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Una bruja codiciosa,
robó la varita al hada,
para tener bellos sueños,
y la escondió en su almohada.

Cuando se marchó a dormir,
la varita estaba allí,
pero no hubo ningún sueño
que la hiciera más feliz.

Otro día amaneció
y la varita encontró,
pero ningún sueño tuvo,
ningún sueño recordó.

Cuando salió de paseo
al rato volvió a mirar,
la varita de los sueños
allí estaba, en su lugar.

Cuando se marchó a comer,
tuvo otra vez que volver,
se pasó toda la tarde
volviendo y mirando a ver.

Y la bruja codiciosa
así pasaba los días,
se alejaba pocos metros,
pero al momento volvía.

Fueron pasando los meses,
y tener esa varita
se convierte en pesadilla,
que solo la mortifica.

Pensando, pensando un día,
encontró una solución,
la ató bien a una cadena
y a su cuello la colgó.

Pero tanto le pesaba
que le salió una joroba,
y no le quedaban fuerzas
para subir a la escoba.

Muy enfadada la bruja
pensó que estaba maldita,
le quedó muy mal humor,
y la quemó en su marmita.

Fin

Poema sugerido para niños de cinco a seis años.

www.cuentosentretenidos-marissa.blogspot.com.es

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