Saltar al contenido

Por Luis David Gamonal Suárez. Cuentos infantiles con moraleja

El sastre filántropo

El sastre filántropo

Un aldeano que se enfermó de tuberculosis, conmovió a dos de sus amigos más cercanos. De inmediato, ellos fueron a realizar una colecta por todo el vecindario, dijeron:

-¿Podrían darnos una colaboración para comprar sus medicinas al señor de la loma que está enfermo de tuberculosis?.

Muy gustosos, los aldeanos se sumaron a esta noble causa, dando lo poco que tenían. Con todo el dinero recaudado, la mitad quedo en poder de los aprovechados y el resto se lo entregaban al necesitado.

Para seguir lucrando con esa desgracia, los aprovechados fueron a realizar otra colecta a los vecinos que vivían en las afueras de la aldea, dijeron:

-Una colaboración para ayudar al señor de la loma de la loma que esta grave de tuberculosis.

Al igual que los anteriores vecinos, ellos también aportaron con lo que estaba a su alcance. Donde sabían que iban a obtener mayores ganancias, los aprovechados visitaron a un próspero e importante sastre del lugar, le dijeron:

-¿Sería tan amable de brindarnos una colaboración para comprar sus medicinas al señor de la loma que está enfermo de tuberculosis?.

Dudando de la confianza de esos sujetos, el emprendedor fue a entregar sus ayuda en manos del mismo necesitado.

Es más, él lo condujo hacia el hospital del pueblo, para que prevengan su enfermedad. De esa manera, el sastre filántropo dejó con las ganas a estos dos aprovechados de seguir lucrando con la desgracia ajena.

Moraleja

Si queremos corresponder con los semejantes, debemos ser los mismos expectantes.

El sastre filántropo es un cuento con moraleja que envió Luis David Gamonal Suárez a EnCuentos.

5/5 - (1 voto)

Por favor, ¡Comparte!



Por favor, deja algunos comentarios

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Recibe nuevo contenido en tu E-mail

Ingrese su dirección de correo electrónico para recibir nuestro nuevo contenido en su casilla de e-mail.



Descubre más desde EnCuentos

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo