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Entrevista al fundador de El Pobre de Asis

Entrevista a Víctor H. Russo, fundador de El Pobre de Asis

Darle pelea a la pobreza

Desde 1998 Víctor Hugo Russo, fundador de El Pobre de Asís, trabaja dándole contención a las personas en situación de calle. La mirada de quien convive a diario con la real pobreza. Víctor Hugo Russo es radiólogo y tiene estudios cursados en Filosofía y en Teología. Pero esta profesión no es la que lo define.

El también es voluntario desde los 17 años en diferentes Organizaciones Sociales. Esta actividad sí fue la que lo estructuró y hasta se transformó en el motor de su vida. Fue así que en 1998 fundó El Pobre de Asís, una fundación que se dedica a trabajar para brindarle a la gente en situación de calle la contención necesaria (esto incluye desde tratamientos de salud hasta posibilidades de trabajo).

-¿Qué motivó la creación de El Pobre de Asís?

-Después de atravesar numerosas organizaciones, en un momento comencé a sentir la necesidad de desarrollar un proyecto propio, con características particulares, y diferente de los que había conocido. El proyecto inicial tenía un corte marcadamente intelectual, más orientado a la investigación de la problemática social identificada como “Situación de calle”, que al trabajo concreto sobre ella. De hecho, buscamos un espacio para organizar conferencias sobre estos temas. Era un lugar en Juramento y Vidal, en Belgrano. Pero sucedió que mientras desarrollábamos las charlas comenzó a llegar gente todos los días pidiendo ayuda. Hasta que un momento nos planteamos: estamos analizando y discutiendo temas como la pobreza, pero no hacemos nada por quienes la sufren. Ahí pasamos al trabajo de campo, a estar en contacto directo con esta realidad.

-¿Cómo mira la sociedad a las personas en situación de calle?

Me parece que en muchos casos no las ven…, son como invisibles. En general no tenemos idea de la cantidad de personas que viven en la calle. Y los que sí son percibidos, corren el riesgo de ser catalogados como delincuentes. Hay una tendencia a criminalizar la pobreza, a considerarlos peligrosos, y por lo tanto se los evita. En definitiva, la pobreza termina resultando peligrosa, y los pobres amenazantes. Esta es una de las miradas, quizás la más perjudicial, sobre esta problemática. Por eso desde El Pobre de Asís intentamos modificar dicha mirada. Porque promover la inclusión, implica antes que nada, un giro en ese paradigma. Sin una sociedad en condiciones de “recibir” es muy poco probable que se generen oportunidades para los que necesitan ser “recibidos”.

-¿Cuáles son los problemas más frecuentes que enfrentan las personas en situación de calle?

-Los problemas comienzan por resolver lo cotidiano. Por encontrar donde comer, bañarse, vestirse, lavar su ropa; donde dormir lo más seguros y lejos del frío posible; donde tener atención médica o conseguir los medicamentos que necesitan; preservar sus pocas cosas, entre ellas sus documentos, sus fotos, sus recuerdos… En fin, sus problemas comienzan con la defensa de su supervivencia. Algo que para el resto de nosotros se hace difícil imaginar. Por otra parte, la calle es una gran trituradora de esperanzas. Rápidamente se pierde la brújula y con ella las perspectivas de futuro. Continuar “vivo” es un desafío constante, que debe renovarse día a día.

-¿Por qué una persona llega a vivir en la calle?

-La respuesta a esta pregunta es de alta complejidad porque la “exclusión” como tal es un proceso multidimensional, compuesto por un importante número de variables: rupturas familiares; pérdida de lazos afectivos; desvinculación de sus entornos de origen; pérdida del empleo; un tejido social roto y no preparado para contener situaciones límites individuales, etc., son sólo algunas de las representaciones sociales más características. También tenemos, lamentablemente, una situación dramáticamente novedosa y es la de quienes nacen en la calle. Niños que tienen limitado su futuro aún antes de soñarlo.

-¿Cuáles son los mayores mitos sobre este tema?

-¡Son tantos! Que les gusta vivir así…, que son vagos, borrachos…, que no quieren salir de la calle…, que no quieren responsabilidades…, que son delincuentes… Es cierto que se rompió la cultura del trabajo, el tema es no culpar a estas personas por ello. Nadie es feliz viviendo en estas circunstancias, sin nada caliente entre las manos en pleno invierno, enfermo, sucio, sin un lugar adonde ir, o sin nadie que lo espere o a quien esperar. Nadie elige eso. Probablemente haya ido haciendo elecciones que sucesivamente lo fueron llevando a situaciones cada vez más comprometidas, hasta terminar de esta manera. Pero no en libertad. Hay condicionamientos internos que insertos en determinados contextos, pueden conducir a la situación de calle.

-¿El Estado brinda contención?

-La Ciudad de Buenos Aires incrementó la cantidad de camas en los paradores, aunque esto no es una solución, sino sólo un paliativo ante el problema del frío.

-¿Cómo podemos ayudar?

-Siempre es mejor hacerlo a través de una organización dedicada al tratamiento de esta problemática. La buena voluntad no alcanza a la hora de pretender colaborar en la resolución de situaciones límites. Es necesario construir abordajes desde el profesionalismo y la experiencia. Por eso, quienes quieran colaborar se pueden acercar a esta fundación que lleva más de 10 años ayudando a ciudadanos que no han tenido la suerte ni la contención necesarias.

Para más información comunicarse a los teléfonos 4541.3192 / 4547.0230 o ingresar a:

www.elpobredeasis.org e-mail: [email protected]

La Fundación «El Pobre de Asís» (www.elpobredeasis.org) trabaja desde el año 1998, por la inclusión de los sectores más vulnerables de la sociedad, generando conciencia y desarrollando acciones que favorecen la igualdad de oportunidades, tanto en la solución de las necesidades básicas inmediatas (alimentación, salud, vivienda, abrigo, afecto), como en la perspectiva social (capacitación e inserción laboral) y en el desarrollo de las capacidades intelectuales (educación).

La sede central es en Rómulo Naón 3200, Coghlan; la sede Retiro está ubicada en la Villa 31, Club Padre Carlos Mugica, Barrio YPF, y el Hogar de mujeres se encuentra en Ancón 5321, Palermo, todas en Buenos Aires, Argentina.

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