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El futuro de los jóvenes: ¿por qué habríamos de temer si hacemos las cosas bien?

Por Liana Castello. Reflexiones.

Exploremos junto a la escritora argentina Liana Castello una profunda reflexión sobre el futuro de los jóvenes en su revelador artículo. En un mundo saturado de incertidumbre, la autora aborda la responsabilidad presente de los padres en la formación de valores y límites para construir un mañana sólido. Desde la falta de autoridad hasta la crisis axiológica, Castello invita a cuestionar y replantear la educación y los valores inculcados. Descubre cómo la sociedad actual enfrenta desafíos cruciales y cómo, mediante el amor, la autoridad y la coherencia, se puede moldear un futuro en el que la preocupación sea cosa del pasado.

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Reflexión sobre el futuro de los jóvenes

Reflexión sobre el futuro de los jóvenes, por Liana Castello

Se habla mucho sobre el futuro de los jóvenes (y de los niños), se especula, se supone y se teme más aún diría. El futuro no es más que la consecuencia de un presente. Si hoy nos ocupamos de algo, o de alguien y procuramos encaminarlo y darle lo mejor, el día de mañana no habrá de qué preocuparse.

No hay nada mágico en el futuro

Más allá de las sorpresas que la vida tenga para nosotros y que no están a nuestro alcance siquiera imaginar, hay una gran parte de ese futuro que se construye en el presente. Este es el caso de los jóvenes, de nuestros hijos. Muchas veces nos preguntamos qué será de su futuro, cual si olvidáramos que hoy está en nuestras manos hacer algo para que sus vidas luego sean buenas, dignas.

¿Por qué habríamos de temer si hacemos las cosas bien?

Se supone que si hemos educado a nuestros hijos con respeto y cariño, dentro de valores éticos y molares (más allá de la religión que cada uno profese o sin ella), no habría mucho de qué preocuparse. Sin embargo, a la luz de la realidad, hay algo que está fallando hoy y por ende es probable que mañana también.

Estamos ya diría “desgraciadamente acostumbrados” a leer en los diarios noticias sobre jóvenes que pierden la vida conduciendo un auto, no sólo en condiciones en que no deberían hacerlo, sino además sin la edad adecuada para hacerlo. Este verano, las playas de nuestra costa han estado plagadas de chicos borrachos y también ha habido muertes que lamentar.

La falta de autoridad: ¿Por qué no podemos poner límites?

Hemos visto en los noticieros cómo alumnos de secundario humillan a sus profesores y luego hacer alarde de su falta de respeto hacia el adulto y la autoridad. Por supuesto que lo antes mencionado no atañe a todos los jóvenes, ni a todos los padres, pero lamentablemente a más de los que uno quisiera. Nos enfrentamos a un gran problema de límites.

Parecería que hay una dificultad importante a la hora de decir que no al auto, a una salida, a faltar al colegio, a aceptar la responsabilidad de no haber estudiado, etc. Como a los padres nos cuesta poner límites y todo lo tratamos de consensuar, cuando, por ejemplo, la escuela impone un límite o sanciona, la mayoría ve esta actitud como poco democrática o autoritaria.

Y no es así

Alguien –tanto en la casa, como en la escuela- tiene que tener la autoridad suficiente como para decir como deben ser las cosas. A la escuela le cuesta hacer su tarea en este sentido porque más de una vez, luego de una sanción son ellos los “castigados”. No se da en todos los casos pero sí en muchos, cuando un maestro aplica una medida, más de un padre lo cuestiona.

Debemos ser los padres primero, quienes enseñemos a los chicos a respetar la autoridad, la nuestra y la que ejerce el colegio o el maestro. Si nosotros cuestionamos eso, ellos no van a respetarlos nunca. Tomo el ejemplo de la escolaridad, como podría ser otra cosa, pero ya que hemos venido tratando el tema de la educación, creo pertinente que nos detengamos en este aspecto de la vida de nuestro hijo.

No todo debe ser discutido

Si pensamos en la escuela como institución, imagino cuánto le debe costar, sobre todo a nivel secundario “bajar línea”, poner límites. En la familia de hoy, hay una dificultad para decir NO. Todo se cuestiona y se conversa. Si bien no está mal, muy por el contrario, los hijos deben entender que hay cuestiones o cosas que no tienen posibilidad de dirimirse, que son de una determinada manera.

Somos los papás quienes debemos velar por su bienestar y a veces esto implica un no, un permiso no concedido. Como a los padres nos cuesta poner limites, todo lo tratamos de consensuar, lo que atañe a la escuela también. Daría la impresión que hay miedo a disentir. No es una buena enseñanza.

La autoridad, cualquiera sea, debe ser respetada

Los chicos deben aprender que no todo se puede, no todo se debe, que hay límites para las cosas y con la gente, que la autoridad debe ser respetada, la nuestra y la de los otros también. La idea del límite o sanción, tiene como función, además de aleccionar, proteger.

No se puede vivir, aprender, funcionar, sin límites, sin saber hasta donde si o hasta donde no. Los niños, los adolescentes y los jóvenes piden límites de una u otra manera, y hay que, no solo poder ponerlos nosotros sino permitir que otros (por ejemplo el colegio), los pongan.

Crisis axiológica, el problema de la falta de valores

A la crisis económica que tanto preocupa a todo el mundo, yo agregaría la crisis axiológica (crisis de valores). Creo que los valores están “más en baja que las acciones”. Los padres debemos mostrar los valores que son dignos de seguir. Volviendo al tema de la educacion, si hemos sido coherentes con el colegio que elegimos, se supone que éste nos acompañará en esa tarea. Si cuestionamos por demás a la escuela, quizá nuestra decisión no fue la correcta.

La educacion de un niño y de un joven es global, nosotros somos los quienes tenemos la mayor responsabilidad, pero no estamos solos en esta tarea. El colegio acompaña, pero para poder hacer, debe contar con nuestro apoyo y respeto también. Insisto, más allá de lo que la vida les depare a nuestros hijos, más allá de aquello que nadie puede prever, si hoy nos ocupamos con amor y autoridad, mañana seguramente no habrá de qué preocuparse.

Sobre Liana Castello

Liana Castello - Escritora

«Nací en Argentina, en la ciudad de Buenos Aires. Estoy casada y tengo dos hijos varones. Siempre me gustó escribir y lo hice desde pequeña, pero recién en el año 2007 decidí a hacerlo profesionalmente. Desde esa fecha escribo cuentos tanto infantiles, como para adultos.»

Liana fue, durante varios años, directora de contenidos del portal EnCuentos. Junto con este sitio, recibió la Bandera de la Paz de Nicolás Roerich y se convirtió en Embajadora de la Paz en Argentina.

Si quiere conocer más sobre la escritora Liana Castello, puede leer su biografía Aquí.

Otro artículo relacionado con el futuro de los jóvenes

Como comenta la escritora en sus reflexiones, establecer límites hoy es esencial para forjar un futuro seguro para los jóvenes. La falta de restricciones contribuye a trágicos accidentes de tránsito entre adolescentes y jóvenes, revelando la urgencia de acciones preventivas.

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