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Por Tatiana Josefina Martinez.

El ratoncito desobediente es un sencillo pero no menos educativo cuento infantil corto con moraleja de la escritora Tatiana Martinez. Cuentos con enseñanzas, fábulas e historias con moraleja.

El ratoncito desobediente

El ratoncito desobediente - Cuento con moraleja

En el interior de una cocina venezolana vivía una familia de ratones, allí siempre estaba tibio, era un lugar acogedor.

Por las noches siempre se escuchaba el correteo de la gata “minina” detrás de los ratones, pero era tan gorda que nunca los alcanzaba. Y “minina” terminaba con la lengua afuera cansada de tanto correr.

Una noche el dueño de la casa dijo:

– «Esta gata gorda y floja no caza ni las pulgas que tiene encima, creo que voy a optar por otra estrategia.»

La gata escuchó este comentario y levantó una ceja y maulló con inconformidad.

En un hueco de la pared, los ratones escuchaban atentamente las palabras del dueño de la casa. El abuelo ratón dijo:

– «Atención familia, hay que tener cuidado con todo lo que ocurra allá afuera. ¡El dueño de la casa tiene otros planes!»

– «¡Yo no le tengo miedo!» -saltó un ratoncito adolescente, con los bigotes largos y un mechón de pelo en su frente– «me he escapado más de veinte veces de las garras de la bola con patas de la “minina”, je je.»

– «Mira muchachito intrépido, no se trata de la gata “minina”, se trata de algo que tal vez no conocemos» -dijo su madre en forma gruñona.

Así pasaron un rato, hasta que se fueron a dormir.

Pasada la media hora, el ratoncito se despertó con el agradable aroma de queso fresco… y entonces pensó:

– «¡Hummmm qué rico huele! ¿De dónde vendrá ese olor?»

Y se asomó a la entrada de la cueva viendo hacia la cocina. Las luces estaban apagadas y no se veía casi nada. Pero ratoncito tenía muy buen olfato y salió de su cueva aprovechando el sueño profundo de su familia.

Se subió por el mesón de la cocina viendo hacia todos lados por temor a la “minina” pero no se veía el peligro por ningún lado… pero el rico olor lo tenía como hipnotizado, se le hacía agua la boca, siguió el rico olor y vio un gran trozo de queso sobre un rectángulo de madera que nunca había visto.

– «¡Qué rico queso, debe estar blandito y jugoso! Es tan grande que alcanzaría para toda mi familia.»

De repente se escuchó una voz gruesa y áspera que le decía:

– «¡Ten cuidado! ¡Eso es una trampa! ¡Corre, corre para tu casa junto a tu familia!» -era la voz de un cucharón para servir sopa que colgaba de un clavo en la pared.

El ratoncito le dijo:

– «¡Me he escapado muchas veces de la gata gorda, soy muy veloz, entonces nada puede hacerme un pedazo de madera!»

El ratoncito caminó hacia el gran trozo de queso y cuando tiró fuertemente de él, intentó correr, pero sintió un gran golpe en su patita derecha.

– «¡Estoy atrapado!» – «¡auxilio mamá, abuelo!»

Salieron corriendo mamá y abuelo a ayudar al ratoncito desobediente, lograron sacarlo de la trampa pese al dolor en su patita.

– «¡Pronto, pronto que ya viene el dueño de la casa!» -gritaba el abuelo.

Llevaron a ratoncito hasta la cueva y mamá ratona le colocó un yeso en la patita mientras le decía:

– «¡Te lo dije ratoncito y tu abuelo también te lo dijo! – allá afuera hay muchos peligros.»

– «Mamita, abuelito, les prometo que seré obediente siempre. ¡Ya aprendí la lección!»

Moraleja

No nos dejemos llevar por la avaricia. Escuchemos los buenos consejos y seamos obedientes para evitar accidentes. La comunicación familiar es fundamental para afianzar los valores.

Fin.

El ratoncito desobediente es un cuento infantil con moraleja enviado por Tatiana Josefina Martinez para publicar en EnCuentos.

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