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Bulimia y anorexia: la detección temprana

Bulimia y anorexia: la detección temprana

¿Es mi hijo anoréxico? En general los padres nos preguntamos si algunas conductas de nuestros hijos son en realidad “caprichos de adolescentes”, si obedecen “a una crisis de crecimiento” o si “son comunes a todos los chicos”.

Muchas veces no asociamos algunas actitudes que aisladamente no son importantes, pero que en su conjunto pueden conformar una patología alimentaria grave: la anorexia nerviosa.

Resumiremos brevemente algunas alteraciones físicas que la enfermedad produce, actitudes frente a la comida típicas del anoréxico, y también conductas sociales propias de la enfermedad.

Es oportuno señalar que quienes padecen anorexia nerviosa no reconocen estar enfermos, tienen un miedo intenso a aumentar de peso y “se ven” gordos.

Estas tres razones básicas se potencian y dan como resultado una obsesión por adelgazar que no tiene límites. Es necesario entonces, aprender a detectar la enfermedad.

No olvidemos que conocer la anorexia nerviosa y el sufrimiento de quienes la padecen es el primer paso para combatirla.

¿Hay un bulímico en casa? La bulimia nerviosa es una enfermedad que ha sido llamada “el secreto que mata”. Es muy difícil detectarla ya que en la mayoría de los casos no existe un bajo peso significativo que nos llame la atención, como en el caso de la anorexia nerviosa.

Las conductas patológicas “altamente secretas” de los que la padecen no permiten percibir con facilidad una señal de alerta que nos indique una posible enfermedad. “El comer a escondidas” no impide constatar un acto de voracidad. El “atracón” es una conducta que se practica en soledad.

El abuso de laxantes, diuréticos o anorexígenos también se oculta. Si el dinero está a mano, no solo se pueden comprar medicamentos o productos adelgazantes, también se puede comprar comida o golosinas, o tal vez ser un asiduo visitante de restaurantes, heladerías y kioscos donde una total falta de control pone de manifiesto la enfermedad.

Pero ¿quién detecta estas conductas? El bulímico nos esconde su proceder. Frente a nosotros come normalmente o hace dieta, entonces, estamos fuera de su problema, lo desconocemos y en consecuencia, no podemos brindarle ayuda.

Debemos entonces convertirnos en agudos observadores, prestar atención a mínimos detalles que pueden ser reveladores, y debemos aprender a detectar la bulimia.

No olvidemos que la detección temprana facilita la recuperación.

Por Dra. Mabel Bello (Matrícula: 36.440.), Directora Médica de ALUBA (www.aluba.org.ar) y ABINT (Centro de atención integral de Anorexia Nerviosa y Bulimia)

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