parientes de los Médanos de Coro¡

Y se fue caminando haciendo un ruidito con sus cascos. El caballo y el asno acompañaron al perro a realizar un llamado de atención a la vaca. Ésta se encontraba como siempre echada en el corral, cuando vio que entraban hizo un gesto de fastidio.

La gata que también estaba a su lado guardó silencio.

– Buenos días Señora vaca, queremos hablar con usted- dijo el perro.

– Está bien, pasa. Dijo la vaca con una voz pastosa.

– Esta situación no puede continuar vaca, la granja se está deteriorando y tú no haces nada. ¡Pocos somos los que trabajamos y el resto solo holgazanea, estamos cansados de lo mismo!

La vaca solo le contestó:

-Está bien perro, le voy a llamar la atención a los otros animales. Después hablamos.

Pasaron los días y nada había cambiado. Pero la vaca pronto se llevaría una sorpresa… Llegó el fin de semana y el propietario de la granja llegó hasta el corral y dijo:

-¡Caramba pero esta granja está bien descuidada! Voy a vender unos animales de estos para comprar materiales para repararla. Voy a vender la vaca, el cerdo y el pavo, ya que se acerca la navidad, total, la vaca no da leche, solo vive echada comiendo al igual que el cerdo y ese pavo. Y esa gata negra ni siquiera sale a cazar los ratones que me destruyeron el granero.

Al escuchar estas palabras la vaca y el cerdo se levantaron de inmediato, la gata comenzó a dar carreras en el granero persiguiendo a los ratones. El pavo se subió a un arbusto sin esponjar sus plumas.

Al día siguiente la vaca, el cerdo, el pavo y la gata se levantaron muy temprano a limpiar el corral, a almacenar granos y a corretear ratones, mientras el perro les ladraba para que no se detuvieran a perder el tiempo.

La vaca, el cerdo y el pavo, aún viven con el recuerdo de aquellas palabras que los atormentan, aunque pasó Navidad, tienen temor que el propietario de la granja cumpla su amenaza.

El perro y los otros animales ahora están más aliviados, ya que no recae todo el trabajo sobre ellos, ahora todos cumplen con sus obligaciones.

Fin.

Moraleja

La pereza, la flojera, holgazanería y negligencia conducen al mal funcionamiento de las instituciones y hogares. Debemos promover la responsabilidad, la constancia y el amor al trabajo.

Una granja singular es un cuento de la colección cuentos cortos de nuestra escritora Tatiana Josefina Martinez Vásquez. Recomendado para niños de 4 años en adelante.

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