Jardín Maternal... ¿Qué tener en cuenta para elegirlo?
En un jardín maternal se deben priorizar las necesidades de los niños. Para esto deben ser los padres, los que a la hora de buscar el más adecuado, sepan que pedir y observar, para saber si lo que ofrece el jardín, es lo que se hace.
Antes que nada es importante dejar en claro que no necesariamente todos los niños tienen que concurrir a un Jardín Maternal.
Por lo general esta opción se analiza cuando la mamá tiene que salir del hogar por trabajo, estudio u otras causas.
Analicemos que ofrece el Jardín, pero sobre todo que necesita nuestro hijo.
¿Qué pediríamos que hicieran o que miráramos al ver el trabajo en un jardín?
Podemos empezar por: QUE hacen y COMO lo hacen, con y junto a los niños, que están a su cuidado
Si trasladamos las situaciones cotidianas del hogar al Jardín podemos analizar cómo se desarrollan en ese ámbito, si son propicias, adecuadas y si son necesarias para el niño y su desarrollo integral.
Un bebé necesita que se ocupen de él, de sus necesidades primarias (alimentación cambiado, higiene) pero también de las emocionales, afectivas y psicológicas.
Lo primero que debemos saber...es con quien va a estar, quien se hará cargo de él y como lo hará. Quién y cómo lo cambiará, lavará, le dará de comer, lo acunará y contendrá cuando este angustiado y lo preparará para dormir su siesta. Pues lo más adecuado es que sea la misma persona.
Aquí tenemos un conflicto, nos dicen que la maestra está acompañada por una ayudante, una auxiliar que le permitirá a la docente no distraerse del grupo, cuando hagan una actividad, para ir a cambiar a un bebé o niño pequeño. Cuando lo importante es que cada docente, maestra y auxiliar, tenga a su cargo un grupito pequeño de niños y siempre sean los mismos, inclusive que su maestra pueda pasar con ellos de una sala a otra al año siguiente. Porque sabemos que nuestro hijito necesita que lo cambien con tranquilidad y que la misma cambiada se convierta en un momento de estimulación e intercambio donde la relación sea de a dos, donde reconozca la voz y las actitudes de la persona que está con él, que le habla y le anticipa que va a hacer, que lo sostiene con dulzura pero firmeza, que lo manipula para cambiarlo despacito y atento a lo que el niño puede aportar en este momento, que le posibilita intervenir y sentirse capaz de colaborar. Que mientras lo cambian no lo distraen con juguetes o móviles, sino que le hablan de lo que hacen junto con él. Que esta actividad no es una mera rutina que se repite como un acto de higiene rápidamente para pasar a otra cosa sin tener en cuenta el valor de esta, en sí misma.
Esta mirada, este análisis lo podemos trasladar a las otras actividades comúnmente llamadas rutinas en los jardines maternales donde en muchos, sucede algo similar con la alimentación, con el dormir etc. Pero no en todos, busquemos esos jardines, pidamos, exijamos que cuiden personalizadamente a nuestros hijos, porque eso es lo importante y no lo que venda el jardín comercialmente.
Si puede organizarse o no con la cantidad de personal, ese es otro tema que como mamás no nos toca, pero Sí el cuidado de la salud psicofísica de nuestro hijo. En los jardines Maternales se puede hacer si cambian las prioridades. Debemos observar que los adultos se ocupen de los niños y no de mostrar a los papás, todas las actividades que hacen los chicos.
El jardín maternal debe organizar el espacio físico, generar un entorno estimulante y atractivo según los intereses evolutivos de los niños.
Debe llevar un registro detallado de las instancias en su desarrollo, hitos adelantos y retrocesos como también debe comunicarle a los padres como fue su día y no simplemente que hizo.
Un jardín maternal debe priorizar las necesidades evolutivas de los niños, atención, calidad en los cuidados, caricias, contención, exploración, movimiento libre y espontáneo, juego libre... DEBE CUMPLIR CON LA FUNCIÖN MATERNANTE para que los niños se desarrollen PLENAMENTE
Prof. Alejandra De Renzis Peña
Espec. en Atención Temprana del Desarrollo Infantil
Espacio para la Niñez- Educación para la Prevención